En un salón de reuniones del Hotel Hilton Garden Inn de Nueva York, horas antes de su actuación en el Carnegie Hall del Festival Paco de Lucía Legacy, la bailaora Karime Amaya (México, 1985) atiende a Expoflamenco con sentimiento, arte y pasión. No se pierdan al final del vídeo su pataíta ante el cante de Jafelín. ¿Habían visto un remate así en alguna otra entrevista audiovisual de arte jondo?
Karime Amaya, sobrina-nieta de la bailaora universal más grande y venerada de todos los tiempos, Carmen Amaya, reconoce ante la cámara de Expoflamenco su orgullo por asomarse al deslumbrante elenco del Paco de Lucía Legacy en la Gran Manzana, donde La Capitana dejó huella. Desvela su responsabilidad por bailar El amor brujo de Falla, aunque a ella lo que le gusta es bailar por seguiriya y soleá, «los palos serios», como su referente Manuela Carrasco. «Es la señora del baile, una diosa. Sé que ella me conoce, sabe de mi baile, pero no he tenido la oportunidad de estar con ella o formarme a su lado», dice.
«Me gusta bailar lo que esté bien hecho. Si es una fusión de calidad y con un sentido, por qué no puede encajar mi baile. Ahora voy a bailar una salsa de Rubén Blades»
«Yo no tuve la suerte de conocer a Paco de Lucía, pero sé que él iba a mi casa de México a ver a mis abuelos. Esto lo hablé ayer con el tío Pepe Habichuela y él me lo confirmó», dice sobre su relación con el genio algecireño. ¿Tradición o modernidad? «Me gusta bailar lo que esté bien hecho. Si es una fusión de calidad y con un sentido, por qué no puede encajar mi baile. Ahora voy a bailar una salsa de Rubén Blades. Él y Willy Colón se escuchaban en mi casa desde que yo estaba en la cuna. Claro que me gusta bailarlo». ¿Un consejo a las bailaoras que empiezan? «Si les gusta el baile, mi consejo es que se aficionen igual al cante y a la guitarra. Que escuchen lo antiguo y lo actual. Que se nutran de todo eso para poder luego bailarlo con más herramientas. Que se aficionen al arte flamenco. Empezando por el genio de genios: Paco de Lucía».