Fandango … / un consejo yo daría / para cantar un fandango / más que busques la medía / precura que sea un desgarro / de una emoción de tu vía.
Ya lo cantaba Paco Toronjo entre mediados y finales del siglo XX: desgarro y emoción. No hay nada que puede definir mejor a un cante como el fandango de Huelva. Cinco versos, a veces cuatro, convertido en seis tercios que encierran sentencias.
Es 13 de junio de 2024. Hoy cumpliría 96 años Francisco Antonio Toronjo Arreciado, Paco Toronjo. Como cada cumpleaños del insigne cantaor, la provincia de Huelva celebra el Día del Fandango. Fue el crítico flamenco onubense Onofre López quien décadas atrás reclamó a las autoridades públicas la institucionalización de un día al año en el que el fandango fuera protagonista absoluto de la actividad cultural. Se consiguió, no sin poco empeño, y cada año uno de los municipios con variante propia es el encargado de organizar dicho evento. En 2024, corresponde a la andevaleña localidad de Valverde del Camino, en pleno centro geográfico de la provincia.
Valverde, conocida por su fandango, es también municipio de reconocido prestigio en actividades industriales de confección de calzado. Cuenta con la Peña Flamenca El Gatillo, en homenaje a Ildefonso Romero Bermejo, conocido con ese sobrenombre, creador y referente genuino del fandango de la tierra.
Los actos se celebran durante los días 12 y 13 de junio, contando con una declaración institucional que será leída por Mari Ángeles Cruzado y Pepe Bravo, este último de la Peña Flamenca El Gatillo. Además, tendremos ronda de guitarras y actuaciones de Mari Ángeles Cruzado, Lucía Beltrán, Consuelo Haldón y Jeromo Segura.
«Cantar por Huelva. El cante de la tierra que me vio nacer, y me acoge desde entonces, es una bocanada de aire fresco con una jondura a prueba de gargantas bravías, lleno de giros y dardos capaces de cogerte de la solapa del alma y no soltarte jamás»
Para mí hablar del fandango es hacerlo del hilo conductor de mi vida. No sé lo que es vivir sin escuchar cantar por fandangos, o como a mí me gusta decir, cantar por Huelva. El cante de la tierra que me vio nacer, y me acoge desde entonces, es una bocanada de aire fresco con una jondura a prueba de gargantas bravías, lleno de giros y dardos capaces de cogerte de la solapa del alma y no soltarte jamás. En qué puede parecerse un fandango de la sierra a uno del Ándévalo o de la capital o de la costa. No saben a lo mismo y sin embargo no hay paladar que lo deseche.
Institucionalizar un día al año un cante como el fandango es hacer institución a sus cuatro puntales: Paco Isidro, Pepe Rebollo, Antonio Rengel y Paco Toronjo. Pero también a todos aquellos y aquellas que fueron capaces de crear escuela o pellizcar el corazón con sus maneras cantaoras, o quienes con sus estudios e investigaciones han elevado este cante a cotas intelectuales. Es también institucionalizar el genuino toque de nuestras guitarras. Se sabe que es de Huelva por cómo le suenan las seis cuerdas por fandangos.
Afortunadamente, Huelva vive una época dorada en cuanto al cante en general y, también, el fandango en particular. De ello son en mayor o menor medida culpables las asociaciones y peñas flamencas, así como el auge de escuelas de cante. El fandango ha pisado en los últimos cincuenta años escenarios tan diferentes como el Vaticano o teatros de Centroeuropa o América, y en todos ellos ha sido triunfador absoluto.
En mis recuerdos vitales siempre quedarán momentos donde el fandango atravesó la noche, o el día, y se plantó delante de mí sin dejarme escapar. ¡¡Benditos barrotes!!
Y os cuento todo esto no sólo para ronear de cante, sino para haceros también partícipes de una manera de expresión que pertenece a la humanidad, igual que el flamenco en su conjunto. De un cante que debe ser valorado por su flamencura y por la rica cultura y antropología autóctona que trae intrínseca, y porque Huelva y su provincia son más felices compartiendo el fandango con sus amigos de fuera.
Disfruten de este día 13 de junio, día del fandango. Y recuerden que sólo si emociona es fandango.