Pepe Torres nace en Morón de la Frontera en 1978, con una fiesta a cuestas. El flamenco ha sido la banda sonora de su vida, lo ha acompañado desde que tiene uso de razón y quizás por eso tenga una mirada tan profunda de esta cultura. Es aparentemente serio y respetuoso, como los hombres cabales, hablando por derecho… como lo es su baile. Aficionado al cante y a la guitarra, se decantó por la danza gitana y se ha convertido en uno de los perfiles más auténticos y singulares de la actualidad. El nieto de Joselero de Morón valora el peso de la sangre y, aunque su «campo» sea el «flamenco tradicional o clásico», dice que respeta todo lo que «se haga con verdad», insistiendo en que «me gusta todo lo que sea racial». Es un gitano con «grandes ilusiones» pero no «con grandes ambiciones», por eso declara que «con bailar en sitios donde haya un ole a compás me siento satisfecho». 

«Gustarle a las personas que sienten y entienden de arte es más que si me dieran un Giraldillo»

El bailaor moronero Pepe Torres.

Pepe Torres, durante la entrevista con Juan Garrido en las Bodegas Díez Mérito, de Jerez.