Coincidiendo el inicio del pasado mes de marzo, se inauguraba el Bulevar de la Música en el paseo marítimo de la playa de La Barrosa. Diez esculturas irán jalonando tan preciado balcón al Atlántico de Chiclana de la Frontera. La idea es rendir homenaje a quienes han sabido expresar con su arte en sentimiento y alma de la bella localidad gaditana.
Ha sido justo y necesario que esas dos primeras figuras hayan sido Paco de Lucía, creador de las impresionantes alegrías dedicadas a La Barrosa, y Alonso Núñez Núñez ‘Rancapino’. Este último, la voz chiclanera que ha expresado con mayor enjundia y gitanería los valores ancestrales de su tierra. Es por esta razón que dedico a nuestro cantaor este espacio en forma de pódcast.
De inicio, comienzo con unas alegrías de Cádiz de su disco de 1975 (sello Columbia) para adentrarme en esa estética compartida por soleá entre dos grandes zonas cantaoras. La suya, por supuesto, cantando por el Mellizo y Aurelio, y esa otra que rezuma flamenquería por todos sus poros cuando se acuerda de figuras como Juan Talega, Manolito de María o Perrate de Utrera ejecutando aires alcalareños y trianeros. En otro orden, en el fandango natural, la dualidad expresiva se patentiza en su forma personal de encarar a el de la Calzá y Manolo Caracol. Unos cantes que pertenecen a su otro disco en solitario de 1995 (sello Turner Record). Todos estos registros acompañados por la inconfundible guitarra de Paco Cepero, quien como nadie ha sabido inspirar el cante de Alonso Núñez.
Rancapino es ya de por sí un monumento del cante, con esa voz agostada y sumamente afillá, que ahora ve patentizado en vida en la Chiclana de sus amores. Felicitamos al ayuntamiento de la ciudad por este homenaje en vida del artista.