La internacionalización del flamenco está fuera de toda duda. Un arte eminentemente español, pero que ha traspasado fronteras y ahora pertenece al mundo. Desde el 16 de noviembre del año 2010 está declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, y cada año se celebra el Día Internacional del Flamenco por esta fecha. Con motivo de tal efeméride, en el medio digital La Estrella de Panamá han hecho un bonito reportaje con mucho compás.

El número de academias flamencas no para de crecer en el mundo. Desde Chile hasta Argentina, pasando por Costa Rica, Japón o México –los dos países con más academias tras España– y la mismísima Panamá. Allí, el flamenco es prácticamente una religión. «Me enamoré del flamenco a los siete años y no he parado de bailar desde entonces. Ya son 27 años llenos de arte y baile. Como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad representa un movimiento artístico de gran importancia en el mundo y en la formación integral del ser humano», explica Beatriz Rached, bailaora y profesora de la Academia FBR, en declaraciones recogidas por La Estrella de Panamá.

Por otro lado, Luciana Castillo, profesora de la Academia Flamenco Panamá, tiene claro que la dificultad y la complejidad del flamenco es uno de los mayores atractivos que ofrece este arte a los bailaores y bailaoras de medio mundo. «La complejidad del flamenco es el sentimiento del bailaor, es algo que no es sencillo de transmitir o describir y cada individuo debe saber cómo mostrarlo desde dentro siendo apoyo al cantaor», expresa Castillo en el citado medio.

La técnica y la danza pueden aprenderse con esfuerzo y dedicación. «Es muy importante destacar que no hay límite de edad para iniciar con el estudio o clases de flamenco», comenta Rached. Sin embargo, lo que es fundamental es «sentir pasión al danzar».

«En algún momento el flamenco no será identificado como un baile español, sino como un género musical conocido a nivel mundial como el blues» (Joan Borrell, Embajada de España en Panamá)

Desde hace años, Panamá ha visto resurgir este arte con numerosas actividades como el Festival Flamenco de Panamá. No obstante, ese auge se ha incrementado de forma más concreta en la última década. «Desde hace diez años podemos notar una fuerte influencia del flamenco moderno y hemos visto una gran receptividad. Cada día vemos cómo crece la comunidad flamenca en Panamá y para mí es un honor ser parte de este movimiento cultural», asegura orgullosa Beatriz Rached.

Pese a estar ligado íntimamente a España, los esfuerzos por aportar su cultura al flamenco por parte de América Latina son notorios. «Latinoamérica le ha aportado mucho al flamenco a través de los cantes de ida y vuelta como las guajiras de origen cubano, la rumba con origen puertorriqueño», destaca Paola Tamayo, profesora y bailaora de la Academia Flamenco Panamá.

El 14 y 15 de diciembre de 2019 tiene lugar el espectáculo Gitanas, llevado a cabo por la compañía FBR en el Teatro Pacific. «El flamenco es infinito, no aburre y se reinventa constantemente. Por esto, siempre será atractivo para las personas, ya que alimenta el alma más allá de la presencia corporal», cita Rached.

Festival Flamenco de Panamá 2019

El 15 de junio de 2019 se celebró en el Teatro Anayansi, del Centro de Convenciones Atlapa, la sexta edición del Festival Flamenco de Panamá. La producción estuvo a cargo de la bailarina Anita Loynaz y en esta edición hizo su aparición estelar el bailaor flamenco Antonio Fernández Montoya El Farru.

«El flamenco es un baile que trasciende fronteras, a pesar de las distintas nacionalidades de quienes lo bailan», citó Anita Loynaz. «En algún momento el flamenco no será identificado como un baile español, sino como un género musical conocido a nivel mundial como el blues», concluyó Joan Borrell, de la Embajada de España en Panamá.

Fuente: La Estrella de Panamá / Foto superior: Facebook de Flamenco Beatriz Rached