Me invita mi buen amigo –desde hace ya más de treinta años– Manolo Bohórquez a que abra una sección en la que “escriba de lo que quiera”. Se agradece. Es un honor y una responsabilidad. Un honor porque confieso que, vista la calidad y difusión de ExpoFlamenco, que va a más, era un deseo participar alguna vez. Y una responsabilidad porque si, como digo, la calidad de las críticas y el nivel de los participantes es alto, no me queda otro remedio que intentar estar a la altura, algo que no sé, sinceramente, si lograré siempre. Espero no defraudar al menos.

«Comienzo con esta copla que es la que más le gustaba a Antonio Mairena, Primer Hijo Predilecto de Andalucía, a cuya obra y significación he dedicado muchas horas de audición y estudio, y varios libros»

Bien. La cuestión es que, aunque sea petulante decirlo, podría hablar de muchas cosas, pues varios libros sobre flamenco, muchos artículos y conferencias, varios centenares de críticas de libros, discos y espectáculos… dan mucho –o algo– de sí, a lo largo de, ya, más de treinta años, como la amistad con el director Bohórquez. Pero he decidido escribir –qué bien suena esto, si alguien te lee– sobre lo más central de mis investigaciones y quizá de lo que me siento más preparado para ahondar, dada mi condición de licenciado y doctor en Filología Hispánica y los muchos años, ya (más de treinta otra vez) de profesor de Lengua y Literatura en Enseñanza Secundaria y en la Universidad: en fin, hablaré de las coplas flamencas. Más concretamente, en cada artículo –prometo que breve y espero que intenso y atractivo– presentaré con todos los honores a una o algunas de las mejores coplas, de diferentes temas y estilos de cante, del amplio repertorio del cancionero anónimo olvidado (flamenco), como lo llamaba el recordado y querido Félix Grande, o el corpus o acervo de coplas flamencas (o letras flamencas, tampoco nos vamos a disgustar, ya he tratado en otros foros esta distinción).

Bueno, aquí estamos con la presentación, pero si me despido agradeciendo a Manolo Bohórquez su invitación sin aportar ni una sola copla flamenca esto sería un aburrimiento, algo imperdonable. Así que, me despido con esta copla que es la que más le gustaba a Antonio Mairena, Primer Hijo Predilecto de Andalucía, a cuya obra y significación he dedicado muchas horas de audición y estudio y varios libros. Es una estrofa llamada copla, cuarteta asonantada o cantar. La copla, que canta por soleá, es la siguiente:

Al infierno que te vayas
me tengo que ir contigo,
porque yendo en tu compaña
llevo la gloria conmigo.

El amor es lo más grande, lo que mueve el mundo, ¿verdad? Ya iremos viendo otras similares de este tema universal, coplas flamencas redondas, perfectas, hondas. Hasta la siguiente… Os dejo mi abrazo cabal. Ah, se me olvidaba: llamaré a esta sección Con una copla de más, haciendo un juego (que se llama ruptura de frase hecha, usado mucho por, por ejemplo, Blas de Otero y, hoy, Víctor Jiménez o Carmelo Guillén Acosta, entre otros). Me gusta esa travesura verbal y además es el título que di a una participación de unos minutos que con generosidad me dejó hacer Manolo en su programa El duende y el tarab de hace ya… ¿treinta años? No es nada… Hasta pronto.