Nuevas figuras y veteranos con arte de la bahía
Crónica del Festival Cultural de Guarromán 2021. Actuaron, entre otros, David Palomar, José Berenjeno, Fina Colmenero y Juan María Guzmán.
En el cante, como en todo en la vida, se juntan nuevas promesas y figuras ya consagradas que le dan al flamenco un sabor particular. Esto se vio la noche del sábado 14 de agosto de 2021 en el Festival Cultural Flamenco de Guarromán, patrocinado por la Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Guarromán y la Federación Provincial de Peñas de Jaén.
En este festival actuaron gente joven y artistas ya de renombre como David Palomar, quienes a pesar de ciertas deficiencias sonoras se entregaron con diferentes suertes, cada uno en su estilo.
En primer lugar salió un jovencísimo Juan María Guzmán, aquel niño que iba para prodigio, saliendo en programas televisivos como Yo Soy del Sur (Canal Sur TV), acompañado a la guitarra por el tocaor local Pedro Montesinos. Abrió su actuación con unas guajiras del maestro Pepe Marchena. Siguió por cantiñas y tientos-tangos. Y terminó su noche por fandangos caracoleros, recordando dicen otros a Enrique el Almendro (familiar también de Caracol). Cantó con voz limpia y laína, pero se le echa de menos saber llegar a la gente, matizar bien los cantes y aprender otros cantes que podrían ir mejor en su metal y voz. A pesar de su juventud, es bueno que la gente joven se preocupe por eso que llamamos flamenco o cante jondo, por lo que le animamos a que siga en esa línea de buen aficionado.
En segundo lugar, y para descubrir, el cantaor jerezano José Montoya Carpio Berenjeno acompañado a la guitarra por el también jerezano Antonio Malena hijo. A pesar de llevar todo el arte de su familia y el lugar que le vio nacer, el flamenquísimo barrio de la Plazuela, tiene conocimientos amplios tanto del cante de su tierra como de otros lugares y artistas, ya sea el caso de Porrinas de Badajoz. Tiene voz potente, pero no chilla, voz que llega, y con un pellizquito jerezano que imprime un peculiar sabor en todos sus cantes. Comenzó la tanda cantando por tientos. Se acordó de Pastora Pavón y Cádiz. Remató en los tangos de Pastora y Paco el Gasolina. En las seguiriyas les dio el peculiar sabor jerezano de la Plazuela, aunque no todas eran jerezanas, como las portuenses del Viejo de la Isla y Curro Dulce, con la que cerró, realizando anteriormente la jerezana del Marruro. Por fandangos acudió a Enrique el Almendro y a Manolo Caracol, cantaor por el que se desenvolvió bastante bien debido a sus cualidades sonoras y su eco rancio y potente. Para terminar, no pudo olvidarse de su tierra y su cante más popular, la bulería. Bulerías cortas de la Plazuela, donde dejó notar la familia de la que desciende, los Rubichi, Moneo, etc.
A este cantaor, a pesar de contar con 27 años, se le augura un buen futuro, sobre todo por sus cualidades y afición, al igual que a Antonio Malena, guitarrista sobrio, técnico y de sabor muy jerezano, que recuerda a Parrilla y los Morao. Conoce bien el oficio de acompañante al cante, acoplándose perfectamente al cante del Berenjeno.
A continuación actuó Fina Colmenero, cantaora de Torredelcampo (Jaén), que dejó impresas sus formas en toda su actuación. A la guitarra le acompañó Marcos Serrato, guitarrista fino y con recursos suficientes para el acompañamiento. Abrió la noche con trilleras, acordándose del maestro Juan Valderrama, con voz bonita, un vibrato interesante para escuchar y unos formantes agudos, que le llevó a alcanzar tonos bastante altos. Por soleá se fue a Sevilla, y dentro de Sevilla a Triana, donde desmenuzó los cantes de Silverio y El Ollero, rematando en el estilo personal de Paco Taranto. En los tangos hizo cositas del emigrante del maestro de Torredelcampo, donde fue algo nuevo y elegante, aunque a falta un poquito de un pellizquito que llegase a la gente. Esto último puede ser insignificante. Para rematar la ronda de fandangos, se acordó de Vallejo, el Gloria y otros muchos maestros. Fandangos que supo llevar bien debido a sus buenas cualidades musicales, con buen vibrato y tonos que puede subir a niveles bastante difíciles.
Para terminar la noche, el arte llegó desde Cádiz, de la Viña y de Sevilla: David Palomar y Rafael Rodríguez, su guitarrista habitual, y maestro de la guitarra. Toda la noche fue un puro espectáculo de cantes gaditanos. Desde las cantiñas, los tangos caleteros atribuidos al Niño del Mentidero, y en homenaje a la gran perla de Cádiz, por tangos, mezcló garrotín, y otros muchos cantes, con la maestría que él sabe hacer, y por tanguillos se armó la revolera, con su gracia viñera y su arte tan personal, basado en los viejos maestros como el Beni, Manolo Vargas, La Perla, etc. Hasta en la seguiriyas, donde quitando las seguiriyas jerezanas del Marruro, todos los demás estilos eran gaditanos o portuenses.
Para rematar terminó con unas bulerías gaditanas de corte muy personal, con pellizco caletero, acompañado siempre por la fantástica guitarra de Rafael Rodríguez, guitarrista grandísimo en un escenario, de cualidades sobradas, de recursos ilimitados. Se compagina a la perfección con David. Se puede ver en sus rostros el entendimiento y lo bien que se lo pasan encima de un escenario.
Para terminar hubo la típica fiesta por bulerías, pero el tiempo era limitado, debido a las restricciones. Solo pudieron cantar Berenjeno y Palomar, poniendo en evidencia sus zonas de origen Jerez- Cádiz en sus estilos de bulerías.
José Ramón Checa Medina