Versos tragicómicos, la pena hecha guasa
La vida, la muerte, el amor y el desamor son los temas habituales del flamenco. También hay versos que aluden sin miramientos a la violencia doméstica, a la miseria, al racismo o a otras situaciones normalmente duras que se hacen manejables a través del cante.
El acervo de versos del cante flamenco es inimaginablemente grande y rico. Desde la poesía culta hasta la tradicional, hay un sinfín de fragmentos sacados del cancionero popular, del romancero, una especie de haikú andaluz que rara vez supera los tres o cuatro líneas.
La vida, la muerte, el amor y el desamor son los temas habituales del flamenco. También hay versos que aluden sin miramientos a la violencia doméstica, a la miseria, al racismo o a otras situaciones normalmente duras que se hacen manejables a través del cante. ¿El palo? Viene a dar lo mismo, con pequeños retoques la mayor parte de los versos del cante son intercambiables entre sí, y además, el flamenco es eso: desafío, bravura, valentía, lo de dentro sacado fuera, heridas que no cicatrizan pero se calman a través del cante.
Contemplemos este micro drama representado en una coletilla requeteconocida:
Quieras o no quieras
te vas a venir conmigo
por las malas o por las buenas
El habitual tono mayor de este juguetillo le da un aire frívolo, pero vamos a ver, se entiende que es un hombre que advierte a una mujer que más le vale obedecer sus órdenes, porque eso de “las malas”, no augura na’ bueno. Sin ánimo de promocionar lo “políticamente correcto” (tan fácil de ridiculizar), pienso que se podría optar por otros versos menos agresivos.
Nuestra añorada Juana la del Revuelo (Sevilla, 1952-2016) solía cantar el siguiente verso por fiesta, provocando risitas, pero no sé si el objeto de la aludida paliza hubiera apreciado el humor:
Mi marío me ha pegao
porque quiere que le haga
patatas con bacalao
También hay versos que aluden en tono cómico a la extrema escasez de recursos. El siguiente, cantado por Torre y otros, es uno de los más conocidos:
Cómprame por dios
una camisita
que siquiera me tape
la barriguita
Mi querida Cañeta de Málaga solía cantar el siguiente verso con intención cómica, todo un culebrón en apenas cuatro líneas, la tragedia de una joven que se entrega a un viejo ricachón para no pasar hambre, pero le sale mal la cosa. No me digáis que no es una perfecta joya:
Te casaste con aquel viejo
por las moneas
Ahora se acaban las moneas
y el viejo se quea
El tema del racismo en el flamenco es un berenjenal imposible de resolver, a la vez que versos como el siguiente, cantado por José de la Tomasa, tienen su punto entrañable, no tiene caso negarlo:
Había una gallinita
en medio de un llano
a ver quién se resiste
siendo gitano
O el siguiente, igualmente chistoso, que insinúa que los gitanos son empresarios astutos o incluso tramposos:
Graciosos son los gitanos
que se van en borrico
y vuelven en aeroplano
El verso citado a continuación es una versión alternativa de uno más dramático que popularizó Joselero de Morón (Puebla de Cazalla, 1910-Morón de la Frontera, 1985) y que lo remata aquél subestimado cantaor con las palabras “que lleva el ferrocarril”. La versión que aquí cito es de El alma de Andalucía (1929) de Rodríguez Marín, y tiene su punto irónico de humor negro, no cabe duda:
Yo te estoy a ti queriendo
con la misma violencia
que lleva un muerto corriendo
Con un tono desdeñoso similar al anterior verso, recoge José Calles el siguiente en su Cancionero popular (2001) con la curiosa referencia a “libras” en lugar de “kilos”:
El día que tú te fuiste
fue tan grande mi dolor
que me comí dos gallinas
y tres libras de jamón
Imagen superior: Juana la del Revuelo – Foto: Estela Zatania