¿Pero quién hace las reglas?
Las normas y reglas del flamenco, que son pocas pero rígidas, no son barreras, sino las llaves que desatan la belleza de esta forma de expresión que la hace tan especial, a la vez que proporcionan un lenguaje compartido.
Neófitos en el flamenco pueden preguntarse cómo este género tan expansivo, abierto, dinámico y espontáneo puede estar sometido a tantas reglas. Los “cánones”, como dice mi amigo Faustino. Pero de hecho, no podría ser de ninguna otra manera. En una sociedad sin leyes, reina el caos y una vida ordenada se hace imposible. Las normas y reglas del flamenco, que son pocas pero rígidas, no son barreras, sino las llaves que desatan la belleza de esta forma de expresión que la hace tan especial, a la vez que proporcionan un lenguaje compartido que permite que los intérpretes se comuniquen los unos con los otros.
Pero hay ciertos puntos polémicos que no gozan del consenso, o quizás a veces la frontera entre hacer algo bien o hacerlo mal queda poco definida. Las siguientes cuestiones, sólo unas cuantas de cientos que se podrían citar, alimentan debates acalorados en bares o grupos que pululan por las redes sociales especializadas en el flamenco.
Una siguiriya acompañada por arriba, (Mi) ¿es serrana? Soleá acompañada por medio (La), ¿se convierte en soleá por bulería?
“Por arriba” y “por medio” son posturas de dedos en el diapasón de la guitarra. Aunque cada postura (y hay otras) tenga voz propia, los palos del flamenco no se definen por las posturas de los dedos… ni por la velocidad, ni la poesía. Las formas, o palos, se definen por sus respectivas melodías. Dicho de otra manera, la canción del Cumpleaños Feliz siempre será precisamente eso, independientemente de cómo se acompaña, a qué velocidad o con qué instrumento. Igual que las formas del cante.
El taranto, ¿es de compás libre o se ajusta a una medida fija y bailable?
A menudo se escucha que el taranto es la versión acompasada de la taranta, pero en realidad son cantes independientes. Cantaores como Fosforito, Juan Villar, El Gallina y unos pocos más, que pasaron años cantando al baile, se inclinan hacia una interpretación rítmica del taranto, incluso cuando cantan “alante” (en solitario). Sin embargo, la inmensa mayoría de los tarantos grabados sin baile se interpretan con formato libre. Cuando pregunté al maestro Fosforito su opinión al respecto, contestó que es mejor cantar el taranto a un compás medido. Está claro que acepta ambas posibilidades, aunque prefiere mantener el trato acompasado del taranto.
«Las cuestiones planteadas, sólo unas cuantas de cientos que se podrían citar, alimentan debates acalorados en bares o grupos que pululan por las redes sociales especializadas en el flamenco»
¿Cuántos “ayes” tiene la caña? Las frases del “ay” tienen 6 tiempos o 7?
Para aquellos que no conocen la caña, es un cante similar a la soleá, y que incluye un segmento característico sin verso entre segmentos musicales. Los “ayes” sin verso pueden ser 5 o 6 frases, se escucha de ambas formas, pero si hay bailaor o bailaora, aquella persona tiene la última palabra. La cosa se complica más cuando comparamos la costumbre de guitarristas mayores de disponer 7 tiempos para cada uno de los primeros “ayes”, a diferencia de los jóvenes que tocan 6 tiempos, mucho más tragable. Esa modificación puede haber sido iniciativa de Paco de Lucía.
¿“Alegrías de Córdoba” o “cantiñas de Córdoba”?
Hace décadas, la palabra “cantiña” circulaba poco entre los aficionados. Cualquier cosa que sonaba a alegrías fue así designada. El gran cantaor gaditano Manolo Vargas fue entrevistado acerca de una grabación suya que tenía alegrías además de cantiñas. Cuando el entrevistador le preguntó por la diferencia entre ambas, contestó: «Ninguna. Es que la discográfica no me dejaba poner dos veces alegrías». Probablemente no bromeaba.
Las alegrías de Cádiz son 4 líneas de 8 sílabas, y unas cuantas melodías específicas, dispuestas de manera bastante directa y ordenada. En cambio, las cantiñas son una bolsa de sorpresas, con versos irregulares y fragmentos de folklore, giros inesperados, etc. Algunas cantiñas famosas son los caracoles, el mirabrás, romeras, rosas y sí, cantiñas de Córdoba y cantiñas del Pinini, aunque por tradición muchos todavía decimos “alegrías de Córdoba” y “alegrías del Pinini”.
¿Admiten las bulerías frases sueltas de 6 tiempos?
Trabajar con frases “huérfanas” de 6 tiempos (a diferencia de 12 rigurosamente) es un juego arriesgado si no estás seguro de lo que haces. Pero sí, se escucha, especialmente en guitarristas anteriores a Paco, no como error, sino una compensación que se adapta al momento por diversos motivos posiblemente relacionados con cante o baile. Cuando es manejado por intérpretes experimentados, apenas se nota. Un ejemplo sencillo que todos conocemos es el paseíllo que muchas personas emplean para iniciar su bailecito por fiesta. El paso ocupa 6 tiempos, pero nadie está contando, y alguna frase suelta aquí o allá puede quedar bien.
El eterno debate: ¿se puede rematar una malagueña del Mellizo con abandolao (Frasquito, rondeña, etc.)?
Esto es fácil. Si eres de Cádiz, la respuesta es no. De Jerez, quizás. De cualquier otro lugar, como quieras. En resumen, que hay que respetar los gustos y preferencias de los artistas y de cada localidad.
Imagen superior: Fosforito, Fernando Quiñones y Antonio Mairena. Foto: Sonidos negros
luis Antonio Presa Cernuda 12 noviembre, 2021
me encanta este artículo, maestra Estela. Enhorabuena, y añado con todos mis respetos, el flamenco como cualquier arte es una manifestación de total libertad artística, respetando como en cualquier arte sus reglas básicas. Un cordial saludo.