Mario Escudero, maestro e inspiración para siempre
Hoy he sentido la necesidad de recordar a mi muy admirado profesor de guitarra. Me llevó a conocer a Sabicas y me explicó los fundamentos de la música, por lo que le estoy eternamente agradecida.
Nunca he sabido hacer aquello que hacen los periodistas cuando escriben acerca de personajes o eventos que ocurrieron hace un número redondo de años. El guitarrista Mario Escudero nació en Alicante el 11 de octubre de 1928, y falleció en Florida, EEUU, el 19 de noviembre del 2004. Pero yo no tenía ganas de esperar cuatro años para el titular “hace 20 años…”, porque ha sido hoy, el 13 de febrero de 2020, que he sentido la necesidad de recordar a mi muy admirado profesor de guitarra.
Cuando falleció inesperadamente Fernando Martínez, mi primer profesor de guitarra, tuve que beber mi flamenco de otra fuente. Hacía poco que Mario Escudero había montado su estudio en Nueva York con el guitarrista clásico Juan de la Mata, así que inicié las clases con él. A veces estaba en el estudio el hijo pequeño de Mario colocando deditos en su guitarrita pequeña. Una vez estaba Paco, esperando a que terminara mi clase para ensayar con Mario.
El maestro Escudero siempre me regañaba por no obedecer la rigurosa alternancia de los dedos en el picado. Me llevó a conocer a Sabicas, me enseñó fragmentos interesantísimos, nunca un tema completo, y me explicó los fundamentos de la música, por lo que estoy eternamente agradecida. Me enseñó a usar el Sol menor con cejilla para cante, y otras novedades, y me animó a acompañar clases de baile y pequeñas actuaciones, aunque no tenía edad para entrar en establecimientos donde se servía alcohol, por lo que tocaba en centros culturales, colegios y similar. Un día Mario me sentó y me informó solemnemente de que “las mujeres no tocan la guitarra flamenca”, y sugirió que estudiara cante o baile para alimentar mi necesidad de flamenco. Las feministas de hoy están ultrajadas ante aquel consejo, pero considero que esa migaja de sabiduría me ha ahorrado décadas de decepción y frustración.
Google aporta unos datos biográficos. El nombre completo de Mario fue Mario Escudero Valero Jiménez Valverde, y la familia era originaria de Camas, Sevilla, con raíces en Ciudad Real, además de la región de Navarra y otros lugares del norte de España. De joven estudió con varios maestros, más notablemente Ramón Montoya y el Niño Ricardo. Mario Escudero fue el puente que comunicó la grandiosa época de Montoya, Ricardo y Sabicas con el mundo nuevo propiciado y puesto en movimiento por Paco de Lucía, que llegaría a ser el protegido de Mario.
De adolescente, Mario acompañó al legendario bailaor Vicente Escudero (ninguna relación familiar), y también llegaría a tocar a José Greco, Antonio y Rosario y Carmen Amaya, con cuya hermana se casó. Acompañó a un gran número de figuras del cante como Tomás Pavón, La Niña de los Peines, José Cepero, Antonio Mairena, Juanito Mojama, El Sevillano, Canalejas, Pepe de la Matrona y Pericón de Cádiz, entre otros. También sale en varias películas como Café Cantante (1951), en la cual acompaña a Ángel Pericet y Curro Terremoto con otros destacados artistas de la época.
«El día que Mario me dijo que fuera al estudio a escuchar a un estupendo guitarrista joven, recuerdo que le pregunté ¿Paco de qué?»
Mario Escudero, igual que Sabicas, que también echó raíces en Nueva York, creía en la viabilidad de la guitarra flamenca como instrumento solista de concierto capaz de conquistar un público global. Entre sus numerosas composiciones, está la brillante bulería titulada Ímpetu, que muchos atribuyen equivocadamente a Paco de Lucía, que llegó a grabarla, como también haría Gerardo Núñez.
El día que Mario me dijo que fuera al estudio a escuchar a un estupendo guitarrista joven, recuerdo que le pregunté “¿Paco de qué?”. Demasiado joven para desobedecer, y con suficiente edad para saber que había que cumplir los órdenes de mi maestro, hice el camino por Broadway por la nieve semiderretida, encharcada hasta los tobillos para llegar al estudio y lo que seguramente, pensé yo, iba a ser un gran tostón destinado a la gente mayor. Diez o doce flamencos neoyorquinos de pie en el estudio pequeño con las paredes pintadas de negro nos quedamos observando cómo el futuro de la guitarra flamenca tomaba forma delante de nuestros ojos en la persona de este niño, Paco de Lucía.
La fama de Mario iba en aumento, casi rivalizando la de Sabicas. Le encantaba contar la anécdota de una carta enviada por su padre Jesús desde Madrid con la dirección “Mario Escudero, guitarrista, USA” que le fue entregada en casa alrededor de un año después de su envío. Sabicas solía bromear acerca de su amistad con Mario: «Yo le robo la música, y él me roba las novias».
Mario volvió brevemente a España con la esperanza de pasar sus años dorados como miembro superior de la comunidad flamenca, y logró realizar algunas actuaciones, como la de solista en el 18º Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera. En 1987, la Cátedra de Flamencología de Jerez le otorgó su Premio Nacional.
Pero una enfermedad le cercenó el sueño, y volvió a Estados Unidos para cuidados médicos. Lo último que he sabido de Mario Escudero fue una llamada telefónica de su enfermera en Miami. Me contó que su paciente estaba muy bien, exhibía buen humor y tocaba la guitarra todos los días, lo cual me alegró sobremanera. Pero luego añadió: “Una pregunta. La guitarra no tiene todas las cuerdas. ¿Piensa que deberíamos conseguirle las que faltan?”.
Imagen superior: Kazuko Hillyer
Mario Escudero 18 febrero, 2020
Gracias Estela por su escrito sobre mi padre. La anécdota que cuentas sobre la actuación de Paco en su estudio de la 7ª Avenida, si mal no recuerdo, fue el primer recital de Paco solo en EE.UU, cuando tan solo era un chico joven. Fue su presentación al ambiente flamenco de NY como solista y, por supuesto, un éxito rotundo.
Solo una aclaración. Aunque mi padre admiraba al Niño Ricardo y fue una gran influencia en su toque, él no tomo clases con él, aunque aprendió mucho de él como se solía hacer en esa época; escuchando, observando y estando «en el ajo». Con el tio Ramon Montoya (flamenco) y con Daniel Fortea (clásico) si tomo clases durante bastante tiempo en Madrid.
De nuevo gracias y un saludo,
Israel Torres 26 octubre, 2020
Buenas Mario Escudero, escribo principalmente porque me gustaría que tanto Estela Zatania como Mario Escudero (hijo) lo leyeran y también porque me gustaría compartir mi sentimientos por este gran guitarrista que tuve la suerte de conocer y del que me ha influido enormemente por mi gusto por la guitarra flamenca.
Mi nombre es Israel Torres, soy maestro de primaria en un colegio, pero mi pasión es la guitarra flamenca, soy de Huelva
A finales de los 80, en la Peña Flamenca de Huelva, los profesores de baile y guitarra eran Don Manolo Marín y Don Mario Escudero. Hasta hace poco e investigando sobre este gran guitarrista no he dado con información y a parte me he dado cuenta de la riqueza musical y flamenca que aprendí, en ese tiempo que yo recibía clases de guitarra y estuve unos meses aprendiendo de Don Mario Escudero (porque me apuntaron en enero y en mayo acaba).
Que gran guitarrista y gran docente en sus clases, he sentido nostalgia al ver su videos y escuchar sus obras, muchas veces me pregunté qué fue de él, y hoy con mucha emoción me he enterado, me hubiera encantado haber hablado alguna vez con Mario porque lo conocí con 10 años en aquellas clases de guitarra y luego mas mayor valoré el privilegio que tuve de estar al lado de uno de los pilares de la guitarra flamenca en su historia.
A día de hoy, aunque soy docente en un colegio, la guitarra sigue siendo mi pasión y raro es el día que no toco Ímpetu, Caminos Malagueños o Repiqueteo Flamenco, obras que estudié en el conservatorio y que también estudié por mi cuenta.
Me gustaría, contactar con vosotros, mi correo es irjitose@gmail.com
Un fuerte abrazo y sobre todo gracias por mantener viva la música de Don Mario Escudero.
Estela Zatania 18 febrero, 2020
Hola Marito (como te decíamos), esperaba que tuvieras oportunidad de ver el artículo.
Lo que ocurrió en el estudio aquella tarde, no fue, ni muchísimo menos, un recital, ni éxito rotundo ni aplausos ni asientos siquiera. Un cuartito de pocos metros, diez o doce personas de pie, no cabía más…el nombre de Paco aún no circulaba, y nos preguntamos mutuamente el motivo de estar allí, si sólo se trataba de un guitarrista joven. David Moreno que se juntaba mucho con tu padre, había organizado la velada…había vino y algo de picar, no fue un acto público. No sé si David aún vive, él te lo puede contar…o incluso Juan de la Mata. Estuvo el guitarrista Roberto Strack, pero creo que falleció poco después, posiblemente Emilio Prados, y no recuerdo quién más. Tampoco había presentaciones de ningún tipo. Paco estaba sentado en un rincón y cuando tu padre hizo una señal, empezó a tocar. Dos temas…primero uno libre, posiblemente rondeña, y después, bulerías. Fue más que suficiente para dejarnos impresionados.
Ahora el nombre de Mario Escudero goza de un prestigio que entonces no tenía, por lo cual me alegro enormemente. Conocía la relación con Daniel Fortea, pero no formaba parte de mis vivencias con tu padre
Un abrazo fuerte,
Estela Zatania
Mario Escudero 26 julio, 2020
Hola Estela, y espero que lleves esto del bichito lo mejor posible. Efectivamente, fue un evento relegado a pocos allegados y buenos amigos del Escudero Flamenco Center, el pequeño estudio que tenia mi padre en la tercera planta del 850 de la séptima avenida (creo que recordar que tenia tan solo 3 habitaciones). Y, como tú dices, no habia mucho sitio para acoger más que unas 20+ personas posiblemente. Por tanto, referirse a dicho evento como tan solo «actuacion» seria más correcto si por «recital» se entiende como un pequeño concierto, que obviamente no fue. El proposito del mismo, era simplemente presentar a Paco al pequeño nucleo de conocidos y aficionados de su estudio como la nueva promesa de guitarrista solista, del cual ya se comenzaba a oir con fuerza para entonces, pero que todavia no habia comenzado a dar conciertos como solista (cosa que comenzaria en NY años más tarde con su primer concierto solo en Carnegie Hall. Revisando las cosas de mi padre hace unos años, encontré la publicacion (creo que era trimestral) que hacia su estudio donde habla precisamente de esa actuación…Por cierto, por lo que he oido de conocidos que aun viven en NY, Juan de la Mata falleció hace unos años (posiblemente más de 5). QEPD.
Gracias por llamarme «Marito». Casi toda la gente que me conoce de esa epoca tambien lo hace, y la verdad es que a mi edad es bienvenido (me hace sentirme más joven! hahaha). Lo dicho, a cuidarse del bicho y a ver si pronto vuelve la vida normal…Saludos.
Alma González 24 enero, 2024
Hola Mario. Vamos a ir a NY en breve para un rodaje y nos gustaría contactar contigo.
Israel Torres 26 octubre, 2020
Buenas Estela Zatania, ante todo admiro tu trabajo y labor en favor del flamenco; a parte, escribo principalmente porque me gustaría que tanto Estela Zatania como Mario Escudero (hijo) lo leyeran y también porque me gustaría compartir mi sentimientos por este gran guitarrista que tuve la suerte de conocer y del que me ha influido enormemente por mi gusto por la guitarra flamenca.
Mi nombre es Israel Torres, soy maestro de primaria en un colegio, pero mi pasión es la guitarra flamenca, soy de Huelva
A finales de los 80, en la Peña Flamenca de Huelva, los profesores de baile y guitarra eran Don Manolo Marín y Don Mario Escudero. Hasta hace poco e investigando sobre este gran guitarrista no he dado con información y a parte me he dado cuenta de la riqueza musical y flamenca que aprendí, en ese tiempo que yo recibía clases de guitarra y estuve unos meses aprendiendo de Don Mario Escudero (porque me apuntaron en enero y en mayo acaba).
Que gran guitarrista y gran docente en sus clases, he sentido nostalgia al ver su videos y escuchar sus obras, muchas veces me pregunté qué fue de él, y hoy con mucha emoción me he enterado, me hubiera encantado haber hablado alguna vez con Mario porque lo conocí con 10 años en aquellas clases de guitarra y luego mas mayor valoré el privilegio que tuve de estar al lado de uno de los pilares de la guitarra flamenca en su historia.
A día de hoy, aunque soy docente en un colegio, la guitarra sigue siendo mi pasión y raro es el día que no toco Ímpetu, Caminos Malagueños o Repiqueteo Flamenco, obras que estudié en el conservatorio y que también estudié por mi cuenta.
Me gustaría, contactar con vosotros, mi correo es irjitose@gmail.com
Un fuerte abrazo y sobre todo gracias por mantener viva la música de Don Mario Escudero.
Julio de los Reyes 18 febrero, 2020
Qué gusto leer, Estela, tu estupendo artículo sobre Mario Escudero, sin duda uno de los grandes de la guitarra flamenca.de todos los tiempos. Los recuerdos se amontonan en la
cabeza, desde que le conocí en Los Angeles, trabajé con él y Luisa de Triana en Santa Barbara,
conviví en el mismo edificio con su padre Jesús y después tantas veces en Nueva York….
Felicidades por ese gran texto.
A Marito mis mejores deseos y un fuerte abrazo, Cada vez te pareces más a tu padre.
Julio de los Reyes
Mario Escudero 26 julio, 2020
Hombre, Mr. Julio! Me alegro saber de ti. Perdí tu email. Pero, no me he olvidado de tu petición de grabar un video tocando Castillo de Xauen de Esteban. Me pongo a practicarlo a tropezones y no consigo tocarlo medianamente decente para subirlo. Pero, si Dios quiere, pronto lo haré. Muchos recuerdos desde Madrid y cuidaros del bichito este, que tiene guasa …Un abrazo.
Peter Manuel 26 febrero, 2020
Very nice article; I feel fortunate to have heard him in New York. Meanwhile, it is fun for me to read your articles in google-translate-English, and then see if I can translate in my head back to the original. I was able to get this one: «He taught me how to use the Lesser Sun with a singing nut.»
Un abrazo—
Estela Zatania 26 julio, 2020
Marito, qué alegría saber de ti, y que hables de aquel histórico micro recital de Paco al que tuve la suerte de asistir. Tenía clase con tu padre el día anterior, y él me dijo que no debía faltar, menos mal que le hice caso.
Afortunadamente, ahora él recibe la debida atención que siempre se ha merecido. Cuídate tú también…un abrazo