Es uno de los grandes nombres del baile flamenco de las últimas décadas. Del barrio de Santiago, Antonio Ríos Fernández (1971) es nieto, hijo y sobrino de grandes bailaoras con el nombre de Juana. Su abuela, Tía Juana, su madre, Juana la Grande, y su tía, Juana Fernández (que ahora llamamos Juana la del Pipa), han sabido mantener el braceo más esencial de la gitanería de Jerez. Cuenta en esta entrevista sus primeros años con Manuel Morao –quien contó con él y le hizo compartir coreografías con Ana Parrilla, a quien admira–, con El Torta, que compuso unas cantiñas para él, o posteriormente, con Lola Flores. Está celebrando los veinticinco años con compañía propia, viéndose reflejado su trabajo en el último Festival de Jerez, en el que contó con la colaboración de Manuela Carrasco. Ahora, entre espectáculos y giras, está dirigiendo a la hija de la Diosa, a Manuela Carrasco Jr, que se presentará en Flamenco Viene del Sur el próximo mes de junio. Siempre se ha sentido libre y, sobre todo, seguro de sí mismo. Es elegante como él solo. 

«Yo empecé como empezamos todos los gitanos de Jerez: cantando y bailando en nuestras fiestas. Llegas a la adolescencia y crece tu ego cuando escuchas ‘qué bien baila este niño’ y te sientes pavo real»

El bailaor Antonio El Pipa, durante su charla con Juan Garrido en las Bodegas Valdespino de Jerez.