El flamenco es un género musical lleno de pasión, emoción y tradición arraigada en la cultura andaluza desde hace aproximadamente dos siglos. En este vibrante arte contamos con el cante, el baile y la guitarra. El baile flamenco se imparte como materia específica de danza dentro del currículo de los conservatorios nacionales. Pero la guitarra flamenca tuvo un proceso de introducción diferente. La primera Cátedra de Guitarra Flamenca se instaura en la ciudad de Córdoba. Fue el guitarrista y profesor Manuel Cano quien la puso en marcha y se extendió pronto a otras ciudades como Murcia y Barcelona. No obstante, la lucha por incluir la guitarra flamenca como especialidad instrumental en los diferentes conservatorios andaluces y españoles parte de una plataforma en favor de esta disciplina creada en Jerez. Una vez iniciado este proceso y con su correspondiente expansión se crearía la especialidad de Flamencología, también en Córdoba, y Cante Flamenco en Barcelona y algunos conservatorios andaluces. De hecho, para el siguiente curso entrará en el Conservatorio Javier Periánez de Huelva.

 

Actualmente estas disciplinas vienen recogidas en los Reales Decretos del Ministerio de Educación, tanto en el Grado Elemental, Profesional o Medio y  Superior. Esto supone un logro importante en el reconocimiento del Flamenco como arte específico. Sobre todo desde que se publicó en el BOJA del 29 de septiembre de 2004 el Decreto 488/2004 del 14 de septiembre por el que se establece el currículo de Guitarra Flamenca para los Grados Elemental y Medio o Profesional de las enseñanzas de Música.

 

En Jerez se crea la Plataforma en Defensa de la Guitarra Flamenca en el Conservatorio como especialidad instrumental en los conservatorios. Esto viene motivado tras el suceso ocurrido en octubre de 1997. En este año un grupo de veintidós alumnos matriculados en el Conservatorio Joaquín Villatoro de Jerez de la Frontera se quedan fuera por no ofertar guitarra flamenca. A esto para otras asignaturas se le cambia la sede e incluso le proponen coger otro instrumento. Un grupo de padres liderados por Juan Zarzuela Gil emprenden una protesta y crean la plataforma antes mencionada para que incluyan las enseñanzas de guitarra flamenca en los conservatorios de música.

 

Este trabajo, extenso y arduo, se ve respaldado por infinidad de profesionales de diferentes ámbitos. Entre muchos, Cristina Hoyos, Paco de Lucía, Manuel Morao, Maestro Balao, Chano Lobato, Manolo Sanlúcar, Paco Cepero, La Macanita, Fernando de la Morena, Serranito, Luis el Zambo, Manuel Alejandro, Alfredo Benítez o Manuel Ríos Ruiz. También Juan de la Plata, presidente y fundador de la Cátedra de Flamencología de Jerez. Recibe el apoyo de otros profesores de diversos conservatorios como Raúl Llanes, jefe de estudios del Conservatorio de Huelva. Destaca el apoyo del periodista José María Castaño, que escribe un artículo sobre el caso en la revista La Flamenca. E incluso firmaron el apoyo otras personalidades como Jose Antonio Labordeta o Carol Rovira. Esta propuesta recibió el apoyo del pleno de los ayuntamientos de diferentes localidades andaluzas. Se expusieron en Madrid y Barcelona. Este proceso concluye con la inclusión de la guitarra flamenca en los conservatorios de música.

 

Se da un paso más allá para preservar y difundir esta forma de expresión única. Así, surgen cátedras de guitarra flamenca como instituciones al conocimiento y transmisión de este instrumento. Aparecen como respuesta a la necesidad de proteger y fomentar la tradición, la técnica y la identidad instrumental. Su fin es conservar la tradición y herencia cultural flamenca. Esto se realiza a través de la enseñanza de las diferentes técnicas tradicionales y, actualmente, más novedosas. Se adquieren los fundamentos necesarios para interpretar el flamenco. Desde la postura correcta de ambas manos hasta el rasgueo característico acoplado al dominio del compás.

 

 

«Poco a poco, la guitarra flamenca se instaura en más conservatorios: Murcia, Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía. En los conservatorios andaluces se imparte el Grado Elemental y el Grado Medio. El Grado Superior solo está instalado en Córdoba. En muchos conservatorios se realizan actividades de gran interés, como la Orquesta de Guitarra del Conservatorio de Sanlúcar la Mayor»

 

 

Desde estas instituciones se valora la evolución del género. Se combinan conocimientos tradicionales y creatividad, exploración de nuevas sonoridades y técnicas. La cátedra actúa como un puente entre el pasado y el futuro donde aprenden de los mejores exponentes de toda la genealogía guitarrera. A su vez los maestros actuales transmiten la esencia emocional y cultural del flamenco. Y por supuesto el contacto con la práctica real a través de galas, recitales o intervenciones en tablaos.

 

No obstante, todo no es un camino de rosas. Resulta cuanto menos curioso que existan estas instituciones en Córdoba, Barcelona o Murcia, y ciudades como Madrid no dispongan del Grado Superior de Guitarra. Pero los más sorprendente es que una de las primeras cátedras de guitarra flamenca se creara en Róterdam, fundada por el guitarrista de Córdoba Paco Peña en 1985. Y parece anecdótico que el primer catedrático de guitarra flamenca es el guitarrista cordobés Paco Serrano, graduado en 1996 en el Conservatorio de Róterdam y pasando a formar parte del claustro de profesores del Conservatorio Rafael Orozco de Córdoba tiempo después.

 

La figura de Manuel Cano, guitarrista e historiador, fue titular de la primera cátedra oficial de Guitarra Flamenca de Córdoba. Cano ocupa la titularidad de la Cátedra en el Conservatorio Superior de Córdoba durante diez años, desde que gana la oposición para ello en 1978. Además, sus investigaciones sobre el folclore andaluz le llevaron a ser profesor de la Universidad de Granada y asesor de la Unesco.

 

La enseñanza de la guitarra va paralela a la del baile, sobre todo en lo referente al flamenco, además de que ambas disciplinas se han criticado desde los conservatorios por su carácter popular, pasional y desenfadado. En el siglo XIX, el guitarrista alicantino Trinitario Huerta es criticado por sus incursiones en el rasgueo. Y estas guitarreras maneras le alejaron de la concesión de la Cátedra de Guitarra en el Conservatorio de Madrid en 1857.

 

Pero también se conoce que muchos guitarristas clásicos tienen aprecio al flamenco. Y se refleja en los métodos de guitarra. Francisco Rodríguez Murciano se considera el primer guitarrista flamenco. Su Rondeña-Malagueña se publica en 1878, años después de su muerte. Matías de Jorge Rubio publica un método de guitarra donde se explica por primera vez el rasgueo, en 1860. Julián Arcas fue un guitarrista clásico de corte académico muy acercado al flamenco. Juan Parga, guitarrista clásico de El Ferrol, publica en 1893 La guitarra Española, gran colección de obras características para guitarra, con polo, panaderos, seguidillas, guajiras y soleá.

 

 

 

 

Esos son algunos ejemplos, hasta que Rafael Martín publica en 1902 el primer método de guitarra puramente flamenco. En este método se detallan las técnicas del toque flamenco, piezas sencillas y de concierto e incluso algunos datos históricos. Tras este método vendrían más: Meme Chacón, Luis Maravilla, Manuel Granados o Juan Grecos. A día de hoy, muchos de ellos se utilizan en los conservatorios donde se imparte la guitarra flamenca.

 

La guitarra flamenca poco a poco se instaura en más conservatorios. Entre ellos en Murcia, Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía, con una oferta mayor de centros. En los conservatorios andaluces se imparte el Grado Elemental y el Grado Medio. El Grado Superior solo está instalado en Córdoba. No obstante, en muchos conservatorios se realizan muchas actividades de gran interés, como la Orquesta de Guitarra del Conservatorio de Sanlúcar la Mayor, que interpreta en su repertorio varios temas flamencos. En el Conservatorio de Jaén se imparte el Grado Superior de guitarra flamenca desde hace tres años, donde trabaja la profesora y guitarrista flamenca Laura González al frente. También el Conservatorio Elemental de Música de Herrera, con Mariano Delgado Cuenca como el titular de guitarra flamenca.

 

 

 

 

Un caso extraordinario es el del Conservatorio Profesional de Música Maestro Muñoz, de Lucena, Córdoba. Aunque es de los pocos que no imparte, de momento, la especialidad de guitarra flamenca, tiene en Primitivo José Buendía, profesor de piano, un fiel defensor del flamenco. Él ha realizado un minucioso trabajo integrando la guitarra con el piano y otros instrumentos en el desarrollo de diferentes obras flamencas. Este trabajo sería un buen punto de partida para extender el arte flamenco dentro de los conservatorios tanto andaluces como nacionales. Esta colección de obras del maestro Primitivo es de interés para conocer la música flamenca.

 

Entre las prioridades de la nueva Ley del Flamenco se encuentran la conservación, salvaguarda, transmisión y difusión del arte flamenco de la manera adecuada y correcta. Con exquisito respeto a las raíces y a todos los que engrandecieron esta manifestación artística. Con el fin de que evolucione sin que se pierda su identidad cultural. Por ello, la inclusión de la guitarra flamenca en todos los conservatorios de música es un paso importante que debe de estar acompañado de las otras disciplinas flamencas, cante y baile, tanto en carreras individuales como en continua interacción entre ellas. Debido a todo ello, el conservatorio de música promueve la salvaguarda de la guitarra flamenca adecuadamente.

 

 

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