Un sábado más de este festival, el Suma Flamenca de Madrid. En esta ocasión en el Centro Cultural Paco Rabal, con Utrera por bandera y un nimbo taurino que según el protagonista de la noche le hace sentir protegido, a pesar de confesar ser la última persona en este mundo capaz de salir a un ruedo.

 

Rafael Usero Vilches es un cantaor utrerano de gran recorrido, cuya voz ha dado forma al baile de grandes figuras como Cristina Hoyos, Eva la Yerbabuena o Manuela Carrasco. Fui piera es el espectáculo que va a defender esta noche. Una mesa en el lateral izquierdo y cuatro sillas. En la central, una inmaculada chaqueta de torero que va a deshacer de miedos al cantaor e infundirle el pellizco sernetero que necesita.

 

Javi Peña y Rafael Usero marcan con los nudillos un compás amaderado sobre la mesa que tienen frente a ellos. Un metal fino y desgarrador cobija letras de soleá apolá con un estilo personal que quizá haga latir con más brío la potencia vocal del utrerano. Cuando parece que ya no existen más notas hacia las que subir, Rafael sacude con fuerza sus cuerdas vocales y sube un tono más, como si en cualquier momento fuera a conseguir abrir el techo del centro cultural que hoy recoge esta gala.

 

La guitarra de Pepe Fernández grita los acordes de levante que cincelan las tarantas del cantaor. Esta vez la de seis cuerdas tiene mucho protagonismo, pues obsequia a los asistentes con un ambiente en calma y sosegado, equilibrando así la pujanza de una voz que sacude con vigor la escena. Llega entonces la Tarara para rematar este cante y colmar de susurros un espacio virgen de dulzura y mansedumbre hasta el momento.

 

Rafael aprovecha este momento para explicar que el título del espectáculo responde a un momento de madurez artística en la que después de mucho brotar, rodar, conocer y pulirse como una piedra que busca su centro ha llegado el momento de disfrutar y dejarse llevar por la corriente del presente, de la solidez, del aquí y el ahora.

 

 

«En el momento preciso, a la hora exacta. Así llega el cante de Rafael de Utrera por seguiriyas. El instante en el que el público está tan imbuido en la escena que solo les queda prestar el corazón a las modulaciones de Rafael. Después, Paco La Luz con un quejío eterno que emociona y parece agrandar su figura»

 

 

 

 

Las maderas de la tabla circular vuelven a resonar para mecer a Córdoba por alegrías y acompañar juguetillos de romera. En este caso, el peso fundamental reside en el compás. El jaleo y el colorido circundan cada uno de los ladrillos que están cimentando un aire gaditano muy vivaz. Poco a poco, el cantaor va acostumbrando a los oyentes al susurro final de los últimos tercios de sus fragorosas coplas.

 

Para no caer en la monotonía de los repertorios flamencos que muchas veces parecen estar encorsetados en una estructura inamovible, Rafael de Utrera recurre a una vidalita muy personal que consolida las bases para ceder el sitio a una pintoresca farruca que aplaca su voz y que los espectadores reciben con gusto y emoción. Así, consigue no caer en la tónica habitual en la que seguramente en lugar de la vidalita habría tocado escuchar la seguiriya de Manuel Molina. Por suerte, la vidalita es un palo que cada vez se acoge con más entusiasmo en el panorama flamenco actual.

 

Ahora, Pepe Fernández. Esa aguja fina difícil de encontrar en un pajar es Pepe para el cantaor. Y es que la gente está respondiendo tan bien que este decide obsequiarle con el toque de su compañero, pues él lo considera un regalo. El francés de familia gitana y origen granadino regala el sonido de la contención, el gusto y la humildad. Acordes enfundados en la profesionalidad, la delicadeza y la elegancia que hacen de contrapeso para la energía que traen, ahora sí, las seguiriyas de Manuel Molina.

 

En el momento preciso, a la hora exacta. Así llega el cante del de Utrera por seguiriyas. El instante en el que el público está tan imbuido en la escena que solo les queda prestar el corazón a las modulaciones de Rafael. Después, Paco La Luz con un quejío eterno que emociona y parece agrandar su figura por momentos. Como culmen, la voz del artífice pisa con decisión el suave rumor de la guitarra para acabar con un macho calibrado y enardecido al que le dejan el hueco suficiente para expandirse en el silencio de los que saben escuchar. Es a partir de este instante cuando el equipo consigue erigir la actuación a una categoría superior.

 

Hay diligencia y actualidad en los tientos que interpreta a continuación. La claridad se apodera del proscenio para dar lugar a los esperados tangos que brotan expresivos al ritmo del guruguru. Entonces, el compás binario consigue elevar del asiento a quien pone firmemente su piel a disposición del momento con más soniquete y vibración de la noche.

 

Un pregón que rompe los límites de la amalgama se envuelve en unas bulerías llenas de empaque y algarabía. Y como broche, un guiño a su tierra. Soleares de Utrera que, a golpe del último susurro, dejan morir lentamente una actuación que exhausta de duende, vuelve a la maleta hasta Polonia, su próxima parada junto con Vicente Amigo.

 

 

Ficha artística

Fui piera, de Rafael de Utrera
Suma Flamenca 2023
Centro Cultural Paco Rabal, Madrid
28 octubre 2023
Cante: Rafael de Utrera
Guitarra: Pepe Fernández
Compás: Javi Peña y Rafael Usero