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Rubén Olmo se corona en este Festival de Jerez con ‘Horas contigo’

Marco Flores, Rubén Olmo y Patricia Guerrero han presentado sus últimas creaciones, destacando en contenido, formas y mensaje el del más experimentado de los tres, Rubén.

'Horas contigo', de Rubén Olmo. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

El Teatro Villamarta ha acogido tres nuevas propuestas en el Festival de Jerez, que encara, ahora sí, sus últimos días. Nos centramos en los montajes de tres nombres propios de la danza y el flamenco que han crecido de la mano de esta muestra que cumple veintitrés años. Marco Flores, Rubén Olmo y Patricia Guerrero han presentado sus últimas creaciones destacando en contenido, formas y mensaje el del más experimentado de los tres, Rubén. Su vuelta al Festival con propia compañía suponía un reto para el sevillano, una vez más, que conquistó al respetable –curiosamente menos numeroso que el resto de días– desde el concepto de belleza. Así, entendemos que aunque no todo sea flamenco, ni tampoco todo sea clásico, ni tampoco todo sea vanguardia –que al final todas las formas se complementan en la danza española–, sí afirmamos que la emoción existe en Horas contigo, en un resumen encima de las tablas de la dedicación por completo que este sevillano ya consagrado expone a su pasión. En su soledad enfrenta al abismo de la creatividad, de la experiencia vacía que está por venir y del mensaje que ha de mostrarse. Desde coreografías limpias, ricas en matices, profundas en sabor y dominio de la técnica, Olmo deja sin palabras a los espectadores. Cuenta con Eduardo Leal y Patricia Guerrero como invitados, dos buenas columnas a las que apoyarse. La unión de Rubén con cada uno de ellos supone la fusión más perfecta del diálogo artístico en forma de baile. El momento más curioso llega con la reinterpretación de esa galvánica falsa farruca, gaita incluida, y público sonriente por lo sui generis. La música, el ambiente, la atmósfera sonora son parte fundamental en una obra que de principio a fin merece la pena y, por ello, se destaca como una de las mejores aportaciones de esta edición del Festival. Emoción, insistimos, que es lo que cuenta.

En el otro lado están Marco y Patricia. El primero de ellos presentó en la noche del martes 3 de marzo su Fase alterna, en la que reconoce querer encontrar una identidad propia a partir de la libertad de movimientos y «considerando cómo los distintos espacios sonoros, escénicos o dancísticos infieren» en ese proceso. En otras palabras, huye de su marcado estilo flamenco para adentrarse en la novedad del mensaje, ese que quiere crear para que lo identifique como un artista sin límites. A lo que respecta al transcurso, se nos hace denso y demasiado amplio, dejando de concretar en lo que realmente valoramos de él, su lógica habitual. Entendemos que arriesgue, pero no convence del todo. Podemos decir lo mismo de Guerrero, que durante hora y veinte lucha en Distopía (noche del martes 5) contra sus propias reflexiones, planta cara a sus aciertos reales y a sus miedos existenciales, siempre desde el plano de la mujer que ve cómo el ente social, incluso espiritual, oprime sus decisiones. En este mensaje cae en contradicciones, desde números que son independientes entre sí, aunque compartiendo formas y estilos. Dani de Morón se encarga de la guitarra, que invita al disfrute. No acaba los bailes, está todo pensado. El escenario destruye la lógica y se aprecian situaciones llamativas, incomprensibles, como la aparición de seres extraños con bolsas de cartón en la cabeza. Ella desnuda su alma desde su propio cuerpo, porque su cuerpo es baile, pero su mensaje es más rompedor que estético, y no logra, al menos a mí, levantarme el vello.

Fuera del Villamarta asistimos a otras entregas, todas ellas con el baile como protagonista. Aún no sufrimos cólico de tanta cantidad, porque damos con nombres interesantes y jóvenes que comienzan a despegar en solitario. Uno de ellos es Adrián Santana, que trajo Simbiosis, un montaje sencillo y muy flamenco que defiende claramente la comunicación de dos perfiles, porque fluye su discurso gracias a la aportación de Águeda Saavedra, una de las piezas fundamentales de este espectáculo tan sencillo como emocionante. Bailes de principio a fin, transiciones cuidadas y limpias, pellizco en el cante de atrás: Jesús Corbacho e Ismael ‘El Bola’… Será lo de siempre, pero lo bueno no pasa de moda. Esto fue en la tarde del lunes en Sala Compañía.

En Sala Paúl, hemos acudido a la llamada de dos propuestas con mucho sentido que han dejado florecer las inquietudes de dos intérpretes con futuro. Eso entendemos al visualizar ambos espectáculos, cuyo protagonismo es el baile aunque guionizado. Por una parte, la tarde del domingo 3 sorprende la capacidad de José Maldonado en Bodegón, en una mirada al interior y a esas etapas por las que el artista pasa para llegar a la creación reivindicando, a su vez, que es el alma, el corazón, la esencia, lo que realmente mueve todo el mensaje que se construye. Desde los primeros pasos hasta la etapa actual, bailaor/bailarín solista, que mantiene una estética solvente y que llega a persuadir positivamente desde los dibujos en un lienzo, y la materialización de sus ideas. Tarde del martes en el mismo sitio. Ana Latorre rinde honores a sus padres, Javier Latorre y Nuria Leiva, de ahí que el título del recital sea Leiva yo a contar… Desde los consejos y el amor partenofilial, Ana comienza a caminar en solitario con un espectáculo que muestra las influencias artísticas vividas en su propia casa que le sirven, ahora, para construir su propio yo.

No sería justo acabar este comentario sin hacer referencia al éxito obtenido por Rafael de Zambo y Nono Jero en el ciclo De peña en peña en la entidad del barrio de Santiago, Luis de la Pica. Recital cargado de pureza genética acudiendo a la llamada de la escuela de los Sordera. Público entregado y en pie.

 

'Distopía', de Patricia Guerrero. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Distopía’, de Patricia Guerrero. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

'Horas contigo', de Rubén Olmo. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Horas contigo’, de Rubén Olmo. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

'Leiva yo a contar..', de Ana Latorre. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Leiva yo a contar..’, de Ana Latorre. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

'Bodegón', de José Maldonado. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Bodegón’, de José Maldonado. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

'Simbiosis', de Adrián Santana. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Simbiosis’, de Adrián Santana. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

'Fase alterna', de Marco Flores. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

‘Fase alterna’, de Marco Flores. Festival de Jerez. Foto: Javier Fergo.

 

 


Jerez, 1991. Flamenco y comunicación las 24 horas del día. Desde 2012 en prensa escrita, tertulias radiofónicas, programas de tv, presentación de festivales, revistas especializadas... En mi familia todos bailamos por bulerías, aunque yo soy el único periodista.

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