Tuvo en su mano la oportunidad y la dejó escapar. El menor de los Morente se presentó en Sevilla de la mano del Instituto Andaluz del Flamenco, el mejor padrino o madrina que te puede caer del cielo en esto de lo jondo. Y lo hizo en uno de los principales escaparates de este arte, el ciclo Flamenco viene del Sur, que sabes, prima, que quien triunfa aquí tiene el camino expedito a la Bienal de Flamenco. Dices tú que por qué en Sevilla y no en Granada, teniendo tan cerca del Albaicín el Teatro Alhambra de la ciudad nazarí. Allí hubiera colgado el cartel de no-hay-billetes. Aquí, ni media entrada, sí, que la entrada a veinte euros no ayuda tampoco.

José Enrique Morente Carbonell (Granada, 1986) es hijo de Enrique Morente y de la bailaora Aurora Carbonell La Pelota. Ha estado con el flamenco pegado a sus tripas desde que nació, y se ha criado a la vera de la gran saga de los Habichuela. Es guitarrista de conservatorio y posee unas condiciones innatas que están destinadas a convertirlo en un buen cantaor de flamenco. De garganta rápida y oído privilegiado, su capacidad de afinación es portentosa. Y su capacidad de imitar, también.

Por supuesto que un hijo debe mantener el legado de su padre, y más si este ha sido uno de los más grandes creadores de la historia del flamenco. Cómo no asimilar su lenguaje, sus formas cantaoras. Incluso el eco, a veces, si me apuras. Pero entre eso y la imitación hay un trecho. Y Kiki aún no se ha puesto a intentar salvarlo. Y no solo lo imita a él, también a su hermana Estrella, y, sobre todo, a Arcángel, su otro modelo.

Sus dos mejores interpretaciones anidaron en su garganta pensando en el onubense. La Caña del Fillo El Pensamiento me anima, anunciada en el programa como Polo, y rematada por la soleá apolá de Enrique Ortega. Y unas espléndidas soleares tituladas El detalle, del disco de David Carmona, grabadas por Arcángel. Por cierto, soleares de Triana al estilo de El Pele, basadas en la de Charamusco.

Comenzó el recital con un homenaje a Enrique Morente, sin guitarra. Una toná irreconocible en modo cantante para el Llanto de la guitarra, tan de moda este año, segundo pasaje del Poema de la seguiriya gitana que Federico García Lorca incluyó en su eterno Poema del cante jondo. Sin dejar de respirar, alegrías para el baile con la letra de La tarde que mataron al Espartero, de José Bergamín, el poeta madrileño de la tauromaquia. Y volviendo a exprimir la mesa de mezclas, el DJ remata el cante con Si mi voz muriera en tierra, de Rafael Alberti, a compás de seguiriyas. Mira la bailaora, es Irene Rueda, de Granada también. Mueve muy bien las manos, expresionismo en las estampas. Temperamental, agresiva con los pies, por momentos.

Como lo empezó lo acabó. Con otro homenaje a don Enrique, de nuevo sin guitarra. Adiós, Málaga, en el final de fiesta, en el que tuvo su pataíta el artista multidisciplinar Pedro Gabarre, percusionista, bailaor y cantaor de flamenco fusión. Con el cajón estuvo de bien para arriba, aunque su solo para lucirse resultó algo tibio. Lo mejor de la noche, la guitarra. David Carmona Fernández le echó todas las papas al guiso de lo jondo con su guitarra de palosanto. El discípulo de Manolo Sanlúcar acompañó maravillosamente de principio a fin, y nos dejó unos tientos teñidos de tonos graves, falsetas originalísimas y soníos negros.

Kiki Morente mostró su calidad vocal como seguiriyero, interpretando, otra vez, aquella que grabara su progenitor con el maestro Sabicas, Yo no soy de esta tierra. Para el olvido, la canción Asesinato de Poeta en Nueva York, tomada del Lorca menos flamenco, y rematada con unos fandangos acelerados de Frasquito Yerbabuena. Siguió con unos tarantos infumables al baile de Irene. Eso sí, el público se rompió las manos a aplaudir. Bueno, pero te gustaron los tangos granadinos. Y las bulerías. Bueno.

FICHA ARTÍSTICA:

Espectáculo: Albayzín

Ciclo: Flamenco viene del Sur

Lugar y fecha: Teatro Central de Sevilla. 9/4/2019

Al cante: Kiki Morente

A la guitarra: David Carmona

Al baile: Irene Rueda

Percusión: Pedro Gabarre Popo