José Mercé vuelca sus recuerdos en Pamplona con El Oripandó
El cantaor jerezano José Mercé presentó en la jornada del viernes, dentro del Flamenco On Fire, su último trabajo discográfico con el público del Baluarte entregado.
José Mercé sigue contando con el respaldo del público, con ese gran público que llena espacios inalcanzables para el flamenco. El Baluarte de Pamplona casi agota el papel de sus mil quinientas butacas y eso ya es un gran acontecimiento de antemano. La predisposición del respetable es clara y generosa, por lo que el jerezano se deja llevar cómodamente por la escaleta del concierto para ir tocando los temas de su último disco, posándose más tarde en los estilos más ortodoxos como la soleá y la malagueña, y culminar con alguno de sus grandes éxitos como Aire o Al Alba.
El Oripandó es el fruto del trabajo de dos años y medio junto a Antonio Orozco, productor del disco y cuya mano musical se nota a leguas. A veces no hay más que imaginarse la voz de Orozco para entender que todo encaja. Pero José tiene su garganta tan definida que todo lo que toca, viendo la respuesta de los asistentes, lo convierte en oro. Son ocho temas los que lo componen, con estilo de bulerías, taranto o martinete, pero todo envuelto en un aire musical basado en el piano, la eléctrica, la batería y el bajo. La guitarra flamenca no tiene presencia evidente.
Mientras interpreta Preludio de un nuevo día, Jamás desaparece lo que nunca parte (en una lectura esperanzadora de la muerte de su hijo Curro), o Tengo cosas que contarte, se proyectan imágenes al fondo de paisajes, palabras o elementos naturales que conducen a veces al despiste. Mala Rodríguez también se suma a la gran pantalla para interpretar el último título mencionado.
«José Mercé sigue contando con el respaldo del público, con ese gran público que llena espacios inalcanzables para el flamenco. El Baluarte de Pamplona casi agota el papel de sus mil quinientas butacas y eso ya es un gran acontecimiento de antemano»
Cuando todo empieza, Cincuenta primaveras y otras más que yo quisiera rinde tributo a sus cinco décadas junto a Merci, su mujer y quien siempre lo acompaña hasta en el escenario. El caminante, Si tú me lo pides volvería a empezar y Alegría concluyen la lista de interpretaciones que seguramente tengan más impacto a medida de que vayan sonando, pasado el tiempo. Sí que me llama la atención la forma de José de renovarse constantemente, sin caer en la monotonía, sin miedos ni barreras, y con lo más difícil, el público a su favor.
Eso fue lo último del día. Antes, Juanito Villar había triunfado sin reparos en Palacio Ezpeleta, con la guitarra siempre sabrosa y con estilo de Nono Reyes. Como un viejo rockero, estuvo paseando por la mañana, haciéndose fotos con sus fans y resguardándose hasta la tarde para su actuación. Cientos de personas se agolparon para escucharlo cantar hasta por seguiriyas, que ya hacía tiempo no las cantaba. Sin quedarse con nada dentro ni esconderse, fue desgranando poco a poco el aliento de su memoria. Mari Peña, El Purili o Antonio Moya, entre el público, terminaron llorando en los fandangos del final.
Fue muy interesante la conferencia que ofrecieron en Casa Sabicas Pedro G. Romero y José Javier León bajo el título A propósito de 1922: Festival de Granada. Qué cantó el Festival. Y emocionante, a pesar de que no tiene nada de sorpresa para quien escribe por haberlo visto en otras ocasiones, el gran documental Por Oriente sale el sol. La Paquera de Jerez en Tokio de Fernando González Caballos y su posterior coloquio. Numerosísimo público.
Ya en el hotel, nos encontramos a Juana la del Pipa, José Mercé, Pepe Habichuela, Juanito Villar, Manuel Parrilla… Cualquier habitación puede guardar el mejor de los tesoros.
Imagen superior: Juanito Villar, con Nono Reyes, haciéndose fotos con sus fans. Festival Flamenco On Fire 2022. Foto: Juan Garrido