María Moreno: de la pata negra
Crónica de la actuación de la bailaora gaditana María Moreno en el Festival de Jerez con su obra 'O../O../.O/O./O. (Soleá)'. ¿Se ha pasado al lado oscuro de la danza? Rotundamente no.
Dice María Moreno que la soleá es como el jamón, “un plato que siempre apetece”. La bailaora gaditana ha vuelto al Festival de Jerez para traer su último montaje, en el que dedica una hora, una música, una coreografía y un espacio íntimo a la soleá, estilo que ha marcado su triunfo en sus anteriores espectáculos. No hay que pasar por alto su Giraldillo al Momento Mágico de la Bienal de Sevilla en 2020, por su expresividad en el inicio de estilo dentro del espectáculo More(no)More.
Tan decisiva ha sido la soleá, a la que se le considera madre de todos los cantes, para ella del baile, en su pródiga trayectoria que ahora parece devolverle los favores, entusiasmos y pasiones. En una hora mal contada, María desarticula las distintas capas hasta llegar a la fibra. Demuestra, por tanto, que al montaje no le sobra casi nada y acierta en no alargar innecesariamente un discurso claro y atractivo visualmente.
Si en su anterior propuesta ya dio frutos el triángulo conformado por María Moreno, Rafael R. Villalobos, como director artístico y escénico, y Palomo Spain, en el vestuario, en este nuevamente rebaten eso de que tres son multitud. La secuencia puede parecer la misma, aunque un estudiado y ambicioso juego de luces –diseño de Antonio Valiente– nos va situando en determinados paisajes más o menos íntimos sobre un escenario diáfano, acaparando relevancia el baile sobre todas las cosas.
En el centro hay un círculo, sobre el suelo, que sirve para concretar, para que María no se salga de ahí, de esos cánones que la consagraron como una de las joyas de su generación. Pero no, aquí no encontrarán a la bailaora gaditana de bata de cola y mantón, la que hacía volar sus alas y sobrepasaba los valores salinos. Esta María ha desarrollado una visión más contemporánea y actual, sin dejar por supuesto de ser quien es porque, entiendo, mima con sumo cuidado cada decisión. Y esta propuesta es arriesgada, sobre todo porque al principio no hay cante y el movimiento gira sobre la misma idea. ¿Se ha pasado, por tanto, al lado oscuro de la danza? Rotundamente no.
«Entre braceo o zapateado, María Moreno interactúa con el público. Se acuerda de Eva Yerbabuena, Manuela Carpio o Pansequito. Dice cosas al aire con un megáfono sobre la soleá. No quiere sentirse prisionera de los cánones establecidos. Suena el compás clásico 1,2,1,2,3… El baile de María es jamón de pata negra»
Es el cante de Ángeles Toledano el que envuelve de clasicismo el espacio sonoro de Raúl Cantizano. Aparece casi a la media hora desde que da comienzo la función, pero lo hace para cautivar al público del Villamarta por completo. Ya con Edu Guerrero, hace unos días, Toledano mostró una serie de registros más que interesantes y que le dan una proyección esperanzadora. Estoy seguro de que la cantaora, con esa singular mesura tonal, va a convertirse en un nombre propio, ya no del flamenco solamente, sino de la música. Es tan sensible que transmite en cada verso, que ejecuta con gusto y emociona. Completamente fascinado con Ángeles.
Volviendo a la escena, María va sorteando etapas de la memoria hasta que rompe ese círculo que los de butacas casi no vemos pero que supe que estaba porque ya vi este estreno en Bienal. Evidentemente, es una ventaja porque no me sorprende el sustancial cambio que María da, sobre todo, como dije antes, en el concepto escénico. Su baile, cuando lo realiza, vuelve a dibujar figuras que de cintura para abajo son técnicamente infalibles y de cintura para arriba seducen con unos brazos más largos de lo que son.
En esta exploración por la soleá, se apoya en la percusión de Manu Masaedo y la guitarra de Eduardo Trassierra, siendo la zanfoña de Raúl Cantizano el contrapunto sonoro de la propuesta. María, entre braceo o zapateado, interactúa con el público, se acuerda de Eva Yerbabuena, Manuela Carpio o Pansequito, dice cosas al aire con un megáfono sobre la soleá, no quiere sentirse prisionera de los cánones establecidos, suena el compás clásico 1,2,1,2,3… El baile de María es jamón de pata negra.
Ficha artística
María Moreno – O../O../.O/O./O. (Soleá)
Teatro Villamarta – XXVII Festival de Jerez
10 marzo 2023
Baile María Moreno
Zanfoña y espacio sonoro Raúl Cantizano
Percusión Manu Masaedo
Cante Ángeles Toledano
Guitarra Eduardo Trassierra
Iluminación Antonio Valiente
Sonido Ángel Olalla
Regiduría Reyes Pipió
Coordinación técnica Sergio Collantes
Dirección artística María Moreno, Rafael R. Villalobos
Coreografía María Moreno
Dirección de escena Rafael R. Villalobos
Dirección musical Pablo Martín Caminero
Composiciones Eduardo Trassierra, Manu Masaedo, Raúl Cantizano, Pablo Martín Caminero Stabat Mater RV 621 I. Largo: Antonio Vivaldi
Diseño de vestuario Palomo Spain
Creación de calzados Begoña Cervera
Diseño de iluminación Antonio Valiente
Diseño gráfico Javi Mamífero
Fotos y vídeos Daniel Tello
Dirección de producción y asesoramiento artístico Loïc Bastos
Producción BLEU PROD
Coproducción Bienal de Flamenco de Sevilla / ICAS Sevilla; Festival Internacional de Danza Itálica / Diputación de Sevilla; Dansa Metropolitana Con la colaboración de Flamenco Biënnale Nederland; Centro Coreográfico María Pagés / Fuenlabrada; Ayuntamiento de Utrera Con la ayuda de INAEM, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Cádiz