Eva Yerbabuena: esta noche mando yo…
Crónica de la actuación de Eva Yerbabuena en el Festival de Jerez con su montaje '(Re-fracción) Entre mis ojos'. «A la bailaora la mecen por el escenario, cual virgen, con marcha fúnebre e incienso. Solo faltó la saeta».
Eva Yerbabuena ha desplegado su maestría bailaora en el Teatro Villamarta, en el ecuador de la decimoséptima edición del Festival de Jerez. Por ese escenario, en el que tantas veces ha triunfado una de las veteranas de la muestra, dicho con todo el cariño, han desfilado otros nombres estos días pasados que han salido de su escuela inspiradora como Eduardo Guerrero, y las que quedan por pasar como María Moreno.
Con esto se colige que estamos ante una de las bailaoras icónicas del flamenco y que con todos los méritos obtenidos en estas décadas es de seguridad total que Eva pasará –cuando decida retirarse, que ojalá sea dentro de mucho– a los libros de historia de este arte. Es una de las grandes, dicho en pocas palabras.
Así lo demostró en la pasada Bienal de Sevilla, cuando estrenó esta obra titulada Re-fracción (Desde mis ojos), en la que recogió el primer Giraldillo Internacional de Flamenco ‘Ciudad de Sevilla’. En esta nueva exploración a los espacios, movimientos, sentires y elementos, basa su montaje en la mejor de las ejecuciones prácticas, el baile, con un hilo argumental asentado en la mirada ajena, esa que marca los pasos, ritmos y direcciona el devenir de la artista, a veces, sin realmente ser decisiones propias. Esa es la lucha, recuperar su propia mirada.
Si se fijan ustedes en la ficha artística, técnica y humana de este espectáculo, parece salir del mismo Ballet Nacional de España, otra de las intrínsecas cualidades de Eva: invierte. Por eso la escena es un miniuniverso en el que recrean experiencias y etapas con pequeños movimientos de luz pero de una gran relevancia en el mensaje. En Re-fracción, la figura de Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola es la que asume el papel de observador, de voz autoritaria. Es la otra mitad del montaje, casi siempre en el centro de la escena junto a Eva, realizando mil labores.
«Estamos ante una de las bailaoras icónicas del flamenco y que con todos los méritos obtenidos en estas décadas es de seguridad total que Eva pasará a los libros de historia de este arte. Es una de las grandes, dicho en pocas palabras»
Juan Kruz da la bienvenida sentado en el centro del proscenio, con telón bajado, observando al respetable. Se abre medio telón para que, en más de cinco minutos, Eva poetice su cuerpo con movimientos íntimos, exigentes de “abrazos”. Juan la zarandea y la viste con un traje oscuro que le tapa desgraciadamente sus impagables muñecas. En una esquina, todo el elenco en un coro circular bajo una bombilla tenue.
Cuando baila Eva es cuando realmente empieza lo bueno. Se inicia con su soleá, esa que la ha llevado a posicionarse en los más prestigiosos escenarios del mundo. Miguel Ortega, Alfredo Tejada y El Turry son los tres vértices del triángulo del cante. ¡Qué nivel! No creo que vuelvan a coincidir sobre las mismas tablas una terna tan potente como la de ayer con Eva.
Nos hace tocar el cielo y vuelve la carga dramática y teatral. Kruz le hace preguntas tales como “¿cómo te llamas?, ¿qué echas de menos?, ¿cuándo fue la comunión de tu hija?”… Es el momento de parar y hacer lo que la protagonista decida. No quiere que le peine el pelo el actor y baja del escenario paseando por el patio de butacas hasta que encuentra a la bailaora La Lupi, aparentemente sorprendida, la sube y la integra en ese capítulo de la obra. La lentitud del tiempo se instala y volvemos a bajar el frenesí, con el sonido que sale de la viola de gamba Pilar Almalé. El montaje sonoro que crea para la ocasión Paco Jarana es inconmensurable, en composición y toque.
Cambian los elementos de lugar en el escenario y en una de las telas se proyecta una imagen de vídeo que graba, in situ, Juan Kruz, mientras Eva se desenvuelve por tangos con una bata roja. Vuelven a la carga los tres tenores, con el apoyo de la percusión de Dani Suárez y de José Manuel Oruco, que también baila. De nuevo la visten y le tiran ropa de forma agobiante. “¡No puedo más!”, grita Eva.
A la bailaora la mecen por el escenario, cual virgen, con marcha fúnebre e incienso. Solo faltó la saeta. Y de nuevo el baile, lo que realmente nos importa y emociona, sinceramente. Por seguiriyas va llegando al final esta obra en la que Eva discute su libertad de decisión, en la constante guerra de interponerla a la de los demás. Su objetivo es mirar desde sus propios ojos, por ello ocupa la silla en la que al principio se sentó Juan Kruz con un mensaje subliminal: “Esta noche mando yo”.
Ficha artística
Eva Yerbabuena – (Re-fracción) Desde mis ojos
Teatro Villamarta – XXVII Festival de Jerez
3 marzo 2023
Eva Yerbabuena, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Guitarra Paco Jarana
Cante Miguel Ortega, Alfredo Tejada, Antonio Gómez “El Turry”
Viola de gamba Pilar Almalé
Baile y percusión José Manuel Oruco
Percusión Dani Suárez
Coreografía Eva Yerbabuena, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Composición y creación musical Paco Jarana
Dirección musical Paco Jarana, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Dirección escénica y concepto Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Diseño de escenografía Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola
Asistente de dirección Martí Corbera
Asistente personal y coreográfico de Eva Yerbabuena Cristian Lozano
Vídeo, imágenes, filme Greg Blakey
Diseño de luces Fernando Martín, Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola