Mercedes de Córdoba: una ceremonia valiente y festiva
Mercedes de Córdoba regresó al Festival de Jerez con un ritual sorprendente, ‘Sí quiero’, en la que comprobamos su versatilidad creativa y su apuesta por el triunfo.
En Sí, Quiero, Mercedes de Córdoba ha dado el paso que necesitaba como bailaora. Y no es porque hasta ahora haya jugado en una liga mediocre, sólo que hay momentos en los que se ha de arriesgar y poner sobre la escena propuestas como las de anoche, 4 de marzo, en el Festival de Jerez.
Expone en este estreno una intensa ceremonia en la que teje una trama amorosa, pasional, alegre, divertida y muy festiva. En el montaje ha apostado por la calidad grupal, así como por una singular escenografía basada en un salón de celebraciones. Ha tirado la casa por la ventana, no ha faltado de nada: ambiente, música, copas y champán, besos, luces, juventud, Lola Flores, más flores, solemnidad, cubertería, manteles blancos… Todos estos elementos se entremezclan en la hora y media de espectáculo con el que ha conquistado el Teatro Villamarta, sirviéndole, a su vez, para dar la bienvenida a una nueva etapa profesional.
Su discurso dancístico sigue siendo muy flamenco, aunque se deja conquistar por una discreta teatralización que le da entidad a la obra. Lleva meses, más de un año, trabajando en esta idea que ha tocado techo en un Festival que va despidiéndose. Como en cualquier estreno, habría algunas cosas que mejorar, pero es cuestión de pequeños detalles que no afean en ningún momento el desarrollo. El sonido alguna vez falló, pero resolvían con soltura.
«Expone en este estreno una intensa ceremonia en la que teje una trama amorosa, pasional, alegre, divertida y muy festiva»
Como en cualquier “boda”, hace falta movimiento y frescura. Esa viveza la ponen cuatro jóvenes bailaoras que aportan un sentido brutal a este Sí, quiero, que ha convencido. Para elegir a sus damas de honor, Mercedes ha celebrado audiciones meses atrás, eligiendo a Cristina Soler, María Carrasco, María Reyes y Águeda Saavedra (en sustitución a diez días del estreno), quien dejó su destacada presencia como ya lo hizo con el Ballet Andaluz.
Entendemos como necesaria esta actitud generosa de la maestra, porque hay espíritus que buscan la oportunidad de compartir y que difícilmente la encuentran. El cuerpo de baile superó con creces las expectativas desde el principio y fue el contrapunto general a las apariciones de la protagonista.
El comienzo centra su foco en un altar, espaldas al público –numeroso, por cierto–, como si fuéramos sus invitados. Mercedes acepta este matrimonio artístico con sus ideales y valores en defensa del arte y la mujer, de esa romántica libertad a la que se aferra para ser feliz. Y suenan los romances por bulerías, como cuando se le cantan a las novias gitanas de la Baja Andalucía en el momento más emocionante de la celebración. No lo fue en esta ficción. Habían pasado solo unos minutos y todavía había gente entrando al patio de butacas. Las transiciones son obra del cuerpo de baile, que va llevando al espectador por un jardín florido y sutil, con movimientos bien trabajados y coherentes. No hay que pasar por alto que Manuel Liñán, el genio de su tiempo, está presente intelectualmente en ideas y pasajes coreográficos.
Lo musical es una obra de arte que lleva la firma de Juan Campallo, que demuestra una vez más su pudoroso sentido del toque y la atmósfera. Su guitarra capitanea un elenco en el que también aparece la percusión, y ya van unas cuantas en esta edición, de Paco Vega, y las palmas de José Manuel ‘Oruco’. Las voces tienen capítulo aparte con la mesura de Pepe de Pura y Jesús Corbacho, que suman categoría a esta celebración. Y ese patriarca conocido por Extremeño que sacó la voz desde donde parecía no tenerla y puso en el cielo su magisterio por soleá. Mercedes, aquí, siempre tiene que aportar.
«Son cuarenta y cuatro focos los que alumbran la escena y se transmite futuro y éxito. Mercedes, yo también quiero, porque solo vive quien arde»
Hay un gran espacio para la comunicación entre la seguiriya, obra de Saavedra, el taranto de María Carrasco y la petenera de Cristina Soler. Pequeñas dosis. Todas con hechuras, pero me hubiera quedado diez minutos más disfrutando con esa cintura, brazos y castañuelas de Águeda. Interpretan el momento cena, sentadas ante la mesa, riéndose e inspirándose con las copas. Mercedes vuelve para bailar por cantiñas y alegrías con mantón, a las que se suman sus damas utilizando los propios manteles para el movimiento. Barra libre para que salga una María Reyes interpretando a Lola Flores, “si me queréis…”, aunque le falla el micrófono. Sigue habiendo compás y alegría.
Vuelve la paz con Pepe de Pura y su milonga La Rosa Cautiva, de premio, para acabar con bulerías para hartar esos últimos que no se cansan y quieren más y más. Son cuarenta y cuatro focos los que alumbran la escena y se transmite futuro y éxito. Mercedes, yo también quiero, porque «sólo vive quien arde».
Ficha artística
Mercedes de Córdoba – Sí, quiero
XXVI Festival de Jerez. Teatro Villamarta. 4 marzo 2022
Idea original, dirección y coreografía: Mercedes de Córdoba
Dirección musical: Juan Campallo, Mercedes de Córdoba
Colaboración coreográfica: Manuel Liñán
Composición musical: Juan Campallo
Baile: Mercedes de Córdoba, Cristina Soler, María Carrasco, María Reyes, Águeda Saavedra (cedida por el BFA)
Guitarra: Juan Campallo
Cante: Jesús Corbacho, Pepe de Pura & Enrique “El Extremeño”
Percusión: Paco Vega
Compás: José Manuel “Oruco”