El VIII Tacón Flamenco de Utrera (Sevilla) ha cerrado una magnífica semana dedicada al cante y al baile flamencos. Desde el 24 de febrero al 1 de marzo, el Teatro Enrique de la Cuadra ha acogido espectáculos, entre otros, como el recital de cante de David el Galli, en el que estuvo como artista invitado el bailaor gaditano El Junco. El del cantaor Juan de Mairena, acompañado a la guitarra por Diego del Morao. O el de Jesús Méndez, que invitó a Pastora Galván, la dueña del baile más gitano de los Galvanes. La tarde del sábado estábamos citados en el mismo sitio, a las 18 horas. Miedo me da, con la cantidad de artistas que vienen anunciados en el cartel. Bah, no te preocupes, si luego la mayoría no se presentan. En dos horas y media estamos listos.

Comienza la función con extraordinaria puntualidad. José Antonio Galván, el menor de los hijos de José, es el encargado de abrir plaza. No hay músicos a su lado, pues le baila a la guitarra del Niño Miguel, que toca su famoso Vals desde el interior de un viejo tocadiscos. Casi sin que te des cuenta ha terminado su número. El negro velo del escenario se motea con ocho luciérnagas claras que vuelan en pos de un solo lucero blanco. Los nueve con abanicos. Solo el lucero va tocado con un sombrero panamá. Es la guajira dulce del Caribe, que los alumnos de José ofrecen al maestro en este día grande.

No hacen las presentaciones debidas, pero yo te las cuento. El plantel de cantaores en escena es de primera división. David el Galli, Juanelo de Los Palacios, El Lavi y Juan de Mairena. Toda la carne en el asador para el lucimiento de la jerezana Soraya Clavijo, que llena de estampas y brazos cada rincón de la escena. Es la primera de las cuatro soleares que vas a escuchar esta noche, dos de ellas para el baile. Silencio. Hora de ponernos serios. El mismísimo Pedro Sierra está ahí en medio sentado, tocando a recogimiento por soleá. Mira que me gusta Utrera.

También me gusta Lebrija, por lo que me toca. Porque no se puede describir la emoción que provoca el cante de Inés Bacán, primero por soleá y después por seguiriyas. Inés es una cuna de carne que te remonta a la edad más inocente. Te mece el sueño y el hambre, te quita el dolor de barriga y el llanto. Y qué me dices cuando toma su pañuelo multicolor y tira de él con ambas manos hacia afuera, como para asegurarse de que no queda una gota de cante sin escanciar. Para aplaudir y no parar.

 

 

Y entre la guitarra de Pedro y la garganta de Inés, salió Juana la Tobala por tangos y por bulerías. Y bailó Pastora Galván. Pastora la de los Duendes, desde ahora te voy a llamar. Ha sido capaz de despojarse de todas las ropas de la escuela sevillana, encarnada en la elegante figura de su padre. Y transportarse a un antiguo patio de vecinos para bailar como solo lo hacían las gitanas más viejas que ya no están.

 

 

Todo lo contrario de su hermano del alma, Israel Galván. No seré yo quien te critique en el homenaje que le rinden a tu pare en la tierra de Perrate, de Fernanda y de Bernarda. Pero Israel, picha mía, ya te vale.

 

 

Y antes del interminable fin de fiesta… Cuenta, cuenta. La cuarta soleá, la soleá para el recuerdo. José Galván, maestro de maestros, cuajó la faena de esta temporada. No se puede bailar más despacio. Recibe el cante de Juanelo de Los Palacios con su chaqueta apoyada en la cadera. Tras varios lances de salón, tira la prenda al suelo y levanta los brazos. Porque los hombres también levantan los brazos, prima, sobre todo los que saben bailar. La cabeza erguida, la barbilla arriba. Y los pies danzando sin apenas ruido. Parece tan fácil. Y es tan difícil que ya apenas nadie lo hace.

 

 

Ficha artística

Espectáculo: Gala Final – Homenaje a José Galván
Ciclo: VIII Tacón Flamenco de Utrera
Lugar y fecha: Teatro Enrique de la Cuadra, Utrera, Sevilla. Fecha: 29/2/2020