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David Palomar: el legado de Cádiz

Crónica de la actuación del cantaor gaditano David Palomar en el Auditorio Paco de Lucía, Madrid. Tesón, brillante dicción y un feedback muy sano con el público.


Parece que la tarde madrileña no invita a salir de casa. Hace más frío de lo habitual. Pero todavía quedan algunos valientes que combaten el mes de diciembre con experiencias culturales que desafían la calidez de un hogar en vísperas navideñas. El protagonista ha convencido a los que han apostado por él de que ha merecido la pena salir por un momento de la capital y refugiarse en un cubil caletero.

 

Hoy el Auditorio Paco de Lucía ha quedado impregnado de un salitre muy andaluz. En un santiamén, el cantaor gaditano David Palomar, ganador del XVIII Concurso Nacional de Córdoba, reporta al público al conocido Barrio de la Viña. Este sale al escenario acompañado de Rafael Rodríguez El Cabeza a la guitarra y Roberto Jaén y Anabel Rivera a los coros y las palmas.

 

Es la transmisión y el toque pícaro lo que circunda su melodía por alegrías. Su cante enérgico lanza espasmos nerviosos a cada centímetro de su cuerpo que de manera automática se mueve a compás. La cresta de la ola la corona la coplilla de María La Mica y Las Mirris se convierten en el broche de los sones gaditanos. Palomar se adorna con unos brazos repletos de gracia y donaire. Además, sus poses, amagos y explicaciones esclarecedoras definen el trazo de un buen aficionado al flamenco. Aquel que ama por igual todas las vertientes del mismo.

 

El artista hace gravitar su cante en torno a Rafael Romero El Gallina para conseguir que el público, que solo parece curioso y no aficionado al flamenco, colme su expectación con una caña. Se reconoce entonces en David una voz mucho más potente y madura que ha evolucionado con los años. Una voz a la que siempre reserva un espacio para que vuele libre entre la vivacidad y una socarronería de la que no se puede desprender. Relata con empeño la historia de aquel que tiene tres viñas y se acoge a los dejes pintorescos del guitarrista que acompaña cómplice la dicharachera personalidad del protagonista. Esa filosofía suya de vivir cada día como si fuera el último es lo que le lleva a derrochar el incesante vigor que presta su optimismo al mal tiempo.

 

El ambiente se redondea cálido con el famoso villancico del Gloria. El cantaor anima a la concurrencia a entonar con él. En cambio, esta prefiere acurrucarse plácida en la butaca para contagiarse del ambiente navideño que se brinda a la atmósfera.

 

De repente, comienzan a cambiar las tornas y el trémolo bucólico que se desliga orgulloso del compás por soleá da un paso al frente. Ramón el Ollero, La Andonda, El Chozas y Fernanda de Utrera son algunos de los que hoy deciden acomodarse con tesón en el quejío del gaditano. Por su parte, Rafael hace las modulaciones propias de una guitarra que parece que en cualquier momento se va a lanzar a cantar.

 

 

«David Palomar es un gran divulgador y transmisor, tanto cantando como contando. Tiene experiencia y perspicacia. Por eso, ha bastado con echar una primera mirada al auditorio para saber de qué tipo de público se trataba y cómo tenía que entrarle para seducirlo»

 

 

David Palomar. Auditorio Paco de Lucía, Madrid. 17 diciembre 2023. Foto: Vicente Pachón

 

 

Quien conoce un poco a David Palomar sabe que siempre lleva por bandera cantaores como Aurelio Sellés, Enrique el Mellizo o Mariana Cornejo. En este caso y antes de pasar a otra impronta muy personal, el cantaor evoca a una de las parejas flamencas más icónicas, entre otras cosas por marcar una etapa de este arte igual que hicieron Morente o Camarón. A través de Lole y Manuel y su tema Dime, el virtuoso considera que es un buen momento para entonar un cante sincero al mundo a modo de protesta, manifestando así su disconformidad con las aberraciones que acechan al mundo.

 

Aludiendo de nuevo a cantaores como La Perla, Pericón o Chano Lobato, vuelve a su región. A ese lugar en el que, según manifiesta emocionado, cada atardecer es diferente. Sobre todo tiene que mudar de colores si se acompaña con unos tanguillos como los que él interpreta. Ese palo del flamenco en el que la sátira, el chiste, la chirigota y el chascarrillo propios del carnaval de Cádiz se embalan minuciosos en la personalidad arrolladora de un David Palomar que despunta por su tesón, una brillante dicción y una denodada habilidad para comunicarse con el público creando un feedback muy sano.

 

Sin salir de la dinámica, se sigue con el reconocimiento de la honrada saga de cantaores gaditanos dejando paso, en esta ocasión, a las bulerías del onomatopéyico Ignacio Espeleta en la voz de Anabel Rivera. Cantaora que libera quejidos optimistas con el firme propósito de alimentar el buen rollo que su marido, David, ha esparcido jubiloso por el escenario.

 

Palomar pone la guinda a una noche donde los rumores de la Caleta han divagado guasones por el patio de butacas. En última instancia, acompañando el cante por bulerías del protagonista de la noche que se mueve con algarabía entre las cadencias de un son jerezano. Un son que invita al cantaor a recoger los últimos tercios de cada letra con unos remates descarados y sagaces, salpicados de un arte incorregible que más de un bailaor quisiera para él.

 

Como colofón, Anabel Rivera y David Palomar entonan Algo de mí, de Camilo Sesto, valiéndose de un compás por rumbas muy sentido y desplazándose cómplices por un escenario que sostenía con empeño las ganas de los dos de pasárselo bien.

 

David es un gran divulgador y transmisor, tanto cantando como contando. Tiene experiencia y perspicacia. Por eso, ha bastado con echar una primera mirada al auditorio para saber de qué tipo de público se trataba y cómo tenía que entrarle para seducirlo. Parece que los espectadores han quedado atrapados sin remedio en un viaje de ida pero no de vuelta, abstraídos con su cante y su buen hacer. En ningún momento se ha descuidado la misión de hacer sentir bien a todos los que estaban viéndolo. Ha logrado que cada asiento ocupado comprenda sin esfuerzo la esencia del flamenco, pero sobre todo de su flamenco. Del flamenco de David Palomar. Sin duda es uno de los cantaores más completos del panorama actual. Pero no sería justo hacer atribuciones de manera individual, pues el toque magistral de Rafael Rodríguez ha allanado el terreno. Y es que su toque ha acompañado con pericia el cante para poder propulsar ese estilo chacotero que se ha mencionado desde el principio.

 

La música es un lenguaje universal, todo el mundo la entiende. En el caso del flamenco, basta con tener un alma dispuesta a entusiasmarse y conmocionarse con él.

 

 

Ficha artística

Auditorio Paco de Lucía, Madrid
17 de diciembre de 2023
Cante: David Palomar
Coros y compás: Roberto Jaén y Anabel Rivera
Guitarra: Rafael Rodríguez El Cabeza

 

 

Rafael Rodríguez El Cabeza. Auditorio Paco de Lucía, Madrid. 17 diciembre 2023. Foto: Vicente Pachón

 


Bailaora madrileña. Graduada en Comunicación Audiovisual por la Univ. Rey Juan Carlos. En Amor de Dios, Casa Patas y Cristina Heeren desarrolló su gusto por la danza y el flamenco. «No somos atletas. Estamos empezando a cometer el triste error de ofrecer al público una confección enlazada de complejos zapateados a una velocidad desorbitada sin la modulación propia de la música que estamos adornando y que nos adorna».

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