La Serrana en la Casa Cantaora de Paco la Luz
Francisco Valencia Soto, conocido por Paco la Luz (1835-1901), seguiriyero de Jerez y autor de letras flamencas, es un cantaor poco estudiado que dio al flamenco dos grandes artistas: sus hijas María Valencia La Serrana y Juana Valencia La Sordita, cantaora y bailaora, respectivamente. Su estirpe llega en nuestros días hasta José Mercé y Lela Soto, entre otros.
Alguna vez he llamado la atención sobre lo importante que fue para la historia del flamenco el desembarco de artistas jerezanos en Sevilla, que es una de las cunas más importantes de este arte. Fue Manuel Caro Cuéllar Carito uno de los primeros cantaores en afincarse en la ciudad de la Giralda. Años más tarde lo hizo Francisco Valencia Soto, Paco la Luz, el gran seguiriyero jerezano, de la generación del Loco Mateo, Antonio el Marrurro y Antonio Frijones, por citar el famoso trío.
El gran patriarca
Francisco Valencia Soto, conocido por Paco la Luz, seguiriyero de Jerez y autor de letras flamencas, es un cantaor poco estudiado que, además, le dio al flamenco dos grandes artistas, como fueron sus hijas María Valencia La Serrana y Juana Valencia La Sordita, cantaora y bailaora, respectivamente, de sonados éxitos en los cafés cantantes de El Burrero y El Novedades. Según algunos investigadores de solvencia, Paco la Luz nació en Jerez de la Frontera en 1839. Sin embargo, si cuando se casó tenía 26 años, según consta en el certificado de su enlace matrimonial (16 de agosto de 1861), que obra en nuestro poder desde hace años y que publicamos aquí, nacería más bien en 1835.
En el rastreo llevado a cabo en los registros de nacimientos de Jerez, los padres del gran seguiriyero, los lebrijanos Pedro Valencia y María Soto –casados en Lebrija en 1834–, engendraron a dos hermanos de Paco la Luz que no encontraron los encargados de hacer el árbol genealógico de los Valencia. Fueron Juan, de 1837, y José, de 1841. Paco nacería entre estos dos, en el 39, pero lo cierto es que determinados documentos encontrados en Sevilla y Jerez hacen pensar que no fue en esta fecha. No obstante, tiempo habrá de hacer algo más personal.
Boda de Paco la Luz
Se casó con la jerezana María Rodríguez de las Eras y tuvieron tres hijas: Josefa Cayetana (1863), María Dolores (1868) y Juana (1872). ¿Cuál de ellas era La Serrana? Según algunos estudiosos jerezanos, era María Dolores, pero lo cierto es que en todos los padrones encontrados en Sevilla, donde se criaron estas hermanas, siempre aparece La Serrana como la mayor de las tres. O sea, María Valencia. Dolores aparece la siguiente en edad y dedicada a la costura. Esta se casó con Vicente Vargas Peña, un sobrino de Antonio Frijones. Luego consta Juana, la famosa Serrana Chica o Sordita, que de ambas maneras se conocía a esta célebre bailaora, que triunfó muchas noches en el Salón Novedades de Sevilla.
En un padrón de 1935, María Valencia La Serrana vivía en el número 8 de la Alameda de Hércules, en Sevilla, en el que consta como año de su nacimiento el de 1863. Según este censo de habitantes, la artista llevaba 54 años viviendo en Sevilla. Por tanto, La Serrana era la primogénita de los Valencia, o sea, María Josefa Cayetana Valencia Rodríguez, que se anunciaba siempre en los carteles como María Valencia La Serrana. Así lo hizo ya cuando cantó con el Canario de Álora en la Nevería del Chino, de Sevilla, en el verano de 1885. Y más tarde en lo que fue su presentación en el también sevillano Café Novedades, en el año 1900, cuyo cartel publicamos.
«El cierre de los cafés cantantes, primero los de Silverio y El Burrero y luego El Novedades, años veinte, contribuyó a que María Valencia La Serrana cayera en el olvido y tuviera que buscarse las habichuelas malviviendo en las fiestas de los señoritos»
Los discos de La Serrana
Afortunadamente, La Serrana grabó algunos cantes, once (Odeón, 1909), y hoy podemos disfrutar de sus magníficas seguiriyas, por ejemplo. Era una gran seguiriyera y también una destacada saetera. De la escuela jerezana, pero hay que tener en cuenta que vivió sesenta años en Sevilla, siempre en la Alameda de Hércules, donde murió. Curiosamente, por seguiriyas grabó estilos del Loco Mateo y Manuel Molina, y no el de su padre. Y por soleá, lo lógico es que tirara al estilo de su paisana, y referente, Mercedes La Sarneta. Aunque grabó tangos y malagueñas, la Serrana era de seguiriyas y soleares, como lo prueba el hecho de que grabara cuatro de cada palo, además de la saeta que grabó en un mismo disco con su paisano y amigo Manuel Torres. No dejó un gran legado, pero impresionó lo mínimo para quedar como una de las mejores cantaoras de su tiempo.
El cierre de los cafés cantantes, primero los de Silverio y El Burrero y luego El Novedades, ya en los años veinte del pasado siglo, contribuyó a que esta cantaora cayera en el olvido y tuviera que buscarse las habichuelas malviviendo en las fiestas de los señoritos. Tuve la suerte de tener amistad con artistas que la conocieron y que la vieron pasar fatigas en las fiestas de los señoritos, cantando y bailando, porque también bailaba y dicen que de una manera formidable.
Pasó muchas fatigas y murió el 3 de agosto de 1940 en el número 8 de la Alameda de Hércules, de arteriosclerosis y en estado de soltería. La enterraron al día siguiente, en segunda clase, en la calle San Juan, con escasos honores. Así acabó la historia de aquella niña que nació en el número 22 de la jerezana calle Nueva –en la que había un almacén que vendía arenques, mantequilla y café, como dice la bulería–, en marzo de 1863. Que llegó a Sevilla de adolescente y que nunca más quiso regresar a Jerez, porque Sevilla era ya su tierra.
«María Josefa Cayetana Valencia Rodríguez se anunciaba en los carteles como María Valencia La Serrana. Así lo hizo ya cuando cantó con el Canario de Álora en la Nevería del Chino, de Sevilla, en el verano de 1885, integrando el célebre cartel maldito»
El Sordo la Luz
Podemos hablar de la casa cantaora de Paco la Luz, porque él fue cantaor, así como su sobrino el Sordo la Luz. Ha habido cantaores en Jerez de la Frontera que no pasaron la barrera del mero cantaor de reunión. Francisco Monje Valencia, El Sordo la Luz, era uno de ellos. Fue sobrino de Paco la Luz, hijo de su hermana María la Luz. Y abuelo de Manuel Soto Monge El Sordera.
Nació el Sordo la luz el 14 de junio de 1854 y se bautizó en Santiago. Hijo de José Monge Vargas y de María Valencia Soto. Nieto, por línea materna, de Francisco Monje y de Ana Vargas, de Jerez y Lebrija, respectivamente. Y por línea materna, de Pedro Valencia y de María Soto, ambos de Lebrija. Como tuve amistad con El Sordera, me habló de él, aunque no llegó a conocerlo porque murió antes de que él naciera. Pero por referencias de sus padres y de los cantaores mayores de Jerez, sabía que había destacado en la bulería por soleá o para escuchar, como gusta llamar en Jerez a este palo tan bello y tan jerezano. Y tan perdido, que todo hay que decirlo. Murió El Sordo el 3 de febrero de 1920, en su domicilio de la calle Madre de la Merced, 12, cuando tenía 66 años, de una lesión orgánica del corazón.
El Sordera de Jerez
Nieto del Sordo la Luz era Manuel Soto Monge El Sordera, uno de los mejores canataores que ha dado Jerez. Nació en 1927, en plena Ópera Flamenca, y tuvo una carrera artística dura pero llena de éxitos. Imprescindible en los festivales de verano y en los tablaos, tanto sevillanos como madrileños, su herencia llega hasta Lela Soto, su nieta, hija del cantaor Vicente Soto El Sordera. Sorderita y Enrique Soto son otros dos de sus cuatro hijos artistas, porque también lo es El Bo de Jerez, posiblemente el mejor palmero y jaleador del mundo.
Por último, otro destacado representante de esta gran casa cantaora es José Soto Soto, José Mercé, una de las grandes figuras de este tiempo.
Imagen superior: María Valencia La Serrana y Juana Valencia Serrana Chica, hijas de Paco La Luz.