¿Quiénes dirigen los festivales?
Mis felicitaciones a aquellos festivales serios que hacen bien las cosas, que son muchos. Posiblemente la mayoría. Y un tirón de orejas para quienes llevan medio siglo y aún no se han enterado de nada.
Creo que llevo cuarenta años diciendo lo importante que sería que todos los festivales de verano tuvieran alguien en la dirección que, a ser posible, conozca el flamenco como la palma de la mano. Los importantes, tanto dentro como fuera de España, lo tienen y se nota en todo. Pero hay festivales más pequeños, de los que se celebran en una sola noche, que son un desastre porque no hay un experto al frente. Tener a esa persona no encarecería el festival y tendría otro aire. Alguien que sepa programar, hacer un cartel, crear actividades paralelas, atender a los medios de comunicación, manejar las redes sociales y organizar una rueda de prensa.
Hay festivales con medio siglo de vida que no tienen a nadie de este corte y cuando llegas ves el escenario cerca del bar, una decoración de pena, las sillas mal puestas y una megafonía que no valdría ni para vender melones y sandías. Hacer un buen cartel no es fácil, pero con cabeza y paciencia se consigue. Pongo un ejemplo. Un cartel con dos cantaores, solo dos, y que sean Antonio Reyes y Rancapino Chico es un error, porque son casi dos gotas de agua. No habrá variedad en la noche flamenca. Imaginen Reyes y Perico el Pañero, Manuel Cástulo o La Yiya. Mejor, ¿verdad? No es nada difícil.
«Al fin y al cabo, todos trabajan por el flamenco y la mayoría lo hace por amor al arte. Y nunca mejor dicho»
Un festival no debería durar más de tres horas, y ya está bien. Cinco es una barbaridad, algo infumable. Tampoco hay que admitir dobletes, eso debería estar prohibido, porque no hay que dar cancha al artista que va a llevárselo calentito o a dar ojana. No se puede cantar la misma noche en Aguilar de la Frontera y Moguer, por poner un ejemplo, porque al final dan ojana en los dos festivales. Que ellos vayan a por el dinero, y los meto a todos, es una cosa y otra que haya que hacerles el juego. Es una clara indignidad.
Desde aquí mis felicitaciones a aquellos festivales serios que hacen bien las cosas, que son muchos. Posiblemente la mayoría. Y un tirón de orejas para quienes llevan medio siglo y aún no se han enterado de nada o de casi nada, que tampoco es cuestión de ser duros, porque al fin y al cabo todos trabajan por el flamenco y la mayoría lo hace por amor al arte. Y nunca mejor dicho.
Luis A. Presa Cernuda 2 julio, 2021
totalmente de acuerdo con D. Manuel Bohórquez, en la exposición del articulo sobre los festivales y sus directores. Aún me atrevo a añadir ¿De que sirven los buenos festivales, si apenas transcienden del límite de sus localidades o como mucho de la provincia?. en los últimos años del pasado siglo, festivales como el de los cantes de las minas, la bienal de Sevilla y alguno mas, se publicaban en las cadenas de TV española, por lo que podían ser conocidos por el gran público, ¿de que sirve gastar mucho dinero, si estos festivales no se conocen fuera de su entorno,? En mi humilde opinión, los festivales deben de ser el hilo conductor, para la fama de los artistas y el mejor camino para la popularidad y difusión del arte flamenco, pudiendo. llegar al gran publico, no solo a una minoría de aficionados. Así el flamenco sigue siendo el gran desconocido. Con todos mi respetos un saludo cordial maestro Manuel.