Warning: The magic method MagazineVibe\Modules\Shortcodes\Lib\ShortcodeLoader::__wakeup() must have public visibility in /furanet/sites/expoflamenco.com/web/htdocs/archivo/wp-content/plugins/edgtf-cpt/helpers/shortcode-loader.php on line 39

Warning: The magic method MagazineVibe\Modules\Blog\Shortcodes\Lib\ShortcodeLoader::__wakeup() must have public visibility in /furanet/sites/expoflamenco.com/web/htdocs/archivo/wp-content/plugins/edgtf-cpt/helpers/shortcode-news-loader.php on line 50
Hablando de cante con Antonio Mairena - Archivo Expoflamenco
Home / Bordonazo NEW  / Hablando de cante con Antonio Mairena

Hablando de cante con Antonio Mairena

Solo he conocido a dos grandes maestros a los que les encantaba hablar del cante jondo: Antonio Mairena y Juan Valderrama. Antonio era un verdadero apasionado a charlar de cante, porque el cante era para él algo más que un medio de ganar dinero. Tenía sus gustos, como todos, y la verdad es que se le notaban a leguas.


Hablé alguna que otra vez de cante con Antonio Mairena, para mí uno de los más grandes cantaores de la historia del flamenco. Nunca he dicho que fuera el mejor, porque el mejor no existe, al menos en un arte donde los gustos juegan un papel fundamental. La primera vez que hablé con él fue en su propia casa de la sevillana calle Padre Pedro Ayala, en la Cruzcampo. Recuerdo que me tiró un poco de la lengua sobre mis gustos y como tenía 20 años y toda la inocencia del mundo, le dije que adoraba al Carbonerillo de la Macarena y a Camarón. El maestro sonrió y luego me habló de Juan Talega, al que yo no conocía de nada, solo de oídas. También de Manuel Torres, del que tampoco tenía muchas noticias.

Aconsejado por Antonio, compré un disco del genio jerezano en una tienda de la calle Cuna, uno pequeño, y confieso que cuando lo escuché no me gustó nada. Se lo comenté a Mairena por teléfono y me dijo que era normal que no me hubiera gustado, porque tenía el oído hecho a cosas más modernas. “Escúchalo diez o doce veces y cambiarás de opinión”, me dijo. Lo hice y, en efecto, acabé descubriendo en el eco gitano de Torres un motivo más para seguir ahondando en el cante antiguo.

 

«Antonio le pidió a la huevera que metiera la Llave en su canasto y que se la enseñara a su prima Pastora. Y así fue como doña Pastora tuvo en sus manos el galardón del mairenero»

 

Antonio Mairena era un gran seguidor de la Casa de los Pavón, sobre todo de Pastora y Tomás, porque de Arturo, el mayor de los tres, apenas hablaba nunca. Tuvieron algún que otro problema personal y, además, político, y eso hizo que no sintonizaran bien. Aunque Antonio me reconoció que Arturo Pavón fue otro genio del cante, un cantaor capaz de llevarse horas cantando estilos solo reservados a los grandes maestros, sin repetir una sola letra.

Solo he conocido a dos grandes maestros a los que les encantaba hablar del cante jondo: Antonio Mairena y Juan Valderrama. Antonio era un verdadero apasionado de esto, de charlar de cante, lo que demuestra que el cante era para él algo más que un medio de ganar dinero. Tenía sus gustos, como todos, y la verdad es que se le notaban a leguas. Hablaba de Tomás Pavón con verdadera admiración, aunque, contrariamente a lo que piensan muchos, apenas tenía influencia de él. Destacaba de Tomás su pureza, el hecho de que no comercializara mucho con su legado gitano y de que se hubiera negado siempre a cantar allí donde no había respeto para esa pureza. Se basó más en Pastora, algo que pueden comprobar escuchando su disco Honores a la Niña de los Peines. Si tienen este disco en vinilo y lo ralentizan, comprobarán que eran casi dos gotas de agua. También es verdad que se ciñó más a su forma de cantar para la realización de esa obra, pero es indudable la influencia que La Niña ejerció en Antonio Mairena en palos fundamentales.

Alguna vez he contado que cuando le dieron la Llave del cante en Córdoba, en 1962, Antonio no sabía cómo ir a su casa a llevársela para que la viera, porque las relaciones no eran buenas en esos momentos. Entonces, se le ocurrió una manera muy curiosa de hacerle llegar la Llave. Como a su casa iba una vez por semana una vendedora de huevos de corral de su pueblo, Mairena del Alcor, y luego iba también a venderle huevos a Pastora, Antonio le pidió a la huevera que metiera la Llave en su canasto y que se la enseñara a su prima Pastora. Y así fue como doña Pastora tuvo en sus manos el galardón del mairenero. Seguramente, no sé, se preguntaría que por qué no se la habían dado a ella, que era más grande que Mairena, aunque estuviera ya retirada. Pero este es un asunto que dejaremos para otro día.

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

NO COMMENTS

ESCRIBE TU COMENTARIO. Rellena los campos NOMBRE y EMAIL con datos reales. Para que se publique en nuestro portal, el comentario no puede ser anónimo.