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Guirijondo y Palomares del Río: el sueño de Manolito el de Pepa - Archivo Expoflamenco
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Guirijondo y Palomares del Río: el sueño de Manolito el de Pepa

Guirijondo es un homenaje a los flamencos del mundo. El festival está ya en marcha y vamos a demostrar que somos un pueblo flamenco. Esos cuatro días vamos a poner a Palomares en el mapa de lo jondo.


Como saben muchos de ustedes, aunque nací en Arahal en 1958, con dos o tres años ya vivía en Palomares debido a que mi padre había muerto en Arahal en 1960 y tuvimos que emigrar buscando mejor futuro que el que nos esperaba. Por tanto, y aunque llevo con orgullo haber nacido donde quisieron mis padres, soy palomareño porque crecí en este pueblo, en Cuatro Vientos, y mis primeros sueños fueron en él. No fui un niño normal, era extremadamente sensible y me gustó siempre el arte: la lectura, la música, el cine, el teatro, el dibujo, la poesía, escribir… Pero Palomares era un pueblo con pocas posibilidades para el desarrollo intelectual de un niño con tantas inquietudes culturales.

 

Nunca asistí a una conferencia ni jamás fue un artista al colegio. Por supuesto, nadie me habló de flamenco. Escuchaba a los aficionados en las tabernas desde la calle y me emocionaba hasta llegar al llanto. Me conmovían sobre todo las letras o coplas que trataban sobre el amor, el desamor y las madres. Mi madre, Pepa, tatareaba a veces algún fandanguillo mientras lavaba en el lebrillo del corral y sabía que algo muy grande había detrás de aquellas melodías almibaradas que salían de su garganta, la de una mujer siempre triste por una vida tan dura, pero sin odio a nada ni a nadie. Mi madre era como una rosa en un bosque quemado.

 

En el inicio del verano de 1973 abandonamos Palomares para afincarnos en Sevilla y lloré mucho en silencio pensando en Cuatro Vientos, en la Plazoleta, en el pino de Mampela, en los olivos y las huertas. Pero de eso hace ya demasiado tiempo. Sigo vinculado a Palomares y en estos momentos ando en la aventura de un festival de flamenco, Guirijondo, que se celebrará del 12 al 15 del próximo mes de abril en lugares como los Baños Árabes, la Hacienda Casa Alegre, la Hacienda Ulloa y La Truja.

 

Palomares no fue nunca un pueblo flamenco, pero sí una localidad en la que gustaban y gustan todavía las tradiciones andaluzas como la Semana Santa, el Rocío, las sevillanas o las canciones navideñas. Tuvo una peña flamenca, El Goro de Triana, precisamente en Cuatro Vientos, que cerró pronto, y alguna vez vinieron cantaores al pueblo. Pero las tradiciones hay que comenzarlas algún día y es lo que estamos haciendo, crear un festival de flamenco para que nuestro pueblo esté en el mapa de este arte andaluz que ya es del mundo entero.

 

 

«Que todos conozcan Palomares para que luego le digan al mundo que somos un pequeño pueblo andaluz que merece ser visitado. Que conozcan nuestras haciendas y los Baños Árabes, coman en La Truja o el Huerto del Portugués y respiren aire puro en la vega, donde aún hay pájaros que alivian las penas cantando»

 

 

 

 

Guirijondo es una apuesta por el flamenco y por los flamencos del mundo. Si hace solo un año me hubiesen dicho que íbamos a tener un festival de esta categoría, de cuatro días, en Palomares, que ya es conocido en muchos lugares del mundo, me hubiera reído. Pero lo cierto es que es así: el festival está ya en marcha y vamos a demostrar que somos un pueblo flamenco y que esos cuatro días vamos a poner a Palomares en el mapa de lo jondo. Y para eso necesitamos a todos los vecinos, a cada uno de los palomareños, hayan nacido o no en el pueblo.

 

¿Recuerdan la película Bienvenido, Mister Marshall (1953), del director valenciano Luis García Berlanga? Villa del Río, un pequeño pueblo castellano, es informado sobre la inminente visita de diplomáticos estadounidenses. El alcalde, interpretado por el gran Pepe Isbert, pide la colaboración a los vecinos de la localidad para impresionar a los americanos con la esperanza de obtener beneficios del Plan Marshall. Aunque era una localidad de Castilla, Villa del Río se convirtió en un pueblo andaluz y flamenco, con los vecinos ataviados para la ocasión. Cuando llega el día de la visita diplomática, los guiris pasaron de largo y ni siquiera se pararon. Este es, en síntesis, el argumento de la genialidad de Berlanga.

 

En Palomares no necesitamos convertirnos en un pueblo andaluz, porque lo somos. Una localidad sevillana a escasos kilómetros de la capital con una luz azulada envidiable y un microclima especial. Solo nos hace falta ese puntito flamenco tan necesario para vivir la vida a compás. Por eso le vamos a pedir a los palomaremos, nativos o no, que pongan flamencas las casas del pueblo, sus casas, que adornen sus balcones, que vayan a todas las actividades del festival y que inviten a sus familiares y amigos más cercanos.

 

Guirijondo es un homenaje a los flamencos del mundo, a esos guiris que cantan, bailan y tocan la guitarra en los cinco continentes. Y a esos otros guiris que vienen cada día desde lugares tan lejanos para disfrutar de este arte y sentirlo en lo más profundo del alma. Tenemos que lograr que se sientan como en sus casas y en sus países de origen: Venezuela, Italia, Francia, Perú, Holanda, China o Canadá. Que conozcan Palomares para que luego le digan al mundo que somos un pequeño pueblo andaluz que merece ser visitado para que conozcan nuestras haciendas y los Baños Árabes, coman en La Truja o el Huerto del Portugués y respiren aire puro en la vega, donde aún hay pájaros que alivian las penas cantando.

 

Manuel Benjumea, el alcalde de Palomares, y Pedro Conde, su delegado de Cultura, están totalmente volcados con el festival. Van a por todas, están ilusionados y nada va a impedir que todo salga bien.

 

Mi infancia son recuerdos
de un pueblecito muy blanco
donde soñaba despierto.

 

Imagen superior: Baños Árabes de Palomares del Río, Sevilla

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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