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Don Antonio Chacón y Mairena

No hubo ninguna relación entre ellos, porque Chacón se fue a la tumba sin saber quién era el Niño de Mairena. Mairena, en cambio, lo escuchó al menos una vez y fue en el Prado, en Sevilla, sobre 1927. En realidad, Mairena supo siempre la importancia de Chacón, porque no era tonto y si sabía de algo era de cante.


Se me ha ocurrido que como este año se cumplen 90 años de la muerte de Don Antonio Chacón y 150 de su nacimiento, en el Festival del Cante Jondo Antonio Mairena podrían haber tenido un detalle con esta figura del cante jondo a la que su tocayo no le tuvo mucho aprecio. Sería una manera de ir poniendo las cosas en su sitio. En realidad, el Niño de Mairena supo siempre la importancia de Chacón, porque no era tonto y si sabía de algo era de cante. En cambio, el mairenismo aún no se ha enterado de que aquel jerezano calvo y rechoncho fue una pieza clave del buen cante.

Recuerdo cuando vino el escritor jerezano a la Universidad de Sevilla invitado por el mairenismo para decir que “Silverio y Chacón eran dos copleros”, por poner un ejemplo. Y no fue detenido, sino aplaudido con fuerza por el mairenismo en pleno. ¿Por qué no han programado una buena conferencia en la semana cultural que hacen como preámbulo al festival, que versara sobre Chacón y Mairena? La hubiera dado gratis con tal de decir cuatro cosas bien dichas, sin ánimo de revancha y para aclarar algunas cosas sobre la relación de los dos grandes cantaores. No hubo ninguna relación entre ellos, porque Chacón se fue a la tumba sin saber quién era el Niño de Mairena. Mairena, en cambio, lo escuchó al menos una vez y fue en el Prado, en Sevilla, cuando el maestro de Jerez iba de retirada, sobre 1927. Es probable que nunca tuviera un disco suyo, porque un día de 1978 le llevé a su casa la colección de Pepe Carrasco, Los ases del flamenco, y cuando vio el elepé de Chacón se interesó mucho por él, aunque al final lo apartó y solo se quedó con dos, los de Manuel Torres y el Niño Gloria. Curiosamente, gitanos los dos.

 

«El mairenismo aún no se ha enterado de que aquel jerezano calvo y rechoncho fue una pieza clave del buen cante. ¿Ustedes creen que me dejarían hablar de estas cosas en Mairena del Alcor?»

 

No sé si saben cómo se empapó Mairena de los cantes de Chacón. Si no lo saben se lo voy a recordar:

 

Durante bastante tiempo yo tuve que empaparme de aquellos cantes levantinos, a los que ella era tan aficionada, hasta aprenderme de memoria los cantes que hacía Chacón.

 

Sí, lo escribió en sus confesiones. Se refería a La Macilenta, una prostituta vieja que tenía una casa de trato en la Alameda de Sevilla y que, según él, en sus años de mocita fue amiga de Chacón. ¿Cabe mayor desprecio a Chacón? Lo digo porque cuando murió el maestro, en 1929, Mairena tenía 20 años y ya cantaba. ¿Nunca tuvo discos de él, aquellos de pizarra? ¿No estudió al maestro de aquel tiempo, que se tuvo que “empapar de su cante” a través de una vieja madame? Pues no, Mairena lo aprendió todo de los maestros gitanos. Y si estudió a maestros gachés, que lo hizo, pocas veces lo reconoció.

Manolito Ordóñez, un coleccionista de discos de Sevilla, me contó que Antonio iba mucho a su casa a que le grabara cantes de su colección de pizarra y que le pedía cosas de El Mochuelo. “¿Del Mochuelo, Antonio?”, le preguntó la primera vez. “Sí, que ese es bueno para estudiar”, le contestaba el maestro de los Alcores. También le pedía a Manuel Vega El Carbonerillo o a Fernando el Herrero. O sea, que, como buen aficionado, aprendió de todos, pero sus maestros fueron solo intérpretes gitanos, según sus confesiones o las conferencias que dio a lo largo de su vida.

Alguna vez habló bien de Chacón, pero pocas. Ni siquiera resaltó que Don Antonio encumbró siempre a los maestros gitanos del XIX, como fueron los Marrurros, Joaquín Lacherna, El Mellizo, el Loco Mateo o Curro Dulce. Porque Mairena, en realidad, consideró siempre intrusos a los intérpretes no gitanos, de ahí que llamara ídolo falso a Pepe Marchena.

¿Ustedes creen que me dejarían hablar de estas cosas en Mairena del Alcor?

 

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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