No sé lo que dirán las feministas flamencas de esta noticia de 1936, pero tiene su aquel. Y me da la razón cuando defiendo que la mujer no ha estado tan marginada en el mundo del flamenco, como se asegura sin base alguna. El 20 de mayo de 1936, dos meses antes del estallido de la Guerra Civil española, el Sol de Madrid se hacía eco de un Ciclo de Cante Jondo en el Liceo Andaluz de la capital de España. El citado ciclo se celebró del 21 de ese mes al 13 de junio. Nueve conferencias en total, con conferenciantes tan notables como Fernando el de Triana, que habló sobre Los bailes flamencos, o el pintor sevillano José Rico Cejudo, quien disertó sobre Cante jondo grande. Los cantes chicos.

También participó el gran compositor sevillano Joaquín Turina (imagen superior), quien habló sobre El cante jondo en la música culta, con ilustraciones musicales de Saint Saens y Rimnsky Corsakof. No faltó la relación entre el cante jondo y la música árabe, a cargo del filólogo y escritor Isidro de las Cagigas. Ni la influencia de la música sefardita en los cantes andaluces del siglo XVI. Don Manuel Góngora habló sobre las danzas gitanas y las danzas de ritmo. José Bellver Cano disertó sobre la guitarra. Y, curiosamente, el doctor Ban-Vaumber-ghem habló sobre La mujer en la poesía y en el cante andaluz. No se olvidaron de las cantaoras, aunque no hubo ninguna mujer entre los conferenciantes, seguramente porque no era fácil encontrar a mujeres que hablaran de flamenco en esos años. Ah, también se habló sobre El cante jondo y el cante flamenco, lo que demuestra que siempre ha habido esa diferencia, que hoy apenas es notable.

¿Ven como no hemos inventado tanto como pensamos hoy? Y no fue este el primer ciclo de conferencias sobre flamenco. Silverio Domínguez Cano, el hijo de Silverio Franconetti, los organizaba años antes en la Tertulia El Arenal de Sevilla, de la que era director. Allí dio su primera conferencia Fernando el de Triana utilizando el material que luego iría en su famoso libro Arte y artistas flamencos. Más tarde la repitió en Coria del Río, que fue donde Blas Infante conoció esos recuerdos de Fernando y lo animó a hacer la obra, editada en 1935. Él fue quien le pasó a máquina el manuscrito y escribió un prólogo que al final no apareció por temas políticos en los que no vamos a entrar.

Noticia sobre el Ciclo de Cante Jondo en el Liceo Andaluz. Madrid. Diario AHORA, 20 de mayo de 1936.