El abuelo y el valor de la iniciativa privada
Alcanza un gran valor lo que ocurre en Jerez de la Frontera con el OFF Festival, de Mario González, que celebrará este año su séptima edición con un excelente plantel de artistas. Conseguir eso solo con el dinero de las entradas, pero sobre todo sin subvenciones, es un logro, algo digno de encomio en una época en la que tanto
-Abuelo, ¿cómo llevas lo de tener que ayudarme para que ExpoFlamenco acabe triunfando en esta nueva etapa, conmigo de director?
-Pues mira, sabes que ando ya un poco alejado de estas cosas, pero si hace falta meter el hombro una vez más y hasta sacarte las castañas del fuego, para eso estamos los abuelos flamencos. No sé de dónde vas a sacar tiempo, porque tienes demasiadas responsabilidades, pero ahí estaré contigo, codo con codo, hasta que el cuerpo aguante.
-Abuelo, ¿sabes que muchos de nuestros lectores piensan que el que sabes de flamenco eres tú, que yo no sé una papa?
-Claro que lo sé, ¿o es que te has creído que soy tonto? ¿Y no es verdad? A ver, Manolillo, para saber de flamenco hay que tener años y tú eres aún muy joven. Hablas de El Planeta sin haberlo conocido, por ejemplo.
-¡Hombre, abuelo! Hasta ahí podíamos llegar. ¿Cómo pude conocer a El Planeta si murió cuando no habían nacido ni mis bisabuelos?
-Pues eso te digo, atontado. Escribe de lo que has vivido, solo de eso.
-Bueno, abuelo, que no sé qué te ha pasado, pero estás insoportable últimamente. Otra cosa. ¿Tú sabías que hay un festival de flamenco en Jerez que lleva siete años sin ayudas públicas? Y es un buen festival.
-El arte flamenco no siempre se ha mantenido de las ayudas públicas, como ocurre desde hace décadas. No es que se mantenga solo con las subvenciones, pero si las instituciones públicas dejaran de subvencionar festivales, recitales en peñas y hasta libros y discos, se vería un ejemplar. Por eso alcanza un gran valor lo que ocurre en Jerez de la Frontera con el OFF Festival, de Mario González, que celebrará este año su séptima edición con un excelente plantel de artistas. Conseguir eso solo con el dinero de las entradas, pero sobre todo sin subvenciones, es un logro, algo digno de encomio en una época en la que tanto se chupa de la teta del Estado.
-Entonces, ¿qué pasa con los demás festivales, que sobreviven gracias a las ayudas?
-Que se han acostumbrado a eso, y ya está. Mira, el Estado tiene presupuesto para todo y la cultura no iba a ser menos. Y el flamenco es una parte esencial de la cultura andaluza y española en general. Pero cuando un arte, y más como es el flamenco, está tan subvencionado, malo, porque pierde independencia y, por tanto, libertad y sentido crítico.
-¿Sabes una cosa, abuelo?
-Dime
-Cada día te pareces más a mí diciendo las cosas. Reconoce que aprendes de mí, aunque lo lógico es que sea yo el que aprende de ti.
-Todos aprendemos de todos, Manolillo. Los mediocres se fijan unos en otros. Y los genios, nos copiamos directamente.
-Lo de genio irá por mí, ¿no abuelo?
-¡Anda, anda! Que le pregunten a La Tremendita si eres o no un genio. O a Mayte Martín. Anda que las tienes contentas.
-Entonces, abuelo, ¿subvenciones o iniciativas privadas?
-Las dos cosas son compatibles. Aunque yo soy más de que los flamencos se busquen la vida, como ha ocurrido siempre, y que sean más libres.
-Y yo también, abuelo.