Fabiola Pérez (1982) nació en Arcos de la Frontera (Cádiz), tierra de poetas y calles encaladas en las que se escuchaba el cante de la serranía de forma natural. De allí salió siendo jovencita, ante la sorpresa y el miedo de la familia, pues no era de buen gusto que la niña de la casa se marchara fuera de su tierra para dedicarse al flamenco. Es muy aficionada y escucha cante «todos los días». También es humilde, quizá demasiado, y no tiene ningún interés en llegar a ese sitio donde están las estrellas de lo jondo. Para La Fabi es más importante saber que su cante «le gusta a la gente». Cuando se sube al escenario es toda volcán, por eso ha estado compartiendo escenarios con grandes bailaores como el propio Farruquito. Ahora vive en Jerez, esa ciudad que la ha acogido como una más.

«Todos los artistas cabemos en el flamenco. Tú sabes quién es uno y quién es otro. A lo mejor sale un artista que canta en todos los escenarios y a mí no me dice ni fu ni fa. Y después hay otro que no sale tanto a los escenarios y cuando está a tu laíto cantando te quiebra el corazón, eso es lo que vale»

Un cante de La Fabi, desde las Bodegas San Francisco Javier, Jerez.

La Fabi, durante su charla con Juan Garrido en las Bodegas San Francisco Javier de Jerez.