Vicente Soto Barea vive en la calle Nueva de Jerez, donde nació en 1954. Allí nos recibe, con la cordialidad que define a esta familia gitana cuyo buque insignia más reciente fue Manuel Soto Sordera, padre del protagonista. En esta saga todos hacen algo, desde su hermano Enrique a su hermano José, sin olvidarnos de Manuel El Bo, quien convirtió la labor del palmero en indispensable para los artistas de la época.

 

Vicente es cantaor de más de cincuenta años de carrera, con más de una docena de discos en los que, como matiz importante, acercó la literatura al flamenco. Le ha cantado a Cervantes, Lorca, Machado o Pessoa, a su antepasado Paco La Luz o a Niño Gloria. Recuerda su niñez en Madrid, con Manolo Caracol o la época de Camarón y Paco de Lucía. Prefiere no hablar de caché, todo ha cambiado a peor en este aspecto según su criterio, aunque «hay que adaptarse». Es feliz cuando se habla de su hija Lela Soto, joven que comienza a despuntar entre las de su generación y a la que advirtió que este mundo no es nada fácil.