El cantante dedica el máximo galardón del Festival Internacional del Cante de las Minas “a los que ya no están” y recuerda a Enrique Morente
La Unión, 5 de agosto de 2024
Cuando Pitingo vuelve a La Unión, en su pensamiento y su recuerdo aparece el maestro Enrique
Morente. Le viene a la mente cada palabra que le decía, cada consejo, y también cada vez que le
impulsó para que su carrera fuera un paso más. Así llegó en 2004 hasta el concurso del Festival
Internacional del Cante de las Minas, a pesar de tenía mucho miedo a los concursos y a competir
con los demás. Aun así, se subió al escenario de la ‘Catedral del Cante’. “Fue la primera vez que vi
un sitio con tanta gente, porque yo venía de peñas chiquititas”, recuerda de aquel momento, además
de la “sensación indescriptible de que la gente te aplauda de esa manera y ver que empieza a
realizarse tu sueño”.
Desde aquel premio a cantaor revelación, la vida de Pitingo ha sido frenética, aunque es ahora
cuando afirma que se encuentra en su mejor momento; con más calma, disfrutando de lo conseguido
de ese “éxito verdadero” que es “dedicarte a lo que te gusta y estando con la gente que te apoyó
desde el principio”. Un momento ideal para recoger, 20 años después de triunfar en el Cante de las
Minas, el máximo reconocimiento de este Festival: el ‘Castillete de Oro’. Un momento soñado para el
cantante por los grandes nombres que ya recibieron este galardón. Ahora le toca a él.
Muchos de aquellos nombres que impulsaron su carrera y le acompañaron ya no están, y por eso
Pitingo quiso dedicar el ‘Castillete de Oro’ a todos ellos. “Cuando me subo a este escenario me
acuerdo de lo vivido con mis compañeros y pienso en todo lo que me ha tocado vivir. Solo puedo dar
gracias a la vida por regalarme esta oportunidad de dedicarme a lo que em gusta”, afirmaba durante
la tertulia mantenida con el periodista Juan Ramón Lucas.
Fue en esa charla donde recordó a ese Pitingo de 8 años cantando flamenco, pero que también
empezó a cantar soul, con grandes referentes como Aretha Franklin o Stevie Wonder, entre muchos
otros, que hicieron que sintiera “las dos músicas por igual”. “Soy flamenco, me he criado en una casa
flamenca y gitana, y la vida o el destino me ha puesto muchas cosas en el camino que me han hecho
interesarme por otras músicas como el soul. Y no solo cantarlo, sino entender por qué se hace así
hasta el punto de dirigir un coro de gospel”, contaba. Una fusión que mañana expone en el Antiguo
Mercado Público materializado en su gira ‘Soulería de ida y vuelta’.
Haciendo pausas y con una emoción palpable, lucía la distinción que le impuso el presidente de la
Fundación Cante de las Minas, Joaquín Zapata. “Cuando le anunciamos que iba a recibir el
‘Castillete de oro’ y se echó a llorar, me di cuenta de la grandeza y humildad de este artista, que
tiene una de las mejores afinaciones y compás del flamenco de todos los tiempos”, indicaba.
“Es un premio soñado que me da el pueblo de La Unión con todo su cariño. Ojalá sean otros 20 años
y que venga muchas veces a pasear por vuestras calles y a charlar con ustedes”, afirmaba el
galardonado. “Qué suerte tuvo el Cante de las Minas de que hace 20 años ganaras el premio a
cantaor revelación. Ahora tenemos la suerte inmensa de que el ‘Castillete’ 2024 se llame Antonio; se
llame Pitingo”, concluyó Zapata.