El bailaor, ganador del ‘Desplante’ en 2013, brindó una exhibición magistral en el escenario que le vio nacer artísticamente
‘Las Minas Flamenco’, el espectáculo único de la Fundación Cante de las Minas y SoLaNa Producciones, emociona a un público que le grita halagos al cuadro flamenco que completó Ricardo Fernández Del Moral, David Palomar, Anabel Rivera y Manu Soto, junto a Javier Ibañez y Alejandro Solano
La sexta jornada hizo un viaje desde tierras gaditanas hasta el Levante, combinando, con una cuidada puesta en escena de entradas y salidas, luces y sombras, los palos de la tierra y de la Bahía de Cádiz
La Unión, 5 de agosto de 2024
Para ver buen flamenco, ese que sale del alma, hay que venir a La Unión. Y si a alguien le quedaba
alguna duda, ya se encargó anoche ‘Las Minas Flamenco’ de despejarla. La ‘Catedral del Cante’
acogió el estreno de un nuevo espectáculo que nace en el Cante de las Minas y que aspira a llegar
allí donde se ame, respete y espere el buen flamenco. Esta propuesta, puesta en marcha por la
Fundación Cante de las Minas y SoLaNa Producciones, reunió a siete artistas en el mayor templo del
flamenco con un objetivo claro: demostrar que a los ganadores de concurso de este festival
internacional, todo escenario se les queda ya pequeño ante la magnitud de su arte.
Eduardo Guerrero volvía 11 años después a ese escenario tras ganar el ‘Desplante’ masculino.
Como cabeza de cartel, la ilusión se fusionó con el respeto. “Volver es una forma de entender lo que
pasó aquí y poder celebrarlo”, afirmaba minutos antes de que comenzara el espectáculo. Pocos
después de las once de la noche, la voz de David Palomar sonaba en el Antiguo Mercado Público, a
capella, incorporándose a dos voces Ricardo Fernández del Moral (‘Lámpara Minera’ 2012), creando
una emoción palpable en el templo, que coronaron Manu Soto y Anabel Rivera. Por si el momento no
hubiera puesto los pelos de punta lo suficiente, salió Eduardo Guerrero al escenario. El cuadro,
además de contar con la guitarra de Javier Ibañez, sumaba otro nombre conocido para este festival:
el del ‘Filón’ 2019, Alejandro Solano. Entre los siete, en tan solo unos minutos en esa presentación,
ya dejaron claro que la noche sería histórica para el Cante de las Minas.
Del Moral y Guerrero se metieron en a profundidad de flamenco por soleá, en un escenario a
oscuras con un solo foco que iluminaba al cantaor y tocaor. No tardó mucho el segundo en deleitar al
público con su taranto, como un guiño a lo vivido durante su paso por el concurso. “Voy a hacer un
repaso a los palos que me acompañaron en ese tiempo”, confesaba. Y lo hizo poniendo a bailar a
cada poro de su cuerpo con una destreza que solo se recuerda de los más grandes de baile
flamenco.
‘Las Minas Flamenco’ propuso un recorrido por la riqueza del flamenco desde la Bahía de Cádiz
hasta el Levante y David Palomar dio el contrapunto exacto que necesitaba la noche. Aunque
empezó con la crudeza de la seguiriya, poco después arrancó por tanguillos. “Acompañarnos un
poquito a ‘Cai’”, animaba al público con los cantes festeros de su tierra.
Con la flexibilidad de su cuerpo, su alma flamenca y el sentimiento que transmite el duende con solo
mirarle, Eduardo Guerrero bailó por tangos y al terminar, ya con las luces casi apagadas, comenzó a
hacer que las palmas sonaran por todo su cuerpo hasta que iluminó a Ricardo Fernández del Moral,
que puso en valor el cante por Farruca, mientras Guerrero le bailaba.
El fin de fiesta fue el colofón de una noche en la que siete artistas demostraron que si el talento se
une, el flamenco crece. Por alegrías, y entre piropos gritados de público a Guerrero, el bailaor dibujó
un corazón con sus manos y lo lanzó hacia el patio de butacas. Uno a uno fueron cantando y
bailando, con una familiaridad entre ellos que trasmitía una emoción conjunta que calo a cada uno de
los asistentes.
Y cantaron: ‘¿Qué es el flamenco? Es una fragua encendida, que no se apaga, que nunca muere”. Y
con el público entregado de una forma mágica, y con una despedida de esas en las que ni los
propios protagonistas se quieren despedir, ‘Las Minas Flamenco’ consiguió que la noche fuera
inolvidable. en un espectáculo sin parangón.
La fragua de Eduardo Guerrero encendió la noche en el Cante de las Minas; una vez más; once
años después.
Hoy
Tras recibir ayer su ‘Castillete de Oro, Pitingo vuelve a la ‘Catedral del Cante’ para alzar el vuelo con
‘Solería de ida y vuelta’ que fusiona el sentimiento del flamenco con la intensidad del soul, del gospel
y la música latina. Una cita imprescindible para los amantes de este artista que ha colgado el cartel
de ‘Entradas agotadas’.
Tras la gala, la noche culminará con la ‘madrugá’ a cargo de la cantaora y bailaora Anabel y Javier
Ibáñez a la guitarra en El Almacén, con el patrocinio de Parafarmacia Barceló.