El Festival de la Canción de Eurovision es un evento que atrae muchas miradas cada año en el mes de mayo. España es uno de los miembros fundadores y siempre pasa directamente a la final. En su LXVII edición, RTVE –entidad que dirige en España el certamen– ha presentado a la artista Blanca Paloma (Elche, 1989) con su tema Eaea, lo que algunos han bautizado como bulería eléctrica. La española ha quedado en la posición número 17 –de 26– y algunos medios de comunicación lo han achacado al género del tema, el flamenco, con titulares como «Eurovision 2023 ‘castiga’ al flamenco y hace que Blanca Paloma sea la menos votada por la audiencia del festival», de Telecinco. Ante esto, Unión Flamenca ha mostrado su malestar en redes sociales.

El comunicado se ha publicado en la cuenta de Instagram de Unión Flamenca bajo el título A propósito de Eurovision, ¿habláis de nosotros? y es el siguiente:

«Eurovisión y el flamenco son tan lejanos entre sí para los que vivimos, conocemos y amamos esta música que nos cuesta asumir que haya que explicar algo que a nuestros ojos resulta tan fácil, simple y diáfano.

Si usted se asoma a los medios de comunicación de nuestro país al día siguiente de la participación de España en dicho concurso, este parece ser el resumen: «El flamenco fracasa en su intento de conquistar Eurovisión». Y todos nosotros —artistas, aficionados, gente del flamenco— preguntándonos perplejos, asombrados: «¿El flamenco?», «¿Qué flamenco?», «¿De qué hablan nuestros compatriotas?», «¿Hablan de nosotros?», «¿Tantos siglos juntos y llaman flamenco a esa canción?»,«¿Fracasar el flamenco?». Les recuerdo a todos los que olvidan, voluntaria o involuntariamente, que el flamenco triunfa con rotundidad en los teatros más prestigiosos de Europa y del mundo desde hace muchos años, ante un público exigente y cultivado que demanda arte. Lo otro es entretenimiento pseudoartístico, cuya industria, dicho sea de paso, también cumple su papel desde los albores de esta actividad humana.

«El flamenco triunfa con rotundidad en los teatros más prestigiosos de Europa y del mundo desde hace muchos años, ante un público exigente y cultivado que demanda arte. Lo otro es entretenimiento pseudoartístico»

Digamos también a los ignorantes voluntarios, y a los que no lo sean, que el flamenco es la única música de raíz en nuestro país que despierta interés en todo el planeta y que los artistas flamencos tienen una alta consideración profesional y artística allá donde van.

Decir «el flamenco fracasa» es una conclusión tan absurda como irreal y engañosa, y sobre todo injusta con una música y unas gentes que nos hemos ganado el prestigio en el mundo a fuerza de talento y sacrificio, de constancia creativa y de originalidad en los planteamientos musicales y estéticos y, por qué no decirlo, a contracorriente en nuestro propio país, donde durante mucho tiempo se intentó frivolizar y hasta ridiculizar este tesoro de la cultura europea, probablemente el más poderoso del continente.

También debe tener espacio aquí la autocrítica y reconocer que han sido muchos años callados, dejando hacer. Y todos nosotros, principalmente los artistas, deberemos asumir y ejercer nuestra responsabilidad con esta herencia cultural y artística de tan altísimo valor. Vaya el mercado por donde quiera ir, entreténgase cada uno como guste, escuche o consuma lo que estime oportuno, pero no engañen ni carguen las tintas sobre una música y una cultura que van dejando por el mundo un reguero emocionante de fascinada admiración».

Blanca Paloma llegó a Eurovision 2023 tras ganar el Benidorm Fest 2023, que otorga como premio representar a España en este certamen europeo. Pese a que las críticas eran buenas y que las apuestas la ponían entre las cinco primeras, tras su actuación el jurado la dejó en un noveno puesto, pero el televoto –votación del público general en toda Europa– le dio solo cinco puntos dejándola finalmente en el puesto diecisiete y siendo la que menos puntos recibió por parte de los aficionados al festival.

Imagen superior: RTVE