‘Soy Cultura, soy Flamenco’, la unión de los profesionales del flamenco
El movimiento Soy Cultura, Soy Flamenco reivindica a través de un vídeo mejores condiciones laborales para un sector que agoniza a causa de la crisis de la Covid-19.
Cuando las piernas no van, el cuerpo no anda. Algo parecido ocurre con el flamenco. Sin artistas no hay flamenco. Es la reivindicación principal del movimiento Soy cultura, Soy Flamenco, que nace de la unión de los profesionales de este noble arte para luchar por unas condiciones dignas de trabajo. Este grupo de trabajo ha lanzado un vídeo con la idea de concienciar a todo el mundo de las dificultades que acechan a un sector agonizante a causa de la pandemia protagonizada por la Covid-19.
Y es que el sector de la cultura y el mundo del espectáculo ha sido uno de los más afectados por el coronavirus ante la falta de legislación existente. Esto se traduce en un desastre económico para los artistas. Esta crisis sanitaria ha sacado a la luz la precariedad laboral de estos profesionales.
«Estas irregularidades, generalizadas y, a menudo, normalizadas, han causado la desprotección absoluta de gran parte del sector artístico flamenco», explica Belén Maya, miembro de Soy Cultura, soy Flamenco, en declaraciones a El Correo de Andalucía.
«La imposibilidad de obtener paro o de acceder a la ayuda especial por desempleo aprobada por el Gobierno durante el Estado de Alarma», explica Maya, es en lo que ha desembocado la falta de contratación, la obligación de darse de alta como autónomo o las cotizaciones en un régimen distinto al de artistas.
Por eso, el citado movimiento defiende los derechos del sector, con el objetivo de dignificar la profesión. Lo que se pretende, en palabras de los miembros, es que los artistas puedan tener una jubilación digna y que tengan su alta en la Seguridad Social, además de un salario acorde a un convenio colectivo. Es lo que intentan viralizar en el vídeo promocional que lanzan.
El coronavirus ha obligado a frenar la actividad de numerosos tablaos. Algunos de ellos de manera definitiva. Esto implica que los artistas se queden sin funciones y dada la dificultad, la mayoría no puedan acogerse a las prestaciones por desempleo que ha creado el Gobierno durante el Estado de Alarma. Así, han cesado su actividad para ejercer otras profesiones.
«Volveré al flamenco, porque soy y me considero flamenca. No me imagino mi vida sin poder bailar en un escenario», explica la sevillana Elena Ollero, bailaora desde los ocho años, y que ahora está volcada en la puesta en marcha de su propia web de ropa al no tener actuaciones en un futuro próximo.
Además de campañas informativas para hacer ver la crítica situación de los artistas, el movimiento Soy Cultura, soy Flamenco también trabaja en otras áreas de comunicación con distintas asociaciones, sindicatos y plataformas. Investigación y difusión de información entre los integrantes del movimiento con el objetivo de ayudar a los profesionales que lo necesiten. Están activos en Madrid, Sevilla, Granada, Córdoba y Málaga. También cuenta con un foro de debates y con un espacio donde los miembros del colectivo pueden compartir información y hablar abiertamente de la problemática que rodea al sector.
Por si todo esto fuese poco, el movimiento también gestiona la red de banco de alimentos Dona Flamenco, que ha conseguido paliar las necesidades básicas de muchos artistas y sus familias en distintas provincias de Andalucía.