Pepe es un icono del flamenco jerezano. A sus casi 88 años sigue paseando por su barrio de San Miguel todos los días, habiéndose convertido en un anfitrión perfecto para los foráneos que buscan sumergirse por las calles que vieron nacer a Lola Flores, La Paquera o Manuel Torres.

 

Él es El Zorri, un bailaor aficionado que ha dedicado su vida a la venta ambulante pero que en sus orígenes incluso participó en una turné con su prima La Paquera de Jerez, conjuntamente con Farruco, Chocolate y Juan Peña El Lebrijano, “que por entonces tocaba la guitarra antes de darse a conocer como bailaor”, reconoce. “Yo no soy artista”, sentencia. “Ocurrió que cuando salí del servicio militar pues mi prima me dio la oportunidad y yo encantado, porque sí me gustaban mucho los escenarios y el arte. A estas alturas no me considero bailaor, solo mi vuelta por bulerías”.

 

Nació en la calle Martín Fernández en 1935, la calle que sigue al Cerro Fuerte, donde nació la citada Paquera. La madre de ésta, tía Paca, era hermana de la madre de Pepe, a la que conocían como Tía Margara, de ahí que haya tantas Margaritas en la familia. También son primos hermanos de Dieguito, el de la Margara, pues su padre, Tío Diego, era hermano de la madre de la Paquera y la de Pepe. “Veía a mi primo Dieguito y a mi tío bailar y de ahí bebía yo, no he tenido maestros ninguno, me fijaba en los míos”.

 

En ese contexto familiar crece el protagonista de estas líneas que, sin ser gitano, se ha considerado uno más de ellos porque “siempre he estado rodeado de gitanos y mi mejores amigos han sido gitanos, caso de Diego Remache, de la calle Nueva, con quien jugaba al rentoy en Santiago, o Juanele (padre de los palmeros Ali y Luis de la Tota), entre otros tantos”. Él reconoce que “me ha gustado el cante gitano, el de Terremoto más que el de ninguno. O me gustaba, hasta que escuché a Manuel Agujetas, que salió algo más tarde y me quedé prendado. ¿Quién va a cantar mejor que Terremoto?, me preguntaba a mí mismo, hasta que en el Tabanco del Chico en La Plazuela llegó un día Manuel y ya tuve respuesta. Es mi gusto”.

 

 

«El sábado 18 de febrero a las 16,30 horas, la Peña Los Cernícalos, entidad decana de la provincia de Cádiz, hará entrega de la Insignia de Oro a José Domínguez Garrido El Zorri. “Y en vida, que es lo importante”, dice el homenajeado»

 

 

 

 

Cuando acabó la referida gira por distintos pueblos de Andalucía volvió a Jerez y su mujer le tenía una invitación en la mesa en la que decía “tenemos que casarnos después de los años de novios que llevamos”. No se lo pensó dos veces y entendió que tenía que dejarlo todo para conformar su familia, con Carmela, con la que se casó, y más tarde llegarían los hijos.

 

Tenía por entonces casi treinta años y no volvió a bailar más en público, solo en algunas reuniones íntimas. Dedicó décadas a su gente, con un puesto en el Mercado Central de Abastos de prendas de ropa, entre otras incursiones propias de un hombre valiente y de cierta ambición.

 

Ya cuando fueron, él y su esposa, dejando los puestos a sus hijos, Pepe comenzó a subirse nuevamente a los escenarios, sobre todo al de la Peña La Bulería de Jerez, de su barrio, en un cuadro de veteranos que disfrutaban sobre las tablas como si de una juerga se tratase. Compartía elenco bailaor con Alfonso Carpio El Jali, Domingo El Mutilao, El Gran Roque, Juanenri o José Oñate El Pito, que se sumaba en ocasiones. Cantaban Antonio El Cañero, Antonio El Monea, Juanillorro… La fiesta de San Miguel en un escenario, como hicieron los de Triana, salvando distancias. Todos eran aficionados.

 

 

 

 

Cuando enviudó, Pepe entendió que tenía que salir adelante, con alegría y fuerza, y recuperar las ganas de bailar aunque fuese casi octogenario y se apoyó en su nieta, la bailaora Saray García. Como Saray viajaba casi a diario de Jerez a Sevilla, al Tablao Los Gallos, él comenzó a frecuentarlo y Saray lo invitaba a subir al fin de fiesta. Allí empezó a darse a conocer de forma más internacional y entre los artistas de otras generaciones que vieron en él el reflejo de lo más esencial del flamenco de otra época.

 

El baile de Pepe El Zorri es del cortito y bueno que Jerez ha defendido siempre, en una sucesión de patas hilvanadas con compás y con quiebros, en muchos casos de vértigo. Sobre todo si se trata el baile masculino. Con cierto gracejo, el bailaor ha levantado los brazos, mirado al público y dado una vuelta elegantísima para que todos quedaran prendados. Elegante vestido y con algunas “patas marca de la casa”. Así, David Lagos lo incluyó en su espectáculo Made in Jerez, y ha llegado a ir a países de Europa, a Japón (2019), a dar cursos de palmas y a bailar, porque él mismo ha creado una red de amistades internacionales que cuentan con su presencia para tertulias, encuentros y espectáculos.

 

En más de una ocasión ha estado presente en los ciclos Viernes Flamencos, Fiesta de la Bulerías o Festival de Jerez, en su tierra, y aún acude cada semana a las clases magistrales que imparte Ana María López en la Peña Los Cernícalos, para acompañarla y formar parte de ese ambiente. Este sábado, 18 de febrero, a las 16:30 horas, la entidad decana de la provincia de Cádiz hará entrega de la Insignia de Oro a José Domínguez Garrido El Zorri, “y en vida, que es lo importante”, dice el homenajeado. El acto es de entrada libre, y participarán en el mismo la mencionada Ana María López y el cantaor David Lagos, “además del que se quiera sumar”. Este reconocimiento se suma al que ya recibió Pepe por parte de la Peña La Bulería y el barrio San Miguel el pasado mes de noviembre, y el anteriormente ofrecido por Tabanco El Pasaje.