Como cada año desde 1969, la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan se pone flamenca para activar una nueva edición de su afamado Festival de la Yerbabuena. En su edición de 2020, Francisco Toajas, alcalde de la localidad, y Margaret Guerrero, delegada de cultura, se reunieron el 15 de junio con los hijos e hijas de la cantaora Rosa Quiñones –fallecida en 2018– para brindarle el afamado galardón de la Yerbabuena de Plata.

«Rubén, Ruth y Yahaira aceptaron el ofrecimiento y mostraron su enorme satisfacción y agradecimiento al Ayuntamiento por este homenaje que sin duda consideran que merecía su madre, por su trayectoria como artista local y como persona que fue muy significada en la vida social de Las Cabezas», cita el ayuntamiento sevillano en un comunicado.

De esta manera, la cantaora Rosa Quiñones se une a un listado de nombres ilustres que han recibido tal galardón. Britto, José María Pemán, Camilo José Cela, Salvador Távora, Concha Piquer, Manolo Sanlúcar, Caballero Bonald, Curro Romero, Jesús Quintero, Rocío Jurado, Paco Cotto, Cristina Hoyos, José Mercé, Pepa Montes, Antonio Murciano, Pedro de Miguel, Fosforito y Matilde Coral, entre otros.

En su edición de 2017 el premio recayó sobre el guitarrista jerezano Paco Cepero, mientras que en 2018 fue a parar Fernando Bravo. Ya en 2019, la edición anterior a esta, la Yerbabuena de Plata premió la labor del genuino guitarrista Pedro Peña, hijo de La Perrata, hermano de El Lebrijano y padre de Dorantes y Pedro María Peña.

«Pedro Peña Fernández es uno de los escasos maestros que nos quedan. Del cante, de la guitarra y de la palabra flamenca. Comprometido con la esencia y la cultura jondas, es el guardián de su casa flamenca, la de los Peña de Lebrija. Hombre culto, amable y cariñoso, responsable con el legado de los suyos y un incansable luchador por su pueblo, el pueblo gitano. Pocos merecen, como él, la distinción de Las Cabezas, un pueblo donde jamás tuvo sitio el cante comercial y conservan el espíritu que Pedro ha defendido siempre, desde adolescente, porque lo mamó en su propia casa», llegó a decir nuestro compañero Manuel Bohórquez en su columna La Tostá, de El Correo de Andalucía.

«El festival, habitual del mes de julio, se traslada a septiembre a causa de la Covid-19. El 18 al aire libre en la barriada de la Yerbabuena y el 26 en el Teatro Municipal Ciudad de Las Cabezas»

Historia del festival

El festival, habitualmente celebrado en el mes de julio, se traslada a septiembre a causa de la Covid-19. Los días previstos para la celebración del mismo son el viernes 18 y el sábado 26 de septiembre de 2020. El primer día, al aire libre en la barriada de la Yerbabuena. El segundo, en el Teatro Municipal Ciudad de Las Cabezas. «Se ha organizado de esta manera, buscando las mejores condiciones para poder garantizar los requerimientos de seguridad asociados a la situación de la nueva normalidad tras la pandemia de la Covid-19», cita el consistorio. En cuanto al cartel del evento, se desconocen detalles como el elenco, que se dará a conocer cuando esté cerrado oficialmente.

El evento nació en el año 1969 de la mano de Miguel Acal, Juan Britto y Pedro de Miguel con el apoyo de artististas y aficionados al flamenco. La cantidad de vecinos que estaban interesados en el arte jondo era grande, así que estos amigos y socios de la Peña Flamenca Fernando El Herrero deciden instaurar una noche de cante, toque y baile.

A lo largo de su historia ha cambiado de denominación y ubicación, pero siempre guardando la esencia del buen flamenco en Las Cabezas. El principal objetivo de este festival es apoyar a artistas jóvenes y consagrados y preservar y difundir el arte flamenco. Dada la repercusión del festival, es el Ayuntamiento el que organiza el evento, con la ayuda de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Cultura y el Instituto Andaluz del Flamenco, y de la Diputación de Sevilla en su Área de Ciudadanía, Participación y Cultura.

Imagen superior: la cantaora Rosa Quiñones (imagen Facebook Ayto. Las Cabezas)