Setenta y cinco. Con todas sus letras y los quejíos que araña el paso del tiempo por la garganta de Alonso Núñez. El cantaor chiclanero –todo un maestro– nació en junio de 1945 y celebra su septuagésimo quinto aniversario por todo lo alto. El Ayuntamiento de Chiclana, a través de la Delegación de Cultura, ha querido rendirle un sentido homenaje con todo un año dedicado a su genuina figura: Rancapino 75.

El inicio de este homenaje artístico a su figura, que incluirá una actuación flamenca por mes, se inicia el 15 de noviembre de 2020. No es casualidad, porque es el día previo a la conmemoración del décimo aniversario de la inclusión del flamenco en la lista del Patrimonio Intangible de la Humanidad por parte de la Umesco.

El Teatro Moderno, de Chiclana de la Frontera, está preparado para celebrar una gala a partir de las 19 horas ese 15 de noviembre que contará con la presencia del mítico cantaor y a la que no faltará su hijo, con una trayectoria meteórica, Rancapino Chico, aunque de chico solo tenga el apodo.

A esa cita no faltarán compañeros de profesión de Alonso Núñez como Aurora Vargas, Pansequito y Juan Villar al cante, con las guitarras de Antonio Higuero, Miguel Salado y Manuel Gero; mientras que a las palmas estarán Manuel Cantarote y José Rubichi. Casi nada.

Este evento ha sido incluido como parte fundamental de la programación del Festival de Música de Cádiz –en su extensión a Chiclana de la Frontera– por parte de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Consejería de Cultura, Junta de Andalucía.

Sobre Rancapino

El maestro es nieto de La Obispa, hijo de Manuel Orillito y hermano de Orillo del Puerto. Ha creado tradición en su propia familia, a través de sus hijos Alonso Núñez y Ana Núñez, o su nieta, Esmeralda Rancapino. Palabras mayores.

A modo de curiosidad, el origen de su apodo surge de su niñez. «De chiquitillo yo siempre estaba corriendo en cueros y un gitano al que le llaman ‘El Mono’ siempre me decía: ¿dónde vas que pareces un pino quemao», ha contado el cantaor en alguna que otra entrevista.

Precisamente fue de niño cuando comenzó sus actuaciones tanto por fiestas privadas como por ferias e incluso ventas de carretera. Aunque no es muy conocido, Pedro Quiñones Grimaldi relata en su documentada biografía sobre el cantaor que Rancapino participó junto a su gran amigo José Monge Cruz, Camarón, en el inicio de la leyenda en torno a la Venta de Vargas en San Fernando.

Pese a no contar con una discografía muy extensa, ha gozado siempre del aplauso de la crítica y el afecto del público. Su última obra ha sido Ronco de andar descalzo, cedé y libro con su biografía por Pedro Antonio Quiñones Grimaldi, lanzado en 2012.

En cuanto a sus galardones, en 1977 se alzó con el Premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Y en noviembre de 2006 se le tributó un homenaje artístico en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, organizado por Miguel Poveda, en el que participaron notables figuras flamencas.

Imagen superior: Rancapino e hijo en el Teatro Los Remedios, marzo 2019 – Foto: David Galiano