Adiós al cantaor y guitarrista Pedro Peña, hermano de El Lebrijano
El artista ha fallecido en Sevilla en la mañana del miércoles 20 de diciembre a los 84 años, tras no poder superar complicaciones de salud que le aquejaban desde hace tiempo. Era un virtuoso cantaor y guitarrista, además de estudioso del flamenco y la cultura gitana. El velatorio es en la Casa de la Cultura de Lebrija.
Pedro Peña Fernández (Lebrija, Sevilla, 1939) ha sido una figura excepcional en el mundo del flamenco. Nacido en el seno de una familia profundamente arraigada en la tradición flamenca, su vida y carrera han estado marcadas por una conexión innata con el arte que ha sido transmitido a través de generaciones. Pedro era padre de Dorantes y Pedro María Peña, hermano de Juan Peña Lebrijano, hijo de la inigualable cantaora La Perrata y sobrino del legendario Perrate de Utrera. Estos lazos familiares le otorgaron una herencia artística invaluable, convirtiéndolo en uno de los referentes contemporáneos del flamenco más respetados.
Desde una edad temprana, Pedro Peña mostró un interés apasionado por el flamenco, sumergiéndose en las tradiciones y técnicas que caracterizan a este género. Su familia, con su rica historia en el mundo del cante, le proporcionó el contexto perfecto para cultivar su talento. El eco de las palmas, el taconeo y la guitarra resonaban en su hogar, convirtiendo su entorno en una verdadera academia flamenca.
«Pedro Peña era padre de Dorantes y Pedro María Peña, hermano de Juan Peña Lebrijano, hijo de la inigualable cantaora La Perrata y sobrino del legendario Perrate de Utrera. Estos lazos familiares le otorgaron una herencia artística invaluable»
La contribución de Pedro Peña a la preservación y difusión del flamenco fue más allá de sus interpretaciones magistrales. Llevó a cabo una labor incansable en la investigación y documentación del origen del flamenco, profundizando en sus raíces para comprender y transmitir la autenticidad de este arte. Pedro plasmó sus conocimientos en libros fundamentales, destacando títulos como El Flamenco: Raíces, Mito y Realidad y Los Gitanos en el Cante Flamenco, obras que han sido aclamadas por su enfoque erudito y su capacidad para iluminar los aspectos más profundos de la historia flamenca.
Además de su labor como autor, Pedro Peña destacó como defensor apasionado de la cultura gitana. Sus textos reconocían la importancia de preservar las tradiciones y luchar contra los estereotipos y prejuicios que a menudo rodean a la comunidad gitana. Su activismo cultural se manifiestó en su música, sus palabras y su participación en iniciativas que buscaban salvaguardar y promover el legado gitano en el contexto del flamenco. Su voz profunda y emotiva, combinada con su destreza magistral en la guitarra, cautivó a audiencias de todo el mundo. Cada acorde que emanaba de sus manos y cada estrofa que brotaba de su garganta eran testamentos vivos de la rica tradición que llevaba consigo.