«Manolo Bohórquez me ha pedido que esboce mis memorias flamencas, poco a poco, dos veces al mes y en folio y medio cada vez. La idea me ha seducido y desde hoy voy a tratar de recordar lo que me llevó al flamenco y cuánto he podido vivir en ese mundo tan fascinante». Con tales palabras comenzaba Luis Suárez Ávila (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1944 – 2023) la primera entrega de sus memorias –bajo el título Fe debida– en el presente portal Expoflamenco tal día como un 11 de marzo de 2021. «Yo, señor mío, nací en El Puerto de Santa María el 28 de septiembre de 1944, en una familia cristiana vieja, y, como todos los de aquí, desde la repoblación de Alfonso X hasta ahora, con amplias ascendencias de la montaña santanderina», continuaba. Fueron quince emocionantes entregas que despertaron un interés tremendo entre los lectores de este medio de comunicación, y que se vieron interrumpidos un año después debido a sus problemas de salud.

El viernes 14 de abril nos llevamos la terrible noticia del fallecimiento de Luis Suárez Ávila. Solo unos días antes mantuvo una conversación telefónica con su amigo Bohórquez que sonó a despedida. «No vengas ahora por aquí, no estoy bien. Pero sabes que te aprecio de corazón», alcanzó a decir. En los últimos tiempos estuvimos con él en un par de ocasiones de las que registramos testimonio audiovisual. En primer lugar, cuando recibió el Premio Internacional del Flamenco en Sanlúcar de Barrameda de manos de la EFA, noviembre de 2021: aquí el vídeo con sus palabras de agradecimiento. Y luego, hace justo un año cuando nos acompañó a grabar la entrevista a Ezequiel Benítez con motivo de la publicación de su álbum Dukkha en el estudio de Paco León en El Puerto. Al término de ese vídeo –a partir del min. 33– charlaba amistosamente con nosotros sobre la gran pasión de su vida: los clásicos del cante jondo.

«Yo, señor mío, nací en El Puerto de Santa María el 28 de septiembre de 1944, en una familia cristiana vieja, y, como todos los de aquí, desde la repoblación de Alfonso X hasta ahora, con amplias ascendencias de la montaña santanderina»

Luis Suárez Ávila era posiblemente el decano de los investigadores flamencos. Máxima autoridad mundial en el Romancero, desde muy joven sintió la llamada del cante más puro. Tras su especialización en el Romancero de Tradición Oral de los gitanos bajoandaluces, facilitó al propio Antonio Mairena aquellas coplas que el maestro de los Alcores grabó por vez primera. También organizó la célebre Fiesta Flamenca del Cante de los Puertos, al que incluso aportó su pintura para el cartel. Como abogado, tuvo una intensa actividad profesional durante medio siglo en el área del derecho civil y defendió siempre al pueblo gitano. Según nos recuerda hoy el Diario de Cádiz, del que Luis Suárez era colaborador habitual,  el portuense fue académico de número de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, de la Real Academia de San Dionisio de Jerez de la Frontera y de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz. También era miembro de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces y del consejo asesor de la Fundación Andaluza de Flamenco. Entre los premios que recibió en vida, destacan el Premio Provincial de Cultura de la Diputación Provincial de Cádiz, el Premio de Ensayos sobre la Petenera 1973, el Premio de Ensayo sobre la Bulería 2004 y la Medalla al Mérito de la Abogacía (2018).

Descanse en paz nuestro amigo Luis Suárez Ávila, que fue un gran flamenco y un gran señor.