Voz afillá: Del cantaor El Fillo, participante en la famosa fiesta flamenca narrada por Estébanez Calderón en los primeros años cuarenta del 19. Se suele referir a la voz ronca, rozada, sea tesitura grave, media o aguda. La voz afillá proporciona un colorido al cante flamenco, en contraposición al más lírico heredado del estilo de Silverio, color que cundió mucho entre los intérpretes, y cuajó sólidamente entre los aficionados. El poeta Molina y el cantaor Mairena en su libro ‘Mundo y formas del cante flamenco’ se refieren a la voz afillá como la voz del venerable cante primitivo. El atribuirle a El Fillo el haber tenido ese tipo de voz, paradigmática del cante flamenco, se debe seguramente a la famosa letra de soleá: La Andonda le dijo al Fillo / anda y vete, gallo ronco, / a cantarle a los chiquillos, aunque gallo y ronco no son atributos precisamente para un cantador. Entendemos que vendrá a referirse a la voz desgarrada que en el flamenco se define por el rajo que posée. Hoy sabemos que la letra se refiere al Fillo hijo y no al gran cantaor isleño.
Voz dulce: voz melosa. Suele tener poca aceptación entre los aficionados, aunque es venerada por algunos sectores.
Voz de falsete: Tipo de voz poco apta para los cantes básicos, aunque sí para realizar adornos, floreos y arabescos. Fue su introductor fue el maestro Chacón y posiblemente fuese heredada de Silverio Franconetti. Esta técnica la siguió usando el Niño de Marchena y Juan Valderrama. Esta voz es muy común a la hora de interpretar los cantes de Levante y los de ida y vuelta.
Voz de pecho: Con la voz de cabeza y el falsete forman los tres registros reconocidos en la escuela clásica de canto. (Véase voz natural)
Voz fácil: Refiérese a aquellas voces frescas y flexibles como la de La Perla de Cádiz, la Paquera de Jerez o Camarón. Es muy adecuada para los cantes festeros.
Voz flamenca: Véase voz redonda.
Voz laína: Se suele referir a la voz limpia y aguda.
Voz lisa: Sin capacidad para el ornato y el matiz. Dícese liso, del cante ejecutado de esa manera.
Voz nasal: Se denomina así al sonido que porducen los cantaores al meter la nariz.
Voz natural o de pecho: Voz carente de cualquier impostación. Se muestra como paradigma de este tipo de voz la de Manuel Torre, quizá uno de los primeros que cantaron de esta manera, en contraposición con el falsete e incluso con la voz afillá. También se llama voz gitana, muy cercana al color de la voz redonda aunque con diferente rajo.
Voz pastosa: Sin estridencias, agradable al oído, con una tesitura de tipo medio y limitada en los agudos. (Pepe Pinto)
Voz redonda o flamenca: De gran sonoridad y, por lo general, carente de bajos, amplia y de gran sonoridad en la tesitura media. Tomás Pavón es un excelente ejemplo de este tipo de voz. Voz pastosa y viril, atribuible así mismo a Pastora o La Serneta.