Acorde. La superposición de dos o más notas en intervalos de tercera constituye un acorde, varios acordes consecutivos pueden definir una determinada tonalidad. Las tres notas que configuran un acorde, en do mayor, se llaman: fundamental (do), tercera (mi) y quinta (sol).
En la guitarra los acordes predominantes son los mayores y los menores. Sin embargo, en la flamenca se caracterizan por el empleo de notas añadidas al acorde fundamental, tales como cuartas, séptimas, novenas y otros intervalos más o menos ‘disonantes’ que otorgan el apropiado colorido ‘oriental’ a la estética musical del flamenco.
Estas notas añadidas suelen corresponderse con las cuerdas al aire que los guitarristas flamencos suelen dejar de forma intencionada, armonizando su música con una estética propia e inconfundible.
La guitarra flamenca contemporánea ha ampliado en las últimas décadas el repertorio de acordes para acompañar el cante y el baile o, sobre todo, para las obras de guitarra sola. Si antiguamente lo normal era que un guitarrista dispusiera de un limitado número de acordes, casi todos en la primera posición del diapasón, desde la irrupción de Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar la acórdica flamenca se ha ampliado muy considerablemente, haciendo uso los guitarristas de acordes invertidos en todas sus posibilidades, hasta el punto que se hace, incluso para un guitarrista, complicado de identificar el acorde mirando la mano izquierda de un guitarrista.
Acorde de paso. Aquel que se realiza entre dos acordes principales a fin de apoyar armónicamente el discurso melódico del cante. En el flamenco las dominantes secundarias suelen ser los acordes de paso más utilizados. La norma suele ser que, antes de que se pise un acorde, éste se prepare con su dominante. Así se endulza la melodía del cante, poniendo en suerte la cadencia, para que la realice el cantaor.
Bimodal. Se refiere erróneamente a los estilos que alternan el tono modal andaluz con el modo mayor en su realización. Según esta regla todos los fandangos son pues bimodales, ya que las variaciones de guitarra se realizan sobre el modal andaluz y la sección cantable en modo mayor, modulando al final de ésta de nuevo al modal. Sin embargo, bimodal se refiere a la música que se realiza con dos tonalidades distintas de forma simultánea, hecho que aún no se ha dado en el flamenco y, por las características propias de esta música, dudamos que alguna vez se haga.
Cadencia andaluza. Progresión de acordes propia del flamenco que lo define armónicamente. Aunque no es exclusiva de la música flamenca, ya que se realiza en numerosos estilos de la música española e hispanoamericana, es en este género musical en el que aparece como progresión característica de la tonalidad. Esta cadencia define el modo andaluz, frigio o flamenco, a través de los cuatro acordes que corresponden al tetracordo la-sol-fa-mi (por arriba). Esta cadencia está condicionada con el uso de la guitarra como instrumento principal de acompañamiento y su natural tendencia a usar notas naturales al dejar las cuerdas al aire, lo que ha propiciado un tipo de cadencia propiamente andaluza. La fusión entre el modo frigio y un maquam (modo) árabe llamado hijaz ha dado como fruto esta cadencia andaluza. Dicho maquam se corresponde con el modo frigio: Mi-Fa-Sol-La, aunque con el tercer grado alterado: Sol sostenido, incluyendo el intervalo de segunda aumentada entre Fa y Sol sostenido, propio de la música árabe, y a la vez sensible de La menor, tonalidad relativa al modo flamenco de Mi. Hecho que propicia el surgimiento de esta tonalidad modal que caracteriza la música flamenca.
Dominante. En la tonalidad armónica (mayor o menor) la dominante se corresponde con el quinto grado de la fundamental, en Do mayor la tónica es Do y la dominante Sol, el quinto grado. Esto se debe a la atracción que ejerce la tónica sobre la dominante que constituye una de las premisas básicas de la armonía occidental, precisamente la gravitación entre la tónica con el resto de los grados de la tonalidad.
En el modo flamenco esa atracción no se ejerce entre el quinto hacia el primero, sino del segundo hacia el primero, así en el toque por arriba, Mi es la tónica y Fa (el segundo grado) la dominante.
Escalas. La serie de notas en sentido ascendente o descendente que presentan intervalos entre sí condicionando el tipo de escala. En el flamenco las escalas más comunes son la escala mayor, la menor y la modal andaluza o flamenca. Esas escalas constituyen la tonalidad en la que se encuentra una música determinada, por ello no es difícil de averiguar el estilo que se está interpretando si atendemos, entre otras cosas, al tipo de escala.
Escordatura. Dícese de la práctica de afinar las cuerdas de un instrumento de forma diferente a la estándar. Su uso fue muy popular entre 1600 and 1750 y, como ocurre con otros principios relativos al barroco musical, sobrevive en la práctica flamenca en determinados toques. El primero y más importante es la escordatura que realizó Ramón Montoya, heredada de la propuesta por Miguel Borrull, que se basa en bajar la sexta cuerda de Mi a Re, y la tercera de Sol a Fa#. Con esto se logra ampliar el acorde de Re, dominante modal del tono de rondeña (Do# flamenco) para darle mayor profundidad, sobre todo en el registro grave. Asímismo, y siguiendo esa estela, en los últimos años se suele bajar la sexta al Si para, al tocar en el tono de granaína (Si flamenco), extender, en este caso, el acorde de tónica. Siguiendo este modelo los guitarristas han explorado otras escordaturas que cada vez son más usuales en el toque flamenco.
Frigio. Tercer modo eclesiástico que se define por la nota final Mi, conocido como ‘deuterus auténtico’, y que es el más común a buena parte de los estilos flamencos. En cuanto a la armonía de la guitarra flamenca el modo frigio es el que ha propiciado el desarrollo de una progresión de acordes que forman la llamada cadencia andaluza o flamenca, que en el lenguaje de la teoría de la música coincide con la llamada semicadencia. Sin embargo, al contrario que en esta, la cadencia andaluza, como tonalidad modal que es, convierte el quinto grado o dominante tonal en primer grado y el sexto en segundo y dominante de la nueva tonalidad. Esta cadencia se caracteriza porque entre el primer grado Mi (tónica modal), y el segundo grado Fa (dominante modal) hay medio tono, tal y como ocurre en el modo frigio.
Tónica. Primer grado y acorde fundamental sobre el que gravitan el resto de los grados de una tonalidad, sea esta tonal (mayor o menor) o modal flamenco. Por ejemplo, por alegrías tocadas al aire por arriba la tónica es Mi, tónica de Mi mayor con dominante en Si mayor, el quinto grado. En la tonalidad flamenca, por soleares, igualmente al aire por arriba, la tónica del modo flamenco es igualmente el Mi, aunque la dominante no es el quinto grado sino el segundo, el Fa, siendo esta la principal diferencia entre la tonalidades armónicas más usuales en el flamenco.
Tono. En la práctica musical del flamenco se usa para designar los acordes con los que se acompaña el cante, por ejemplo: ‘¿A qué tono cantas esta soleá?, al tres por arriba’. Además, se utiliza la expresión ‘dame tono’, que le dice el cantaor al guitarrista para entonarse y tener la referencia de tonalidad adecuada a lo que va a cantar.
La alusión al tono más utilizada se refiere a la tonalidad sobre la que se va a cantar un estilo y, en este sentido, Miguel Borrul y Ramón Montoya desarrollaron un sistema de tonalidades alternativas al toque básico por arriba y por medio que ampliaron el espectro del acompañamiento, realizando cuatro formas de acompañar, dos sobre el segundo traste, tono de taranta por arriba y tono de granaína por medio, y dos sobre el cuarto traste, tono de minera por arriba y tono de rondeña por medio. Con estas nuevas formas de acompañar se amplió mucho el espectro de acorde de la guitarra flamenca, lo que propició el desarrollo de la guitarra de concierto. Hoy en día es muy habitual utilizar cualquier tipo de tonalidad para acompañar cualquier estilo, así no resulta extraño el escuchar, por ejemplo, una soleá acompañada en el tono de la minera.