En este Curso hemos tocado buena parte de estos elementos estéticos y que podemos resumir en el siguiente glosario de términos de flamenco que tienen que ver precisamente de los elementos estilísticos que definen la estética del género flamenco.
Acéfala
Sin cabeza, con el primer tiempo en silencio. Es característico de la música africana y forma parte de la estética rítmica del flamenco, muy apreciable en soleares, cantiñas, seguiriyas, tangos y fandangos de Huelva, entre otros estilos.
Acentuar
En la acentuación de los tiempos está una de las claves estéticas del flamenco, tanto en la rítmica del baile, como en el toque o el cante. Allí dónde se haga especial énfasis en un compás se define en cierta forma el estilo personal de un artista determinado. La música flamenca, de rítmica espectacular, se vale de los acentos para realizar todo tipo de figuras rítmicas más o menos innovadoras.
Afinación
En el caso de cante flamenco la afinación es la base de toda buena interpretación, debido a la dificultad que implica interpretar un enorme número de notas musicales, no solo dentro de la escala cromática, sino en el ámbito microtonal propio de la enarmonía del cante flamenco.
Ayeo
Término que se refiere a la acción de ayear, realizar uno o más ayes durante la salida de un cante. También se conoce como ayeo la reiteración de ayes en un cualquier otro momento del cante.
Bebeo
Forma de decir un cante sustituyendo alguna consonante por la B de forma reiterativa, adornado la línea melódica.
Caída
Pronunciado generalmente caía, hace referencia a las especiales cadencias que requieren para los cantaores algunas estructuras métricas. Por ejemplo, el tercer verso de la seguiriya ha de poderse dividir en dos hemistiquios pues en la quinta sílaba el cante pide, o la caía obliga a hacer un parón antes de rematar el verso.
Enarmonía
Fenómeno que en la música temperada hace que una nota tenga el mismo sonido pero diferente nombre, por ejemplo Fa sostenido es enarmónico de sol bemol. En el cante se refiere, según Manuel de Falla, a las diferentes modulaciones microtonales que se realizan en una melodía flamenca, lo que el maestro gaditano llamo enarmonismo como medio modulante, en referencia al singular trazado de la melodía cantada en el flamenco.
Glosolalias
También llamadas tarabillas son aquellas sílabas que pronuncia un cantaor antes de iniciar la letra del cante y que realiza a modo de temple o salida del cante. La glosolalia esencial en el cante jondo es el Ay, quejío flamenco por antonomasia; otra de las más conocidas es el tirititrán que habitualmente introduce el cante por alegrías. El repertorio de glosolalias es extensísimo y presente en muchas obras de la música lírica española desde el siglo 18, a modo de onomatopeyas que en general suelen imitar otros instrumentos, tales como tarara, larala, alala, tiritiritiri, loleilo, lerele, lolailo, lalalala, torrotrón, laran laran, tan taran tan, aylili, y otras muchas.
Gorjeos
Los diferentes quiebros que se realizan en la garganta con la voz.
Filigrana
Ornamento propio del arte flamenco que consiste en adornar un determinado momento del cante, el toque o el baile con elementos de carácter arabesco y recargado.
Floreo
Debido a las características propias de la música flamenca, ésta hace uso corriente de los ornamentos para expresarse. En el cante y la guitarra a través del floreo, como su nombre indica, se dibuja en la melodía un breve y rápido adorno sobre la nota principal, tocando generalmente el tono inmediato superior y el inferior de dicha nota.
Intensidad
Cualidad del sonido que regula la cantidad de energía que transmite una fuente sonora determinada. El conocimiento de una buena administración de la intensidad de sonido, la dinámica (ver), es primordial para la buena interpretación de una música, y así en el flamenco el control de la intensidad de sonido es muchas veces un grave problema, sobre todo entre los cantaores que conociendo a la perfección los cantes, desconocen la cantidad de sonido que deben emitir en cada momento del cante.
Jaleos
Las exclamaciones que se realizan durante la interpretación de una pieza flamenca, a fin de animar al solista, sea el cantaor, el guitarrista o el bailaor. Los jaleos en el flamenco son parte imprescindible de la estética musical flamenca, así éstos de deben hacer en partes concretas del compás en los estilos más rítmicos (es muy común exclamar ole en el silencio del primer tiempo del compás en estilos como la soleá, las alegrías o las bulerías, correspondientes al último 2 del recuento tradicional (véase reloj flamenco). En los estilos libres el jaleo lo realiza el cantaor hacia la guitarra durante una falseta y siempre suele seguir a algún elemento del toque que haya llamado su atención por su dificultad o su expresividad. Así mismo el guitarrista suele jalear en estos estilos al cantaor y que suele coincidir con los momentos mas inspirados del cante. Así mismo en el flamenco el público también participa como jaleador incorporándose así al fenómeno musical flamenco. De igual forma un exceso de jaleos puede llevar a traste un número determinado.
Jipío
La esencia del cantar flamenco fue el jipío expresado con sentimiento; cantar las estrofas ligándolas, de seguido, sin respirarlas, y echándole sentimiento. Nada que ver con lo que hoy se entiende por jipío, algo así como un quejío interminable, un ay extenso y agudo; un largo lamento a base de ayes. Ya en 1902 el guitarrista Rafael Marín llamaba la atención sobre tal extendido error y explicaba el significado correcto: En términos flamencos por jipío se entiende cuando el cantador no toma aliento en toda una copla, y entonces se dice que la ha cantado de un jipío, o de varios si en el transcurso ha tomado aliento varias veces (Método de guitarra. Por música y cifra. Aires andaluces. Ediciones La Posada. Colección Demófilo. 1995 -Edición facsímil del Método de guitarra. Flamenco. Único publicado de aires andaluces, publicado por Dionisio Álvarez en 1902.) Para poco cante, muy largo el jipío, define la voz poética de José María Pemán.
Melismático
A diferencia de los cantes silábicos, se denominan así cuando en los diferentes versos melódicos (tercios) existen pasajes en los que a una sílaba determinada del verso le corresponden dos o más notas, creando así un melisma, que en el flamenco pueden ser de gran extensión. Esto es una característica del canto oriental que ha influido notablemente en el cante flamenco. En el flamenco hay estilos eminentemente melismáticos tales como las seguiriyas, malagueñas, granínas, tarantas o peteneras, entre otros muchos.
Plañidero
Cuenta la leyenda que en algunos velorios de la baja Andalucía se contrataban plañideras gitanas para que acompañaran al difunto con sus llantos cantados. Se suelen emparentar estos cantos con las seguiriyas gitanas, también conocidas como playeras, y de ahí plañideras. Lo cierto es que el orígen del cante por seguiriyas es uno de los misterios aun sin desentrañar de los muchos que hay en el flamenco, aunque cada vez se consolida más la idea de que fue Silverio Franconetti el auténtico artífice de estos cantes de sentimiento que probablemente él fijó con la guitarra del maestro gaditano José Patiño, envolviendo en un tipo de seguidilla con ripio en el tercer verso y sobre el corpus melódico de las tonás que por entonces se encontraban en trance de desaparición. De ahí a que esos cantos de plañidera nutriesen el repertorio de tonás nada sabemos, aunque desde aquí no queremos desechar esa idea. Al fin y al cabo alguien comenzó, mediado el siglo XIX, a cantar un estilo que era el colmo del cante de sentimiento, tal y como Silverio denominaba sus seguiriyas, las seguidillas del sentimiento, cante ciertamente llorado.
Quejío
Impostación natural de la voz cuando canta flamenco que simula una queja, un lamento, un gemido, e incluso el llanto. Se suele utilizar sobre todo en el ayeo del principio de un cante. Acción de quejar la voz, paradigma del cante flamenco, momento cumbre en la interpretación del cante.
Rajo
Dícese del timbre desgarrado con el que un cantaor emite su voz, con rajo. Sinónimo de puro, con calidad flamenca. Tener la voz rajá es uno de los elementos más apreciados en un cantaor.
Redoble
En la interpretación de algunos estilos flamencos cuando el cante ve enriquecida su melodía original con ornamentos y otros efectos, alargando consecuentemente los tercios.
Redoblar
Repetir los versos de un cante para estructurarlos dentro del estilo. El redoble de los versos no es fijo y un mismo cante puede o no llevar alguno de sus versos redoblados. Se realiza a fin de restarle monotonía al cante en su interpretación.
Rubato
Práctica musical propia de la época romántica en la que la duración de las notas está íntimamente ligada al intérprete que las realiza en función de una mayor expresividad. En el flamenco es muy normal realizar rubatos en los estilos llamados libres, debido a la natural disposición rítmica de cada una de las secciones de un estilo determinado, sea de cante o de guitarra. Significa en italiano robado, aunque tiene el sentido de acelerar o desacelerar el tiempo musical en una obra a discreción del intérprete.
Silábico
En contraposición con el cante melismático, dícese de aquellos estilos que se cantan sobre melodías a las que a cada sílaba corresponde una nota. Esto suele ser en algunos casos sinónimo de cantes poco profundos, como sería el caso de las alegrías o los tangos, que generalmente son más silábicos que melismáticos. Sin embargo, una buena interpretación de un determinado cante flamenco nunca dependerá de la mayor o menor cantidad de melismas que contenga la melodía, sino de su cabal interpretación, sea silábico o melismático.
Síncopa
Aquellas notas que se marcan en una parte débil del compás y resuelven en parte fuerte, provocando el desplazamiento del acento en el compás. El flamenco tiene una rítmica muy sincopada que le es característica.
Temple
Sección del cante que sirve, generalmente, para que el cantaor coja el tono de la guitarra. Es un elemento característico de la estética musical flamenca y forma parte de la estructura formal de muchos cantes, diferenciándose del ayeo, esto es, después de la introducción de la guitarra suele haber un temple de la voz y, una vez cogido el tono, se realiza el ayeo como fórmula de salida del cante.
Trabalenguas
Recurso muy utilizado en algunos estilos, los más rítmicos, por los cantaores. Propio de bulerías y tangos tiene un gran efecto y ha sido utilizado por grandes del cante de Pastora Pavón a Camarón.
Vocalizar
Una las principales premisas a la hora de cantar, a fin de que se pueda comprender la letra. Su falta está muy extendida entre los cantaores flamencos, lo que hace muy difícil el comprender la letra de los que cantan, debido a una deficiente vocalización. En cuanto a saber o no vocalizar Fernando el de Triana apuntaba en referencia al jerezano Antonio Chacón: Por eso Chacón era tan grande porque se le entendía todo lo que cantaba, sin duda debido a su estudiada vocalización.