El ritmo es el ordenamiento de los diferentes valores de duración en una obra musical que viene determinado por los acentos. Si la métrica define la división temporal en partes iguales, el compás, el ritmo lo determinan los diferentes valores dentro de un compás determinado. El ritmo controla entonces el movimiento de la música en el tiempo, y se suele definir a partir de diferentes patrones que se repiten a lo largo de una obra.

El flamenco es un género musical en el cual el ritmo juega un rol sobresaliente. Es seguramente el parámetro más atractivo de la música flamenca y el que más adeptos tiene entre los neófitosSobre todo en el baile y el toque. Hoy en día ha venido a ocupar, también en el cante, un papel preponderante que antes no lo era tanto. El cante muy rítmico está muy valorado, incluso más que la propia melodía.. Como ya hemos referido en temas anteriores, muchos nuevos aficionados al flamenco se interesan, o se sienten atraídos por él, debido a esa rítmica subyugadora que dominan generalmente los estilos más genuinos. He visto a concienzudos músicos académicos, con carrerones en los principales centros de formación musical superior del mundo, quedarse boquiabiertos ante una ejecución de bulerías, alegrías o soleares por la rítmica endiablada, en palabras de algunos de ellos, que domina del discurso musical del flamenco. Es el arma predilecta de los artistasEsto no siempre fue así. En otras épocas la melodía del cante era el principal atractivo del flamenco y los cantaores con mejores facultades vocales eran los predilectos del selecto público que conformaba la afición flamenca. Sin embargo, desde los años setenta del pasado siglo el ritmo ha logrado imponerse a todos lo parámetros que conforman la música del flamenco, pasando a ser el protagonista absoluto. De ahí que en la clasificación de la historia del flamenco que en su día hice para mi plataforma www.flamencopolis.com a la época que nos ha tocado vivir la haya denominado la dictadura del soniquete..

A la hora de conseguir esa rítmica sorprendente los flamencos se valen de todos los recursos que se han encontrado a mano moldeándolos a su forma y haciendo acopio de herramientas rítmicas muy eficaces que forman parte inseparable de su estética sonora (y visual).

La percusión del flamenco se basa en tres principales recursos expresivosAprovecho para indicar el carácter austero del género flamenco cuya máxima parece que sea lograr el máximo con el mínimo de medios.. No olvidemos que los principales instrumentos del flamenco los llevamos los seres humanos incorporados en el cuerpo, las palmas y los pies, que con la guitarra completan la trinidad con la que logran una enorme expresividad, cuando otros géneros necesitan muchos más elementos para conseguirla. En el flamenco, tres personas, un guitarrista, un cantaor/palmero y un bailaor logran hacen vibrar un teatro lleno debido a la especial naturaleza sonora de la que se valen para lograrloNo olvidemos las castañuelas (palillos) que desde siempre figuraron en el aparato de percusión en el flamenco. Actualmente la figura del percusionista es ya obligada en cualquier grupo instrumental flamenco..

Las palmas desnudas, sean sordas o secas (también llamadas abiertas), los pies zapateando en punta, planta y tacón, el rasgueo que proporciona el rascado de las uñas sobre las cuerdas, así como los golpes sobre la tapa de la guitarra, forman un conjunto de percusión tan austero como eficaz. En las últimas décadas, y por mor de Paco de Lucía, el cajón peruano ha venido para quedarse ya que recrea muchos de los planos sonoros de la percusión flamenca (sobre todo del zapateo y rasgueo/golpes) que le han valido un lugar preferente a un género tan endogámico como el flamencoSe lo debemos al percusionista brasileño Rubem Dantas, con Paco de Lucía desde los últimos setenta..

Como ya comentamos en los temas anteriores, en el flamenco se suele distinguir entre estilos rítmicos y estilos libres. Los primeros son aquellos que se realizan sobre determinados modelos métricos, compases de 3/4, 6/8 o 2/4. Los libres se refieren a aquellos estilos en los que la división del tiempo no se da en función de una sucesión matemática de partes fuertes y débiles sometidas a un compás determinado, sino a la manera de concertar entre guitarrista y cantaor un ritmo interno que determina la duración de cada una de las unidades de tiempo de cada sección.La denominación de ritmo libre yerra al referirse así a los estilos que se interpretan libres, libres sí, pero de compás, nunca ritmo que es un parámetro intrínseco a la música. El acompañamiento libre que se da en malagueñas, tarantas, granaínas, etcétera, plantea, no una falta de ritmo como se suele decir, sino un ritmo interno que nace de la interacción, como decimos, entre cantaor y guitarrista, en beneficio de una mayor expresión del texto cantado.