La guitarra flamenca es el instrumento elegido para el acompañamiento, al cante y al baile. Marca el compás, tiene una sonoridad que está indefectiblemente unida a la estética musical de este género, sin la guitarra el flamenco perdería su sentido ya que en ella residen las sonoridades que reconocemos como esencialmente flamencas.
Nació como instrumento de acompañamiento y solo cuando tuvo en sus manos todos los recursos expresivos que la han convertido en un referente mundial, logró independizarse del baile para dar el paso a un repertorio exclusivamente de concierto. Pero todo guitarrista flamenco que se precie como tal debe saber acompañar el cante y el baile. Es por así decirlo el bachillerato de los guitarristas flamencos, sólo si sabes acompañar eres considerado parte de este grupo, si además eres un fuera de serie podrás lograr acceder al olimpo de los maestros concertistas
En la actualidad son cada vez más los que se especializan en el acompañamiento al baile, en cuyo ambiente logran experimentar todo tipo de modelos rítmicos que después usan en sus falsetas y composiciones.
Para lograr adquirir una sólida formación en cuanto al toque de acompañamiento, se hace imprescindible el conocimiento de todos y cada uno de los estilos, sus patrones de acompañamiento y las formas musicales de la disciplina del baile flamenco.
Una de las premisas imprescindibles para un artista flamenco del cante y la guitarra es conocer el género para lograr un acompañamiento eficaz, las estructuras de los cantes y los bailes. Sobre la guitarra descansa todo el peso de la música flamenca y debe estar en todo momento muy pendiente de lo que ocurre a fin de no entorpecer el natural desarrollo de una tanda de cantes o de una coreografía.
En principio se entiende que un guitarrista, por el hecho de considerase flamenco, está obligado a conocer en profundidad todos los códigos expresivos del flamenco a fin de procurar la mejor interpretación a quien está acompañando. Un conocimiento profundo de los códigos, tanto rítmicos como armónicos, de los estilos flamencos es imprescindible para acompañar. Cada estilo ha ido adquiriendo múltiples códigos, que al combinarlos forman modelos de acompañamiento de guitarra propios de los correspondientes estilos.
Muchos de esos códigos se cultivan desde los primeros años del acompañamiento flamenco y se conservan casi intactos, otros han ido evolucionando con los estilos, perfeccionándose y abriendo su abanico de posibilidades expresivas. La variedad es inmensa y su aprendizaje es imprescindible para el guitarrista flamenco.
Cada estilo flamenco tienen diferentes patrones armónicos. A estos patrones hay que unir por supuesto el conocimiento de los cantes a fin de acompañarlos con la corrección que merecen, dando al cantaor los tonos adecuados. Según los patrones que domine un guitarrista este será mejor o peor considerado por los cantaores y bailaores, que desean una guitarra solvente que sepa mantener la atmósfera apropiada al número que estén interpretando dando la notas adecuadas en cada momento. Por seguiriya o por tangos, por farruca o por peteneras todos los toques tienen sus patrones armónicos.
Además los profesionales de la guitarra deben conocer las diferencias, sobre todo en la rítmica, entre los dos tipos de acompañamiento, al cante y al baile. Esto ha propiciado que algunos se especialicen en una de las dos disciplinas existiendo no obstante muchos que dominan ambos lenguajes.
En lo que atañe a la armonía del flamenco la guitarra debe saber, que en las cadencias armónicas los bailaores tienen muchas veces la referencia para enlazar las diferentes partes. Si un guitarrista realiza la cadencia antes de tiempo puede dar al traste con la coreografía que esté interpretando el bailaor, tal y como ocurre con el acompañamiento al cante. Un entramado armónico muy complicado puede despistar al bailaor y traer nefastas consecuencias.