Las características rítmicas más notables de la música flamenca son el contratiempo y la síncopa, además del uso el compás acéfalo, esto es, con silencio en la primera parte, común a soleares, seguiriyas, tangos (ver reloj flamenco) y en cierto modo en los fandangos de Huelva, con su rítmica singular respecto a los fandangos llamados abandolaos.
La síncopa está muy extendida en la práctica rítmica del flamenco. Llamamos notas sincopadas a aquellas se marcan en una parte débil del compás y resuelven en parte fuerte, provocando el desplazamiento del acento en el compás. El flamenco tiene una rítmica muy sincopada que le es característica. Hay una natural tendencia por parte de los artistas flamencos a sincopar el discurso rítmico logrando así una inestabilidad rítmica muy sugerente y característica del género.
Otro de los principales elementos rítmicos del flamenco es el contratiempo
El ritmo acéfalo se refiere a la tendencia en la rítmica del flamenco a dejar la primera parte del compás en silencio. Este elemento rítmico lo encontramos en la soleá, la seguiriya y los tangos y los derivados de estos estilos, y en los fandango de Huelva. Esa primera parte del compás en silencio se puede escuchar no obstante en los diferentes apoyos que realiza la guitarra al golpear la tapa, los palmeros o el baile, para indicar el principio del compás.
De todo modos el inicio de las melodías del cante, desde un punto de vista rítmico, pueden ser anacrúsicas o téticas o acéfalas. Cuando nos referimos a melodía anacrúsica estamos hablando de aquellas que comienzan con una nota o notas que se cantan antes del primer tiempo fuerte de la melodía, que forman una anacrusa. La melodía acéfala es aquella en el que el tiempo fuerte del primer compás es silencio a la que nos hemos referido. Y la melodía es tética cuando el inicio de la melodía está en el primer tiempo del compás.
Por tangos el compás acéfalo queda patente al dejar en silencio la primera de las cuatro partes en las que se subdivide cada compás binario.
El rubato es una práctica musical propia de la época romántica en la que la duración de las notas está íntimamente ligada al intérprete que las realiza en función de una mayor expresividad. En el flamenco es muy normal realizar rubatos en los estilos llamados libres, debido a la natural disposición rítmica de cada una de las secciones del estilo, sea de cante o de guitarra. Aunque también se encuentra en la soleá, seguiriyas, tientos y en general en todos los estilos que se hacen sobre un tempo lento. Es algo intrínseco a la estética rítmica del flamenco, lo que imposibilita el uso, por ejemplo, de una claqueta en las grabaciones debido a la elasticidad propia de la rítmica flamenca. Rubato, en italiano robado, es decir, variar el tiempo musical de una obra a discreción del intérprete.
La rítmica del flamenco está caracterizado por la independencia entre la guitarra y el cante. Cuando escuchamos flamenco, si prestamos atención, podemos apreciar cómo hay una máxima rítmica en la que la guitarra parece rellenar los huecos que la rítmica del cante van dejando, y viceversa. Esa tendencia es muy propia del flamenco y se puede apreciar sobre todo en el baile. La meta es rellenar, a modo del horror al vacío propio de la estética artística oriental, todos los tiempos musicales.
También es muy común el uso de tresillos, cuatrillos, cinquillos, y todas las figuras irregulares posibles, siempre en favor de esa independencia rítmica entre los participantes.
Finalmente la polirritmia, la superposición de una rítmica binaria con una ternaria está también muy extendida en la práctica musical del flamenco, al usar diferentes patrones rítmicos de forma simultánea. Es paradigmático el poliritmo que se produce en el tango de Cádiz, el llamado tanguillo, que, para su perfecta ejecución, necesita superponer el patrón básico de 6/8 (compás binario de subdivisión ternaria) con el 2/4 (compás binario de subdivisión binaria), incluso uno de 3/4 (compás ternario de subdivisión binaria), logrando una singular rítmica que es propia del estilo propio de los coros de carnaval que pasó al flamenco de manos de principalísimos cantaores. Esta poliritmia entre lo binario y lo ternario hace del tango gaditano (o tanguillo) uno de los estilos con una rítmica más original, no en vano sobre esta poliritmia es la que se realiza en el zapateado. Además el compas de 3/4 (ternario de subdivisión binaria), también se puede incorporar en alguno de los planos sonoros del tanguillo enriqueciéndolo aun más.
Paco de Lucía grabó en su disco Siroco unos tanguillos dedicados a su hija Casilda en los que puso de manifiesto de forma rotunda la polirrímia del tanguillo, al realzar los diferentes planos rítmicos e inaugurando así una nueva era para el estilo, sobre todo en el repertorio de los guitarristas.