Al igual que ocurre con las bulerías los tangos también funcionan en cierto modo como cajón de sastre en lo que se refiere al tipo de letras que aceptan. La tercerilla de ocho sílabas cada verso la encontramos por tientos, sobre todo en las coletillas o letras que, a modo de macho, complementan los cantes por tientos, y también por tangos
Tientos
Te las quisiera contar
una por una mis penas
y empiezo y me vuelvo atrás
¿Qué quieres de mí?
que hasta la agüita que bebo
te la tengo que pedir
Tangos
Que me costó un dineral
y ahora lo ando vendiendo
por lo que me quieran dar
Gitana si me quisieras
te compraría en Granada
la mejor cueva que hubiera
Yo me consuelo y me digo
que Dios tendrá que cobrarte
lo que tú has hecho conmigo