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LAS LETRAS DEL FLAMENCO
Acerca de las clases

El flamenco ha hecho de Dios, la religión y el sentido trascendente motivos estéticos de primer orden. La humanización del Dios como compañero de fatigas, un amigo que sabe escuchar las penas del corazón, dicho con todo respeto sin intención de rozar ni siquiera la blasfemia. Las deidades son invocadas como una presencia invisible que a veces puede consolar.

Le pido a Jesús mío
por lo que pasó en el huerto
te borrara de mi sentido

La liturgia cristiana a proporcionado un ingente número de letras que los flamencos han hecho suyas para celebrar la Navidad o la Pasión, propios de la religión católica practicada en las regiones donde surgió el flamenco.

La saeta, humanismo religioso

La Semana Santa ha proporcionado un lugar de encuentro muy propicio para la lírica popular del flamenco. Cantarle a la Virgen y al Cristo, a las figuras de La Pasión ha conllevado a una identificación de los cantaores con las penas que pasó Jesús en su vía crucis y en todos y cada uno de los episodios que se conmemoran en la Semana Santa, que en Andalucía cobra un esencial protagonismo festivo en relación a otras celebraciones religiosas durante el año.

La saeta, como flecha que hiere, que es su significado primigenio, tiene muchos puntos en común con el carácter dramático propio de la estética flamenca: arma arrojadiza que el cantaor lanza hacia la imagen religiosa. Las saetas, sean estas narrativas, explicativas o afectivas, una suerte de piropos preñados de emociones.

Se trata de humanizar el Misterio de la Pasión, descenderlo a categoría humana, un elogio afectivo, un fuerte desahogo emocional. El poeta popular convierte las imágenes de dolor a través de la metáfora en sentimientos terrenales.

Como es natural los pasajes bíblicos aparecen continuamente en este repertorio de Pasión, de nuevo humanizando a sus protagonistas con sentimientos tanto positivos, en el caso de la Virgen o el Cristo, como negativos, en el caso por ejemplo de Pilatos.

Jesús que vas “ataíto”
con cordeles y desnudo,
dame un granito de fe,
para comprender el mundo.

Pilatos te condenó
ante el pueblo soberano.
Han pasado veinte siglos,
y otros se lavan las manos.

El villancico

El hecho cotidiano y costumbrista vuelve a estar presente también en el repertorio navideño. Si la Semana Santa tiene un componente dramático y triste acorde con la celebración, la Navidad desprende luminosidad y alegrías y sus letras reflejan el gozo colectivo que provoca en nacimiento de Jesús. En el repertorio andaluza se observa el sentido de familiaridad, la relación con lo cotidiano, llegando incluso a la irreverencia. 

San José se había bebío
medio azumbre de aguardiente
en la tasca de Juanico

La alegría se manifiesta en buena parte de las letras de villancicos, es el leitmotiv de la música flamenca de Navidad.

Alegría, alegría, alegría,
alegría, alegría y placer
porque ha nacido el Niño
en el portal de Belén

La nana es un modelo de canción muy utilizado en el repertorio de villancico, siempre adornado de un aroma costumbrista, sobre un paisaje bucólico exaltando el carácter cotidiano, la verdadera preocupación del sentimiento religioso flamenco.

También se nombran momentos bíblicos concretos que descibe, por ejemplo, la huída a Egipto de la Sagrada Familia:

Por el camino de Egipto del airé
se acercan Santa María, San José
y el niño envuelto en pañales.
Huyendo del rey Herodes van los tres
hiriéndose en los zarzales del airé

Así mismo las letras de villancicos aluden a la pobreza, la soledad, la marginación o la intolerancia. La humildad y pobreza de la Sagrada Familia viene siendo un tema recurrente que se une a la perfección con el carácter popular de la estética lírica del flamenco. El humilde portal, el pesebre, los pastores enmarcados en una contundente toma de conciencia de clase.

Dios como compañero de fatigas

La mención de Dios (mi Dios) o a Undebel es constante en las coplas flamencas. Tener al Altísimo cerca y tratarlo de tú a tú es muy habitual entre los flamencos. Sirve para reafirmar una idea o sentimiento y le otorga razón de ser en esa crónica histórica del acontecer cotidiano que es el flamenco. Dios es un hermano, un aliado en el desconsuelo y la soledad.

Cuando me meto en mi cuarto
hablo con mi Dios y le digo
que mentira me parece
lo que tú has hecho conmigo.

En las letras amorosas se menciona a Dios como excusa para justificar sentimientos encontrados:

Válgame Dios y no le temes
ni a la ira de Undebel
y sin embargo te asustas
gitana de mi querer.

La oración litúrgica como argumento para declarar el sentimiento amoroso hacia una mujer:

Al rezarle al Cristo un credo
por decir creo en Dios padre,
dije gitana te quiero.

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