De esos años es otro gigante del cante flamenco, el jerezano Manuel Torres. Símbolo del flamenco bohemio, fue admirado por sus contemporáneos y participó de forma activa en el desarrollo de los estilos, farruca, taranto, y por supuesto por soleá y seguiriya. El hecho de haber grabado estilos como los campanilleros otorgó carta de naturaleza a estos estilos para entrar a formar parte definitivamente del repertorio flamenco. El eco de su voz, que ha llegado hasta nosotros en un buen ramillete de grabaciones
El estudioso José Manuel Gamboa considera a Manuel Torres el jing y a Chacón el jang del cante flamenco, las dos caras de una misma moneda. Al ser de diferente generación, Chacón era poco más de diez años mayor que Torre, no caben en música las comparaciones, sin embargo al ser ambos jerezanos y uno gitano y el otro gaché ha dado pie a ponerlos en balanza, en un intento de sopesar las escuelas de cante que posteriormente la flamencología se ha encargado de otorgarle un valor subjetivo. En su época la supremacía de Chacón era innegable, sin embargo el eco flamenquísimo de Manuel Torres está fuera de toda duda y aunque sus grabaciones no sean la mejor prueba de ello sí dejan vislumbrar su genio irrepetible. Los testimonios de sus contemporáneos son tantos y tan elogiosos que no puede tratarse de un gigante del cante jondo si paliativos.