Se trata de uno de los bailes que aparecen en el teatro español desde el siglo XVIII. De posible origen americano y con claras influencias africanas suele aparece también como paracumbé, cuchumbé o guineo, normalmente bailado por los actores que representaban papeles de negro. Una denuncia en la Inquisición mejicana de 1716 es bastante elocuente en cuanto a este baile ciertas coplas que comúnmente llaman chuchumbé, que empiezan ‘en la esquina está parado’, las cuales son en sumo grado escandalosas, obscenas y ofensivas de castos oídos, y se han cantando, y cantan acompañándolas con baile no menos escandaloso, u obsceno, acompañado con acciones demostraciones y meneos deshonestos, y provocativos de lascivia, todo ello en grave ruina, y escándalo a las almas del pueblo cristiano.
Comenzó a cultivarse mediado el siglo XVIII, pero su popularidad se extendió muchos años más, hasta el punto de que en 1847 se anuncia en el diario El Comercio de Cádiz que se bailarán Sevillanas jaleadas y la Cumbé por dos negritos. En Cádiz se podía ver en ‘versión original’, debido al trasiego de africanos entre la metrópoli y las colonias durante más de cuatro siglos.
En el repertorio tonadillero lo encontramos con cierta frecuencia. Así en La gitanilla, los negros y moros o La hermosa gitanilla en el coliseo, tonadilla a solo de José Castel, de 1776 se canta por un grupo de negros:
Alegremonos neglillos
on el baile y la sonaja
que en la casa de la novia
tomaremos chocolata,
achi achique
todo lo neglo baila lo cumbé ,
la la la lu lu lu le le le
que viva lo neglo
y viva el cumbé
Que era un baile muy alegre no cabe duda, así lo pone de manifiesto Blas de Laserna en El lance de la naranjera, tonadilla a tres de 1779:
Ay cumbé como se menea,
ay cumbé, que viva la sal
ay cumbé, que viva el buen gusto
Ay cumbé, que viva el bailar
Manguindoy
Otro estilo de clara procedencia afroamericana es el mandingoy, muy popular en los teatros y cultivado, al igual que el cumbé, para ilustrar escenas afro en las piezas de teatro y los baileso. Así se canta este estilo, tal y como aparece en esta tonadilla:
(bailando)
dame dame el mandinguillo
dame el mandingoy
porque quiero enmandingarme
mandinguillo contigo me voy…
Y en estas estaban los andaluces, cantando y bailando estilos que no hace falta fijarse mucho para reconocer su carácter de antecedente del flamenco. Después de 1812 todo cambió, se inicia el siglo más convulso de la historia de España y el más revolucionario. El romanticismo imperante en Europa se irá amoldando a los gustos españoles en formas gitanescas a modo de grito de indigenismo contra el invasor.