Esta población malagueña ha pasado a la historia del cante por ser la patria chica de uno de los más importantes cantaores de la historia de la música jonda, Antonio Ortega Escalona, para el arte Juan Breva (1844-1918). A Juan Breva le debe el flamenco malagueño, como ya hemos apuntado en la introducción, el haber transformado el fandango tradicional de la provincia, en las llamadas bandolás que no son otra cosa que las primitivas malagueñas flamencas. Su fama en toda España le llevó a cantar ante los Reyes y se solicitadísimo en los mejores locales de cante de su época. En Madrid formó el taco desde los últimos años setenta del siglo 19, y llegó a grabar con Ramón Montoya en 1910, cuando ya contaba 66 años, conservando sino toda la potencia de su voz, sí el buen gusto y gracia natural. En 1889, se anuncia la actuación de Juan Breva en Paris, por lo que nos podemos hacer una idea de su fama en otras capitales europeas de este afamado cantaor veleño.
Otro cantaor de este pueblo malagueño fue José Beltrán Ortega, Niño de Vélez. Alternó en los espectáculos junto a Manuel Vallejo, El Gloria, Canalejas de Puerto Real, Cayetano Muriel, llegando a tener mucho éxito en Madrid con un espectáculo titulado Málaga tiene la fama. Se le atribuye una variante de malagueña.